SALUD
Celeste Cid, sobre su adicción a las drogas
"Fue el momento más triste de mi historia". La actriz volvió a recordar cómo fueron esos días oscuros que la llevaron a una internación
Ya lo había dicho en 2014: "Sentí que tenía dos opciones: o deshacerme por completo de ese pasado enfermo que tenía y tratar de olvidarlo, o contar mi historia, no para evangelizar pero sí para ayudar a gente que estaba pasando por lo mismo". Y ahora, Celeste Cid lo hizo de nuevo.
En su mejor momento laboral y con una vida familiar encaminada podría haberse limitado a hablar sobre su personaje en Las Estrellas, del éxito de su proyecto textil junto a Paula Kohan o de su flamante maternidad. Pero no. Fiel a aquella frase que dijo hace tres años, Celeste no tuvo reparos en desandar su historia para detenerse, una vez más, en el momento más oscuro de su vida, ese momento en el que debió ser internada para tratar su adicción a las drogas.
En una entrevista concedida a la revista Gente, la actriz aseguró: "Todos somos sobrevivientes de lo que nos toca en este mundo tan alocado. Yo sólo flaqueé un poco. En realidad, fue una hecatombe. Me perdí en el afuera, en los veintipico, ese lapso de crisis y rupturas. Y me desconecté de mí misma y de todo lo demás. Porque lo que viví no fue joda y rock & roll, sino el momento más triste de mi historia. Fueron tiempos de duelo. De 'duelar" fantasmas personales y temitas familiares".
Sin entrar en detalles, Cid dio una pista de cuáles fueron esos "temitas" que no terminaba de asimilar. "Trabajo desde muy chica. Sí, crecí rodeada de cuidados y cariños, pero también obligada a pensar y a responder como adulto: con cargas horarias, comiendo en el auto entre la escuela y un estudio. La decisión era mía hasta ahí. Hasta que pesó. Uno siempre sabe cuáles son sus patas rengas. Sólo necesitaba enfrentarlas y poner orden. Tuve padres maravillosos, que supieron acompañar muy bien algunos aspectos, pero otros no tanto", contó.
Pero también dejó en claro que al principio no se sentía cómoda hablando sobre el tema. "Ya no me avergüenza. Al principio, cuando estaba internada, con lo jodido que implica esa enfermedad y extrañando mucho a André, mi hijo, salía esquivando fotógrafos y autos que me seguían".
André en aquel momento tenía cinco años. Hoy tiene 13, y sabe muy bien qué fue lo que le pasó a su mamá en esos años. "Tanto su papá, Emmanuel (Horvilleur), como yo somos muy abiertos al diálogo fluido: en casa se debate, se piden puntos de vista. Hasta tenemos un grupo de WhatsApp los tres. Yo voy contándole mi situación de acuerdo a su desarrollo madurativo. Porque tengo claro que cuando pasa algo así en una familia, afecta a todos hacia atrás y hacia adelante. André sabe que lo que viví es un bajón. Que pasó. Y que lo importante está acá: eso es su mamá", reveló.
Sobre sus internaciones, recordó: "Estuve en un lugar que me ayudó hasta cierto momento. Porque el lema 'sólo por hoy' acomoda a las personas en el lugar de pacientes. Recuerdo que el terapeuta me decía que, con el tiempo, las dosis de medicación disminuirían, pero que estaría medicada para siempre. Yo me sentía mejor, volvía a retomar mi cotidianeidad, mis amistades y le dije: 'Si cuando estoy engripada tomo un analgésico y me curo, ¿debo tomarlo siempre, por las dudas? No'. Me respondió: 'Es mi forma de trabajar'. Entonces contesté: 'No es la mía'. Me ayudó, claro. Pero considero que no soy una persona que necesite vivir 'empastillada'. Busqué otros recursos. Siempre deberé estar atenta a las conductas. Y soy atenta".
Lejos parecen haber quedado aquellos momentos. Hoy, además de su éxito laboral, disfruta de su faceta de mamá con André y Antón, de once meses, fruto de su relación con su novio, el actor Michel Noher.
Jueves, 5 de octubre de 2017