En Santa Fe, igualaron 1 a 1 y quedaron lejos de la cima del torneo; el Sabalero mereció más; Obolo y Gigliotti marcaron los goles. Colón reaccionó a tiempo y eso lo salvó de los silbidos.
El empate 1-1 con Godoy Cruz no le sirve para cambiar la suerte: está lejos de la pelea por la punta, quedó eliminado de la Copa Sudamericana y la ilusión de las primeras fechas volvió a esfumarse.
El conjunto mendocino todavía se anima, aunque ayer le bastó con jugar ordenado el primer período para llevarse, al menos, un punto. Al local le servirá para la motivación del final porque frenó la racha de tres derrotas consecutivas (Racing, Arsenal y Cerro Porteño).
El cotejo tuvo un comienzo de ida y vuelta, pero Godoy Cruz sacó ventaja y desnudó las falencias de su rival. David Ramírez se fue convirtiendo en el enganche perfecto, el que hizo la pausa, el que profundizó por los laterales, el que marcó el ritmo.
Sin la posesión del balón, Colón rebotó en el medio: los delanteros quedaron aislados y el planteo (Mugni como mediocampista por la derecha y Ricardo Gómez por la izquierda) agudizó la falta de contención. Godoy Cruz se lució con una circulación en ofensiva, donde Insúa y Sevillano eran los socios que andaba buscando Ramírez.
Sensini esta vez no se demoró con los cambios. Graciani y Luque le dieron la dinámica que Colón no consiguió en el primer tiempo. Apretó y marcó un poco más arriba, y esa recuperación permitió un mejor trabajo de Bastía y Gómez, y más chances para Curuchet y Gigliotti. El Sabalero recuperó el control de la pelota, le sumó una dosis de audacia y Godoy Cruz lo sufrió y se cansó. Y Ramírez perdió conexión con el resto de los volantes, que se fueron muy cerca de su línea de fondo, y Obolo no recibió la asistencia que había tenido antes.
El visitante fue resignando posiciones que el local, esta vez, no desaprovechó. Luque desacomodó lo que su adversario había conseguido afirmar en la etapa inicial y aparecieron las imprecisiones. Colón pudo empatar antes con otro gol de Gigliotti, pero el árbitro se equivocó en sancionar que el balón de Luque, antes del centro, se había ido. Había que utilizar la cabeza, como lo hizo Gigliotti cuando se adelantó a los defensores y consiguió el empate, para no volver a defraudar. Esta vez cambió a tiempo. Sirvió.
Martes, 30 de octubre de 2012
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