CRIMEN
El juez convalidó la detención de los tíos de Sheila
El juez de Garantías de San Martín Mariano Grammático Mazzari convalidó esta tarde la detención de los tíos de Sheila Ayala, la niña de 10 años asesinada en la localidad bonaerense de San Miguel, quienes están imputados del delito de "homicidio agravado", informaron fuentes judiciales.
El juez de Garantías de San Martín ratificó la detención de los tíos de la niña de 10 años asesinada en la localidad bonaerense de San Miguel.
La Justicia aseguró que la tía de Sheila también tenía lesiones de defensa
Ante esa evidencia el fiscal solicitó que quede formalmente detenida por homicidio agravado, al igual que su marido, Fabián Ezequiel González, y acusó a ambos de aprovecharse del “estado de indefensión" y de la "confianza” que la niña les tenía.
La tía de Sheila Ayala (10), la niña asesinada en la localidad bonaerense de San Miguel, también presenta lesiones compatibles con signos de defensa por parte de la víctima, por lo que el fiscal del caso solicitó que quede formalmente detenida por homicidio, al igual que su marido, informaron este martes fuentes judiciales.
El fiscal Gustavo Carracedo además acusó a Leonela Abigail Ayala y a su marido Fabián Esequiel González Rojas de aprovecharse del "estado de indefensión" y de la "confianza" que la niña les tenía.
El titular de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 20 de Malvinas Argentinas presentó ayer su pedido para que la aprehensión de la tía y madrina de la víctima, Ayala (25), y de su marido, González Rojas (24), se convierta formalmente en detención.
Ahora, el juez de Garantías 3 de San Martín, Mariano Grammatico Mazzari, tiene plazo hasta las primeras cuatro horas del jueves para resolver la situación de los acusados, quienes ayer fueron trasladados a por el Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB).
La mujer fue derivada a la Alcaidía Departamental de Melchor Romero, sin su bebé recién nacido, quien quedó en una casa de abrigo dependiente de Niñez del municipio de San Miguel, mientras que el hombre fue alojado en la Alcaidía Departamental San Martín.
Al enumerar los elementos de prueba, Carracedo revela en su dictamen -al que tuvo acceso Télam- que no sólo el imputado de nacionalidad paraguaya tiene lesiones -un arañazo en el pliego interno de un codo-, compatible con heridas de defensa de la niña, sino que la tía también presenta marcas.
Una fuente de la investigación reveló a Télam que a la mujer le detectaron algunas “equimosis” (moretones) en sus brazos.
“Ambos poseen lesiones traumáticas de resiente data, las que podrían tratarse de lesiones de defensa producidas por la menor al intentar en forma infructuosa defenderse ante el ataque de dos personas que la superaron en fuerza y tamaño”, señala el representante del Ministerio Público Fiscal.
En el caso de la tía, el fiscal solicitó que quede detenida por el delito de “homicidio agravado por alevosía”, mientras que a González Rojas le imputa la misma calificación pero con un segundo agravante, el de “femicidio”.
En ambos casos, la pena prevista por el Código Penal es prisión perpetua.
En su dictamen, Carracedo sostiene también que González Rojas y Ayala “idearon un plan común para causar la muerte de la menor Sheila Alejandra Ayala de 10 años de edad, estrangulándola a lazo con una sábana, produciéndole una asfixia mecánica por compresión cervical externa”.
Para el fiscal, los acusados cometieron el crimen “aprovechándose y conociendo el estado de indefensión de la víctima, quien al ser de tan corta edad no pudo defenderse ante una embestida de dos personas que la superaron en fuerza y que la menor al ser familiar directo de los imputados se confió en que este ataque no ocurra".
El funcionario judicial destaca que en la vivienda de los acusados –lindera al hueco entre dos paredes donde apareció el cadáver-, “se recolectaron indicios” que permiten sostener “la coautoría de Gonzalez Rojas y Ayala” y otros “elementos que serán peritados oportunamente por personal de la policía científica”.
Si bien en la autopsia no se detectaron lesiones típicas de un abuso, el fiscal espera el resultado de estudios de ADN y otros peritajes para intentar probar si Sheila fue asesinada durante un ataque sexual no consumado, tal como cree a partir de haber hallado el cadáver desnudo dentro de una bolsa.
Carracedo afirma que las evidencias colectadas hasta el momento “permitirían afirmar que los imputados González y Ayala luego de dar muerte a Sheila, la embolsaron y embalaron con una bolsa de consorcio y cintas, y mantuvieron el cuerpo un tiempo en su vivienda cerrado herméticamente” y que “al verse acorralados” por la presencia policial “intentaron deshacerse del cuerpo”.
Otro elemento clave sumado por el fiscal es la autopsia que concluyó que la muerte de Sheila “se produjo por asfixia mecánica por compresión cervical externa”.
Los forenses señalaron que se trató de un “estrangulamiento a lazo” que dejó un surco de ahorcadura completo “con calcado de trama en piel de tres centímetros de ancho” que es compatible con la sábana infantil que los médicos encontraron rodeando el cuello y estaba “anudada con un solo nudo sobre el lateral izquierdo”.
Para el fiscal, las fracturas post mortem en varias costillas de Sheilla “podrían tener relación con la circunstancia de haber sido arrojada desde el balcón del departamento ubicado en el segundo piso, propiedad de los imputados”.
Además, el fiscal suma como elemento de cargo seis declaraciones testimoniales que no desarrolla en el escrito, pero solicita al juez que evalúe por completo.
En el escrito, Carracedo transcribe completa el acta del procedimiento del hallazgo del cadáver y allí quedó asentado que el cuerpo de Sheila fue descubierto gracias a un niño de 10 años que vive en el primer piso de la edificación donde se domicilian los imputados y le avisó a la policía que de la pared del costado de su casa “había olor a podrido”.
Mientras González Rojas se negó a declarar al ser indagado, su mujer, Ayala, se desvinculó del crimen y le dijo al fiscal que el día de la desaparición de su sobrina ella se ausentó durante ocho horas de su casa con sus hijos y que cuando regresó no vio nada extraño.
Sheila desapareció el 14 de este mes alrededor de las 12 cuando fue vista por última vez jugando con amigos en el predio del barrio Campo Tupasy de San Miguel Oeste donde vivía con su padre.
Tras cuatro días de búsqueda y acusaciones cruzadas entre los padres por quién podía tener responsabilidad en la desaparición, el jueves pasado la policía bonaerense halló el cadáver y por el caso fueron detenidos sus tíos.
Martes, 23 de octubre de 2018