con mayor polarización y diferencia de votos
La política después del 27 de octubre
Mauricio Macri se decidió a recorrer buena parte del país, anunciando medidas constantemente para acercarse a distintos públicos, defendiendo su gestión pero sin demonizar a su posible sucesor. El objetivo es tener el mejor desempeño electoral posible porque de eso dependerá en buena medida el peso político que tendrá en el futuro el actual oficialismo. Porque llegar al balotaje parece una meta inalcanzable.
“Haciendo lo que hay que hacer”, es un eslogan del Gobierno cuando muestra la concreción de alguna obra. También podría recurrir ahora a esa expresión para referirse a lo que está haciendo en el tramo final de la campaña.
Mauricio Macri se decidió a recorrer buena parte del país, anunciando medidas constantemente para acercarse a distintos públicos, defendiendo su gestión pero sin demonizar a su posible sucesor. El objetivo es tener el mejor desempeño electoral posible porque de eso dependerá en buena medida el peso político que tendrá en el futuro el actual oficialismo. Porque llegar al balotaje parece una meta inalcanzable.
En las primarias hubo 24.660.382 votos afirmativos que son los que se toman en cuenta en las elecciones generales porque se excluyen los votos en blanco para el cálculo de los porcentajes de que obtienen los candidatos. De ellos, Macri obtuvo 8.121.689 que representaron el 32,9%.
En las generales, el oficialismo aspira a retener ese caudal y sumar a una parte de los que no votaron en las PASO y lo harían ahora, y que de acuerdo a los antecedentes de elecciones anteriores, podrían llegar a ser 1.500.000. También espera capturar un segmento de los 300.000 votos que en las primarias optaron por candidatos que no lograron superar el umbral que les permitía acceder a las generales.
El oficialismo apunta además a los 1.220.000 que votaron por José Luis Espert y Juan José Gómez Centurión en las primarias esperando que prevalezca en ellos la idea del voto útil. Más complejo le resultará atraer a los 2.081.000 votantes que se inclinaron por Roberto Lavagna, porque el caudal electoral que eventualmente pierda, se repartiría entre Macri y Alberto Fernández.
Sumando todo, y en un escenario de mayor polarización, podría haber 2.200.000 votos en disputa.
Si las hipótesis que maneja el oficialismo se cumplen, Macri podría obtener alrededor de 9.000.000 de votos, que en un universo de 26.000.000 de votantes, representaría casi el 35%.
Sería un porcentaje que le permitiría a Macri demostrar, que más allá de la derrota, tiene el respaldo de una base social importante, que logró unificar al no peronismo detrás de su candidatura y que a pesar de las penurias económicas, concluirá de manera más ordenada su gestión que los anteriores presidentes que no eran de extracción peronista. Ese porcentaje, y ese final, marcarían un piso elevado desde el cual el oficialismo de hoy deberá ser oposición mañana.
La situación de Fernández es completamente distinta. Obtuvo 12.205.938 votos que representaron el 49,5% de los afirmativos por lo cual quedó a medio punto porcentual del porcentaje mágico de 50%.
Su caudal electoral no está amenazado y los antecedentes muestran que en las elecciones generales se suele premiar a los ganadores de las PASO y castigar a los perdedores y esa es una tendencia que lo favorece. Por ese motivo, en el Frente de Todos, estiman que pueden sumar 1.500.000 votos y lograr un porcentaje en torno al 52,5% que les significaría aumentar la diferencia que obtuvieron en las primarias.
Llegar a ese número, fortalecería a Fernández hacia el interior del FdT porque ratificaría que su candidatura, si bien fue definida por Cristina Kirchner, resultó clave para lograr la unidad del peronismo, la decisión estratégica que explicará en buena medida, el resultado de las elecciones.
En lo que falta para el 27 de octubre, ¿puede haber algún hecho que afecte la decisión de los votantes? Se estima que los actos y spots de campaña y los debates entre los candidatos no influirán. Sí podrían hacerlo hechos ajenos a la campaña. Por ejemplo, una nueva corrida cambiaria antes de las elecciones podría restarle votos a Macri así como la exhibición de diferencias entre sectores que integra el FdT complicaría a Fernández. Pero es altamente improbable que ocurra alguna de esas cosas.
La polarización aumentará y la suma de votos de los votos de Fernández y Macri podría ser cinco puntos mayor que en las PASO. El podio del 11 de agosto se mantendría sin cambios el 27 de octubre, pero los porcentajes que finalmente logren Fernández y Macri y la diferencia que haya entre ellos tendrán influencia en la vida política del país en los próximos años.
Idealización y protección
“Alberto está en un proceso de idealización”, dice Jorge Giaccobe. “Cuando alguien necesita idealizar a alguna persona, la blinda y la protege, porque la necesita como herramienta vital para otra tarea, que es la de renovar la esperanza”, agrega Giacobbe sobre ese período de gracia, con ribetes a la Cristina Kirchner de 2011 o incluso el Mauricio Macri de 2015, que hoy tiene como protagonista estelar a Alberto Fernández, o Axel Kicillof en la provincia. Por eso, concluye Giacobbe, Alberto sigue sumando votos.
Miércoles, 9 de octubre de 2019