MIÉRCOLES DE CENIZAS
Stanovnik pidió un reconocimiento para los bomberos y clamó por la paz mundial
El Arzobispo de Corrientes hizo una rogativa para que termine el enfrentamiento armado en Ucrania y también recordó a quienes en forma voluntaria brindaron sus servicios para atender a los afligidos en la pandemia y los incendios en la provincia.
Los fieles católicos iniciaron sus 40 días de reflexión previos a la conmemoración de la vida, pasión, muerte y resurrección de Cristo con una fuerte rogatoria para que se pare "la locura de la guerra" y también con un reconocimiento para "los nuevos héroes civiles" que luchan contra la pandemia y a los tantos bomberos voluntarios que combatieron los incendios porque son "hombres y mujeres que transitaron su vida pensando y sirviendo a sus hermanos".
Ese reconocimiento lo hizo verbo el Arzobispo de Corrientes, Andrés Stanovnik, al presidir la misa del miércoles de ceniza en la Iglesia Catedral de la capital provincial, desde donde recordó el llamado del papa Francisco "a rezar para que se preserve la paz ante la amenaza de la ‘locura de la guerra’ y del cese inmediato de cualquier posibilidad de violencia y uso de armas", en directa alusión a la invasión de las tropas rusas a Ucrania.
Asimismo afirmó que desde Corrientes "adherimos a la declaración que realizó la Conferencia Episcopal Argentina junto con otras entidades religiosas y civiles, en la que manifestó "la preocupación por la falta de sensatez y humanismo para resolver conflictos, porque ‘toda guerra deja al mundo peor que como lo había encontrado. La guerra es un fracaso de la política y de la humanidad, una claudicación vergonzosa, una derrota frente a las fuerzas del mal’, leemos en Fratelli tutti (261)".
El sacerdote recordó que hay un proyecto para erigir un monumento para "los nuevos héroes civiles" en honor a quienes están en el frente de la lucha contra la pandemia, junto al de Juan Ramón Vidal que murió en la epidemia de fiebre amarilla a fines del siglo XIX y en ese punto pidió incluir "también a tantos voluntarios y bomberos que han luchado en la línea del fuego contra los incendios; a muchos hombres y mujeres que han colaborado con ellos, a las instituciones civiles y religiosas que continúan ahora en la sacrificada y silenciosa tarea de organizar la ayuda a los que padecieron las terribles consecuencias que dejaron las quemazones".
Asimismo pidió a los fieles: "Revisemos nuestra vida a la luz de la palabra y la orientemos hacia Dios, porque en esa dirección descubrimos quiénes son los que caminan a nuestro lado".
En ese punto destacó "aquellos héroes civiles no se hicieron de un día para otro", sino que "fueron hombres y mujeres que transitaron su vida pensando y sirviendo a sus hermanos, sabiendo que en ello corría riesgo su propia vida; como en alguna medida también sucedió con aquellos que lucharon en controlar los incendios y los que estuvieron sosteniendo ese colosal esfuerzo".
Stanovnik recordó que la reconversión que propone este tiempo litúrgico "es confiar en Dios y seguir a Cristo" para "seguir aprendiendo a ‘caminar juntos’ en espíritu sinodal como nos propone la Iglesia hoy, los héroes de la pandemia y la actitud heroica de voluntarios y bomberos tienen mucho para enseñarnos" y agregó "ellos no vivieron para sí mismos sino al servicio de los más frágiles, entregando lo mejor de ellos mismos".
"Ese es el camino para que la pareja humana, una comunidad y los pueblos entre sí, puedan vivir un proyecto compartido en el que se busque el bien de todos", aconsejó.
Señaló que para entrar en ese camino hay que estar dispuesto a que la ceniza limpie de egoísmo nuestra mente y nuestros corazones, nos infunda horror por la guerra, cualquier guerra no sólo aquella armada, sino la que practicamos en el destrato con los demás".
Asimismo recomendó suplicar por "la gracia de volver a Dios en esta Cuaresma" y pidió: "Que el espíritu que sostuvo a nuestros ‘héroes civiles’ durante la pandemia, y tantos hombres y mujeres, entre bomberos y voluntarios, que han trabajado heroicamente en el combate a los incendios, a los que colaboran generosamente para socorrerlos, y para ayudar a los perjudicados por el desastre ambiental que produjo esta catástrofe, nos anime a ser heroicos también a los que admiramos su entrega".
Para luego sentenciar: "Ellos nos recordarán para siempre que la vida vale la pena de ser vivida si estamos dispuestos a darla sin reservas a los demás" y cerró con una súplica por la paz en Ucrania y aconsejó "prepararnos juntos a celebrar la paz y la alegría de la Pascua".
Ayuno
"Jesús nos propone el método clásico e infalible para liberarnos de la opresión egoísta que sofoca y deshumaniza nuestra vida: la limosna, la oración y el ayuno", indicó el Arzobispo y agregó: "La limosna significa ser generoso no con lo que me sobra sino con lo que soy y lo que tengo; la oración es dedicar tiempo a la palabra de Dios y al diálogo personal con el Señor; el ayuno es disciplinar las tendencias desordenadas y adictivas que disminuyen la capacidad de mi entrega a los demás".
Jueves, 3 de marzo de 2022