ENCUESTA EANNA
El trabajo infantil afecta a 13 de cada 100 chicos en el Nordeste
Esa cifra se desprende de los datos de la Encuesta de Actividades de Niños, Niñas y Adolescentes (EANNA) difundidos por el INDEC y Trabajo de la Nación. En esta región el 33,4% de los adolescente realiza algún tipo de actividad productiva.
El Instituto Nacional de Estadísticas y Censo (INDEC), junto a la Secretaría de Gobierno de Trabajo y Empleo, difundió ayer cifras de la Encuesta de Actividades de Niños, Niñas y Adolescentes (EANNA). En el total del país, el 10% de los niños de 5 a 15 años realizan al menos una actividad productiva, con mayor incidencia en las áreas rurales (19,8%), y en las regiones del NOA y el NEA (13,6% y 13,1%, respectivamente).
La actividad productiva se intensifica entre los adolescentes de 16 y 17 años: el 31,9% del total del país realiza al menos una, mientras que en las áreas rurales lo hacen el 43,5%. Al igual que lo que ocurre con los más chicos, son las regiones de NOA y NEA en los que la incidencia del trabajo productivo es mayor entre los adolescentes (36,8% y 33,4%, respectivamente).
Los principales motivos que impulsan a los niños y jóvenes al mercado laboral están relacionados con la ayuda familiar y la necesidad de ganar dinero para sus gastos y los de su hogar.
La encuesta muestra que las distintas formas del trabajo infantil y adolescente están más extendidas en las zonas rurales. A su vez, el trabajo mercantil entre los niños, niñas y adolescentes tiene mayor presencia relativa en las áreas urbanas de las regiones Noroeste (NOA) y Noreste (NEA), y en áreas rurales de las regiones Pampeana, Cuyo y NEA.
El informe reveló que los trabajos más habituales entre los niños y adolescentes urbanos son el trabajo en negocios, talleres u oficinas por dinero -para el 39,9% de los niños y niñas, y el 37,9% de los adolescentes que trabajan- y la construcción y reparación de viviendas -el 29,5% de los adolescentes-.
En Argentina se han logrado avances en el reconocimiento de los derechos de los niños y los adolescentes, al ratificar la Convención de los Derechos del Niño en el año 1989 por medio de la ley Nº23.849. Luego se le otorgó jerarquía constitucional, en el año 1994, conforme lo previsto en el artículo 75, inciso 22, de la Constitución Nacional. Dicha convención reconoce “el derecho del niño a estar protegido contra la explotación económica y contra el desempeño de cualquier trabajo que pueda ser peligroso o entorpecer su educación, o que sea nocivo para su salud o para su desarrollo físico, mental, espiritual, moral o social”.
(Diario Época)
Viernes, 2 de noviembre de 2018