JUAN MINUJÍN
"El éxito de 100 días pasa porque identifica a la gente"
"La tira interpela a la generación de 40 pero también a la de los adolescentes de 17 o 18 años", explica el actor. "El elenco es de gran calidad, las historias son emotivas y permiten ficcionalizar lo que pasa en la sociedad", acota.
Identificado como un actor dúctil tanto para ponerle el cuerpo a la comedia y el tono blando como a la crudeza de seres marginales y relegados de la aceptación social en ficciones de diverso contenido dramático, Juan Minujín, se destaca entre los referentes de su generación.
Cada noche en 100 días para enamorarse, la exitosa tira de las 21:45 de Telefé, redobla la apuesta convertido en todo un padre de familia que se las ingenia por pilotear una soltería que lo lleva a experimentar con diferentes amoríos para retornar a la ligazón del propio nido en el lapso de tiempo que con su mujer (Carla Peterson) pautó libertad en medio de una crisis.
“Yo creo que 100 días tuvo la aceptación que tuvo porque hay una cercanía, una identificación muy grande. Las expectativas eran enormes y se cumplieron porque interpelaron mucho en la generación de los 40 y en la de los de 17 y 18 años”, retrata este intérprete enrolado en la expresión de Gastón Guevara, un abogado hábil para las relaciones sociales, con éxito en su carrera y en el estudio jurídico que comparte en sociedad con su esposa, quién tras 18 años de matrimonio, decidieron separarse por 100 días.
“El elenco es espectacular como la calidad. Son historias muy emotivas en las que muchos se ven reflejados. A mí no me pasó muchas veces compartir un elenco donde todas las personas son figuras, en el sentido de que son grandes actores, con un camino recorrido”, sostiene el muchacho que recientemente generó revuelo por su desnudo en una escena junto a Laura (Peterson) con quien rompió con lo escrito en el contrato al día 50, la mitad del tiempo fijado, en un hotel nudista en Tigre en el que la pareja termina practicando ejercicios de sexo tántrico.
A Juan Minujín y a Carla Peterson el trabajo los reunió varias veces antes de transformarlos en Gastón y Laura, un matrimonio de abogados, padres de dos hijos (Rodrigo y Santiago), a quién la rutina y el tiempo incitó a proponer una tregua de 100 días para reenamorarse.
Juntos compartieron set en el televisivo Tiempos compulsivos, en la pieza teatral Venus en piel y en los films Dos más dos y Recreo, un recorrido que hace la tarea aún más sencilla. “He trabajado mucho con Carla haciendo cine, teatro y televisión. En Venus en piel éramos sólo nosotros dos. El teatro y el vivo y estar frente al público te da una hermandad muy grande. Hicimos dos películas más y tenemos una mirada en común de cómo encarar el trabajo y cómo contar las historias. Además, somos amigos y nos queremos mucho y eso facilita mucho el trabajo”, describe el protagonista de la ficción suceso de Telefé junto a Nancy Dupláa, Luciano Castro y Carla Peterson, entre otros.
“Estamos confiados en el producto que tenemos y en la ficción que estamos haciendo”, agrega Minujín motivado por la trama producida por Underground que también aborda la transexualidad a través de la búsqueda de identidad y el proceso de transformación que atraviesa Juani (Maite Lanata) y el aprendizaje que transita su madre (Dupláa). “Es ejemplar y conmovedor cómo se trata el tema. De manera natural que es como se debe tomar”, indica este actor al tiempo que promueve el trabajo de ficción y la producción nacional.
“Defiendo la ficción argentina. No solamente por la cantidad de gente que está involucrada, si uno hiciera un paneo del set y de la gente que hay detrás vería que la maquinaria es enorme. Pero no es solamente para defender la fuente laboral sino porque una sociedad que no tiene la capacidad de ficcionalizarse a sí misma se va empobreciendo. Y no porque las ficciones extranjeras sean malas o buenas y nuestros productos sean todos buenos, sino porque siento que, a través del audiovisual, del teatro, el cine y la tele, es importante que todas las sociedades se puedan contar a sí mismas. Yo creo que es importante contarse a sí mismas porque es un reflejo en donde uno deposita cosas”, enfatiza quién la semana pasada se sumó al estreno de El amor menos pensado, la película dirigida por Juan Vera protagonizada por Ricardo Darín y Mercedes Morán donde, con lucidez y un timing preciso para la comedia, interpreta a un vendedor de perfumes eróticos.
