UNA FUERTE EXHORTACIÓN A LA CLASE POLÍTICA EN ESPECIAL
Castagna instó a oponer valores contra “el engaño de la soberbia del poder”
Con el testimonio de vida de San Cayetano como marco, el obispo emérito de Corrientes, Domingo Salvador Castagna, citó el Evangelio de San Lucas y embistió “contra el engaño producido por el materialismo y la soberbia del poder”. En un mensaje dirigido “principalmente a los políticos y dirigentes sociales que se autocalifican cristianos”, los exhortó a “inspirar el fundamento ideológico y la estructura política y social del Estado” y aclaró “otorgo a lo dicho un énfasis especial porque nuestro pueblo se confiesa, en su mayoría, adherente a la fe católica” para que no queden dudas a qué se refería.
Tampoco ahorró palabras cuando señaló que “la dignidad personal no desaparece por causa del olvido injusto de sus representantes políticos, del hambre, de la salud desatendida, de la inseguridad no resuelta, del ambiente moral enrarecido por las toxinas de la droga y la pornografía, de la agresión, ideológicamente motorizada, a sus familias, a sus niños, a sus jóvenes y a sus ancianos”.
A pocos días del pronunciamiento de la Iglesia Católica Correntina respecto del profundo problema habitacional que derivó en las ocupaciones ilegales de tierras, ésa fue la tónica que Castagna eligió para dar su mensaje en una jornada cargada de alegoría social, por tratarse del Santo al que miles de fieles agradecen por los dones concedidos o van a pedir el milagro del trabajo. Ver páginas 14 y 15.
Al comienzo de su homilía el sacerdote expresó que “la mirada de Dios, en la mirada de Cristo, se detiene en los pequeños y humildes que ciertamente entenderán su mensaje. Los llama ‘pequeña grey’ a quienes son sus íntimos, sus seguidores fieles, a quienes el Padre constituye en propietarios del Reino. En esa expresión, anunciadora de la llegada del Mesías, están incluidos los auténticos valores”.
“Los hombres se equivocan cuando pretenden confundirlos con baratijas, mentiras, inconsistentes argumentaciones y corrupción”, enfatizó.
Destacó que en la persona del Santo “resplandecen los valores evangélicos de tal forma que todos puedan entenderlo. Lo comprobamos en la celebración de su fiesta, entre los innumerables peregrinos que acuden a él como bendito Patrono del pan y del trabajo”.
Explicó que “en los testimonios de muchos devotos compruebo las necesidades profundas que padece nuestro pueblo humilde y pobre. Al mismo tiempo veo emerger sentimientos de gratitud que perduran y trascienden la solución de sus problemas. Muchos de ellos declaran, con conmovedora sencillez, que se acercan a agradecer y a orar por sus familiares y amigos. ¿Cuál es la lectura que corresponde a esas manifestaciones simples y espontáneas? La intercesión del Santo atrae la gracia de Dios que obra transformaciones sorprendentes”, añadió.
Señaló que “San Cayetano es un testigo insobornable del Evangelio y, en consecuencia, inspirador de un comportamiento personal y social coherente con sus valores”.
Afirmó el sacerdote que “no se honra al Santo decidiendo leyes y estilos de administrar la justicia y el bien común, opuestos a las enseñanzas evangélicas que la Iglesia encarna y custodia legítimamente. La auténtica dignidad de la persona es revelada por Cristo a todos aquellos que acepten escucharlo”.
Finalmente pidió “roguemos a Dios, por intercesión de San Cayetano, que por el trabajo digno y suficiente lleguemos al pan material pero, también, al de la salud, al de la educación, al de la seguridad, al de la fraterna convivencia y, particularmente, al de la fe”.
Miércoles, 8 de agosto de 2012