En medio del ajuste
El Gobierno no teme mayor conflictividad y descarta un estallido
En la Rosada le bajan el tono a las versiones de un dicimbre violento. "No le conviene a nadie", aseguran. El tema surgió en la última reunión de Gabinete el martes en la Casa Rosada. Los ministros y el Presidente debatieron sobre un eventual aumento de la conflictividad social y de las chances de un diciembre violento en medio del ajuste y la negociación con los gobernadores y la oposición por el Presupuesto 2019.
Patricia Bullrich recogió el guante y rechazó los pronósticos más agoreros. "En las marchas están los mismos de siempre y no vemos que haya un escenario de aumento de la conflictividad”, sentenció la ministra de Seguridad.
El diagnóstico es compartido en la Casa Rosada, en el ministerio de Trabajo y en el de Desarrollo Social. Cuando faltan nada más que nueve días para la marcha de San Cayetano, en la que las organizaciones sociales preparan su mayor demostración de fuerza en lo que va del año, en el Ejecutivo reina una relativa tranquilidad. Tres argumentos presentan para defender la hipótesis de una paz social garantizada: plata, política y seguridad.
El Gobierno aumentó por estos días el envío de 15 mil raciones a los merenderos escolares. En total, de las 65 mil raciones, alrededor del 40% se destinan al Conurbano, que desvela a María Eugenia Vidal. También -enumeran- aumentó un 30% el envío a comedores.
Por otra parte, suman el aumento del salario social complementario. Los 360 mil beneficiarios que cobraban $4750 ganarán $5500. En octubre, cuando se termine de negociar la paritaria del salario mínimo vital y móvil, terminarían cobrando cerca de $6 mil pesos. “Los intendentes dejaron de comprar luminaria para comprar mercadería para atender los comedores y Desarrollo Social de Nación está en la misma tesitura”, reconoció a Clarín un referentes de las organizaciones de diálogo frecuente con la ministra Carolina Stanley.
Aunque todavía no hubo señales del Ejecutivo -que le pide austeridad a las provincias- en la reunión que protagonizó la ministra con los movimientos sociales en julio, en el Gobierno descuentan que habrá un bono de fin de año para los beneficiarios de planes sociales, una situación que se repitió en 2016 y 2017. A pesar del enojo de algunos ministros con el supervisor de Stanley, Mario Quintana, porque deben meter mano en sus presupuestos para “no tocar el gasto social” y bajar el déficit que aumentó la ´reparación histórica´-una idea del vicejefe de Gabinete- habrá bono. En total, en diciembre de 2019, el Gobierno habrá transferido alrededor de $300 mil millones de manera directa a los beneficiarios que disponen de tarjeta bancaria. “Mil doscientos millones de dólares para garantizar la paz social no parece demasiado”, señala un funcionario que recuerda que solo el 25 de abril US$ Federico Sturzenegger autorizó la venta de US$ 1471 millones del Banco Central para intentar contener el dólar.
En las últimas semanas hubo movilizaciones de algunas organizaciones a las puertas de supermercados en el Conurbano y en el Gran Rosario. En el sector advierten que la presión fue para el Gobierno y defienden su política de no entregar alimentos. Como Marcos Peña, insisten en que la situación en 2016 era más difícil. Algunos funcionarios no descartan, sin embargo, un esfuerzo de las principales cadenas a fin de año, aunque evitan las comparaciones con 2001.
El argumento político para evitar el fantasma de diciembre no depende solo del oficialismo. “A nadie le conviene el quilombo, hoy nadie lo capitalizaría”, afirman en el Gobierno. Creen que hay responsabilidad en el peronismo y también de parte de las organizaciones, de diálogo frecuente con el Papa. El conflicto con la Iglesia por el aborto no complicará el trabajo de contención de la Iglesia en el Conurbano ni habrá misas de alto contenido político contra el Ejecutivo. “La Iglesia no va a supeditar la colaboración en el frente social al aborto”, confirman fuentes eclesiásticas.
Por último, en el Gobierno sostienen que no aparecieron nuevos actores en la protesta social. En la intimidad, Bullrich considera que la violencia y la represión mientras el Congreso sancionó la reforma de cálculo jubilatorio en diciembre pasado marcaron un hito. “La gente vio que había gente que solo fue a romper el espacio público”, argumenta más cerca de la temeridad que del temor que se apodera de otros ministros cuando recuerdan el episodio.
Paradójicamente, fue la propia ministra la que agitó el fantasma esta misma semana. “Están construyendo la hipótesis diciembre: la incertidumbre, la idea de que todo va a explotar, que la gente va a hacer saqueos”, dijo antes de señalar a Juan Grabois, de la CTEP, quien no tardó en contestarle.
Stanley también levantó el perfil y buscó llevar tranquilidad. “Es una situación pasajera”, dijo sobre la marcha de la economía. El Conurbano es la principal preocupación hacia fin de año, aunque monitorean la situación social en La Patagonia, que esperan que se vuelva más compleja en 2019.
Daniel Menéndez, de Barrios de Pie, considera que la situación podría empeorar en septiembre y octubre y advierte que, si se confirma ese escenario, saldrán a la calle para volver a discutir asignaciones. “Están jugando con fuego. No se está atando la situación social, va a haber un deterioro. Diciembre, como siempre, va a pender de un hilo", pronostica. En el Gobierno lo descartan.
Domingo, 29 de julio de 2018