Desnudo exitoso
Desde que apareció como Dios lo trajo al mundo en una escena de 100 días para enamorarse junto a Carla Peterson mostrando su bien torneada cola, Juan, no para de recibir aclamaciones. “Desde que salí en culo recibí muchos elogios, tanto de mujeres como de hombres. Lo loco es que me felicitan por mi trasero. Yo me sonrío, lo tomo como un juego y un reconocimiento al trabajo. Me divierto mucho”, asegura Minujín y de inmediato focaliza, con más seriedad, en la presión social que se ejerce con la belleza y el cuerpo. “En este medio hay muchísima presión sobre las mujeres, son mucho más crueles con ellas que con los hombres. De a poco hay que ir deconstruyendo eso. Por tal cuestión trato de no abonar mucho a la cuestión del aspecto físico”, enfatiza.
dContratado consecuentemente en diferentes proyectos en las áreas de la televisión, el teatro y el cine, Juan Minujín, es de los actores que parecen no dejar de trabajar nunca. “Puedo elegir. Trabajo mucho, pero tengo la gran fortuna de poder ir eligiendo los trabajos que me dan muchas ganas de hacer y poder hacerlos”, comenta el hombre de amplias y extensas posibilidades laborales. “La realidad es que la mayoría de la gente trabaja mucho más que todos los actores. La mayoría de la gente vive a 3 horas del trabajo, trabaja 10 horas y cobra muchísimo menos plata que nosotros. Somos privilegiados absolutamente”, remata con plena consciencia.
Con la huella de la primera temporada de El Marginal, la cruda serie de la Tevé Pública que contempla la vida en la cárcel y que lo ubicó como figura central, Minujín, inmerso en las idas y vueltas de amigos cuarentones y sus vínculos con el amor, parece calzar ahora, un disfraz más liviano. Sin embargo, confiesa su mismo nivel de compromiso en cualquier rubro que se trate. “Es otra cosa, pero dar en la tecla siempre es difícil. Sea una comedia como un drama, nada resulta fácil. Acá en 100 días nosotros nos divertimos un montón. Llegamos al piso y hacemos chistes y qué se yo porque sabemos que estamos yendo a buscar humor y una frescura. El Marginal era otra cosa, pero es muy difícil ser preciso y encontrar qué es lo que uno quiere contar y contarlo”, expresa quién supo participar de ciclos de trascendencia en la pantalla chica como Tiempo final, Todos contra Juan, Tratame bien, Ciega a citas, Los Únicos, Tiempos compulsivos, Solamente vos, Viudas e hijos del rock and roll y Loco por vos, entre otros.
La primera temporada de la miniserie creada por Underground, escrita por Adrián Caetano y dirigida por Luis Ortega le dio un nuevo sostén a la carrera de Minujín. “Me dejó mucho El Marginal. Siempre cuando uno entra a una ficción y a un personaje te metes a tratar de entender cómo le funciona la cabeza a ese personaje y en ese camino vas conociendo un montón de realidades distintas”, dice quien otorgó vida a Miguel Palacios, el ex policía que ingresa como convicto en la prisión de San Onofre con una identidad falsa y una causa inventada. “Acá también en 100 días conozco la cabeza del personaje, cómo le funciona a este abogado y cómo funciona el derecho de familia en un montón de otras situaciones. Esta es una comedia, pero yo siempre apunto a ir lo más hondo posible, en ver cómo funciona la cabeza de esos personajes”, sostiene del actual convite de Telefé. “Lo que pasa es que lo que tiene El Marginal es que es el gran fantasma de la sociedad para todos. Uno no sabe qué pasa dentro de la cárcel y tiene fantasías como pesadillezcas y genera mucho interés. Pero la posibilidad de meterse en diferentes mundos y que eso te enriquezca como persona pasa con todos los personajes”.
Caracterizado por su versatilidad, este actor sabe ponerle el punto justo y encontrar el color exacto a personajes border y fuera del registro social. Tanto en la película de Anahí Berneri Un año sin amor como en el gran unitario El Marginal, por citar algunos, se evidencia su capacidad para transitar y exponer esos registros. “Me parecen personajes muy lindos para contar, me parecen personajes interesantes y muy ricos y me gusta mucho encararlos. El de Un año y El marginal fueron muy potentes, pero todos los trabajos encaro con el mismo ímpetu. Hay personajes que tienen historias más duras entre comillas y sobre todo que son más marginados socialmente. Son muy lindos para contar esos”, confiesa colocando el acento en el trabajo con el que debutó en un protagónico en cine, donde componía a un joven escritor, enfermo de sida, gay, que se introduce en prácticas sadomasoquistas. “Fue una investigación enorme. Además, fue mi primera película como protagonista, entonces yo estaba muy nervioso, expectante”, relata sobre la experiencia en Un año sin amor, basada en un caso real, la vida del periodista y escritor Pablo Pérez.
Jueves, 9 de agosto de 2018