DERECHOS HUMANOS
Las Abuelas de Plaza de Mayo presentaron al nieto 130
Javier Matías Darroux Mijalchuk fue presentado como el nieto 130 que recuperó su identidad por parte de Abuelas de Plaza de Mayo, que reconstruyó su historia y constató que sus padres fueron desaparecidos durante la última dictadura militar en 1977.
Las Abuelas de Plaza de Mayo presentaron al nieto 130
Abuelas presentó a Javier Matías, hijo de Elena Mijalchuk y Juan Manuel Darroux, ambos desaparecidos en diciembre de 1977, durante una conferencia de prensa que encabezó Estela de Carlotto en la sede de la organización, ubicada en Virrey Cevallos 592, junto a familiares del joven.
"Él está aquí para relatar su búsqueda, para que la sociedad conozca su caso y tal vez así obtener algún dato sobre el destino de sus padres", relataron desde Abuelas y lamentaron que hasta el momento no hayan arrojado "ninguna información concluyente" las investigaciones realizadas por la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (Conadi) y Unidad Fiscal Especializada para Casos de Apropiación de Niños.
El origen biológico de Matías sí fue constatado a través de los datos que surgieron del trabajo conjunto realizado por la Conadi y el Banco Nacional de Datos Genéticos (BNDG).
"Hoy las Abuelas le damos la bienvenida", expresó Carlotto, en la sede de Abuelas junto a Javier Matías, quien -en medio de un clima festivo y entre aplausos- agradeció a su tío que nunca dejó de buscarlo y no cambió por décadas su número de teléfono para favorecer un eventual encuentro.
La historia
Javier Matías desapareció cuando tenía cuatro meses y fue llevado en brazos por su mamá hasta el barrio de Núñez. Elena Mijalchuk había ido hasta allí a buscar a su marido -secuestrado unos días antes-, a partir de los datos que recibió en una carta, pero cuando llegó a Núñez (Pampa entre Lugones y Figueroa Alcorta) con Matías en brazos, nada más se supo de ella.
El bebé fue encontrado en la calle por una mujer y luego adoptado y este dato fue reivindicado por Abuelas, que celebró que Javier Matías no hubiera sido criado por represores.
Luego de 42 años, el encuentro entre el joven y las familias Mijalchuk y Darroux se logró a partir del trabajo realizado desde Abuelas y de la propia iniciativa del ahora nieto recuperado, quien en el 2006 se animó a dar el primer paso para conocer su verdadera identidad.
Viernes, 14 de junio de 2019