Interes General
El puente internacional tiene casi de 80 años, el mal estado genera grandes pérdidas
Argentina tiene serios problemas de logística. El pésimo estado del Puente internacional Agustín P. Justo-Getúlio Vargas que une Paso de los Libres (Corrientes) y Uruguayana (Rio Grande do Sul) es prueba visible de esta situación. Unos 270 mil camiones, 90 mil ómnibus de turismo y miles de vehículos particulares pasan anualmente por este paso internacional. La principal arteria que nos une con Brasil necesita en forma urgente de atención estructural.
Delia Flores
El principal viaducto del Mercosur y su ruta de acceso se encuentran, hace años, a la espera de obras de repavimentación y reparaciones varias. Rajaduras, banquinas descalzadas sin señalizar, baches, y falta de iluminación son parte de la problemática a solucionar.
Empresa multinacional argentina que se dedica al comercio electrónico en América Latina
Un tránsito intenso no da respiro a ese puente que tiene casi 80 años. Unos 270 mil camiones, 90 mil ómnibus de turismo y miles de vehículos particulares pasan anualmente por este paso internacional.
Este fin de semana, “sorpresivamente” el puente se cerró al tránsito de camiones por problemas de rotura. Esta vez, el problema fue en la cabecera del lado de Brasil, pero también ha ocurrido en el lado Argentino.
Para quienes trabajamos en esa frontera, en el permanente ir y venir con camiones de importaciones y exportaciones, con despachos documentados y cargas programadas, esta situación es insostenible, ya que un corte sorpresivo significa pérdidas monetarias cuantiosas.
Ni pensar si esa reparación demora varios días, o peor aún, no se puede determinar el tiempo en la rehabilitación y hay que desviar todo el caudal logístico hacia otra frontera. Pérdidas cuantiosas para todo el espectro del comercio exterior.
Frenar el cruce de 1000 o 1200 camiones diarios es un gran perjuicio por lucro cesante, los costos de choferes, de playas de estacionamiento e infraestructura insuficiente para contener esa flota. Pero también, trae demoras en el abastecimiento de las industrias, en las exportaciones y por supuesto genera mayor inflación.
La pregunta es: ¿Quién se hace cargo de esto? ¿Cuál es la causa de la eterna postergación en las obras? ¿Falta de federalismo? ¿Luchas políticas? ¿Falta de visión estratégica?
Los reclamos de los empresarios del sector han sido constantes: pedidos, rees, cartas, oficios, y una larga lista de acciones -tanto desde el ámbito público como del privado - para que el puente sea atendido como se debe. Sin embargo, el resultado está a la vista.
El intercambio comercial con Brasil va en aumento, esto lo demuestran las estadísticas, y claramente, se aprecia en el incesante ir y venir de camiones.
El Puente internacional Getulio Vargas, la principal arteria que nos une con Brasil, necesita en forma urgente de atención estructural, con la inversión que se merece, no solo por el intercambio comercial actual sino por la proyección a futuro. Cuanta más inversión, más posibilidades de crecimiento para la economía de las ciudades de frontera, del país y de la región.
En las últimas horas, se anunció (tardíamente) la tercera licitación de Vialidad Nacional para la reparación del tramo argentino. Hubo dos anteriores que no se concretaron. Esperamos que este llamado sea el definitivo y que solucione a fondo esta problemática, teniendo en cuenta las demandas por el incesante movimiento del cruce internacional.
También, sería menester un trabajo en conjunto entre ambos países, proyectar juntos todos los trabajos, y por qué no, pensar en la construcción de un nuevo puente al mayor puerto seco de Sudamérica.
Delia Flores: Empresaria Logística, Presidenta de CALIBRE y Especialista en Mercosur.
Lunes, 3 de octubre de 2022