IT (ESO)
Andy Muschietti, el argentino que es dueño del terror
Vivió en Acassuso y dirigió It (Eso), la película récord de recaudación en EE.UU. y que estrena el jueves. Sus recuerdos de la Argentina y cómo adaptó la novela de Stephen King.
It (Eso), el filme de terror que bate récords, basado en la novela de Stephen King, que aquí estrena el jueves y que lleva recaudados en Norteamérica US$ 218 millones en sólo 11 días.
Cuando Andy Muschietti y su hermana Bárbara eran chicos y vivían en Acassuso, adoraban ir “al autocine que quedaba en la General Paz. Son esos lugares a los que uno querría volver para recuperar la vivencia de esos momentos. La primera película, esa experiencia que me fulminó fue Encuentros cercanos del tercer tipo, tendría 4 o 5 años cuando la vi, y todavía tengo las sensaciones de esa película, que me aterrorizó también. Estaba todo bien hasta que al final aparece la reina de los aliens…”.
Hoy, Muschietti es el responsable de It (Eso), el filme de terror que bate récords, basado en la novela de Stephen King, que aquí estrena el jueves y que lleva recaudados en Norteamérica US$ 218 millones en sólo 11 días.
Tras la conferencia de prensa que brindó en el Abasto, Andy invita a un tardío almuerzo en el Hotel Alvear. Bastante frugal su elección, sólo una presa de pollo caliente y muchos vegetales. Imposible que su cuerpazo pueda resistir sólo con esa comida y una Coca light.
-¿Desde cuándo querés ser director de cine?
-Mirá, no te miento si te digo que desde ese momento. No lo racionalicé, porque uno de pibe quiere ser astronauta, bombero, yo quería ser jockey (MuschIetti debe medir más de 1,90m). Imposible, pero me gustaban muchos los caballos. El amor por el cine empezó ahí. Además, yo dibujaba desde chico. Era muy tímido, no socializaba ni en el jardín de infantes, ni en los recreos… Y ahí me quedaba en la clase, dibujando. Y mis viejos me incentivaban mucho, porque me dejaban dibujar en las paredes de la habitación y de la cocina. Después, la limpiaba. Y eso estaba muy relacionado con el cine, porque volvía de ver una peli, y la dibujaba.
-¿Storyboards?
-Ni siquiera estaba el concepto de ponerlos en un marco, eran hojas, y me acuerdo de tratar de dibujar toda la película en hojas. Me pasó con El corcel negro, una de las experiencias que me volvió loco.
-¿Cuándo empezaste a estudiar cine?
-En La FUC, en 1992. Obviamente el colegio no me interesaba, quería hacer películas. En el colegio San Patricio teníamos un curso de video, mis primeros cortitos los hice ahí, había concursos literarios, yo ya me había involucrado con Stephen King. Hice un par de cuentos y gané un concurso en el ‘89. El premio fue un CD a tu elección y me gustaba mucho el rock de los ’50 y me pedí el Cuarteto del millón de dólares, que era Elvis Presley, Jerry Lee Lewis, Carl Perkins y Johnny Cash.
-Te gustaban los ’50, pero cuando adaptaste “IT”, que trascurre en la novela en los ’50, la llevaste a los ‘80.
-It también me estimuló, porque era la infancia, crecer en los ’50…
-¿Te imaginabas que iba a andar tan bien de taquilla?
-Fue un pelotazo. Hay como un tracking de las expectativas del público, de hecho nadie quería estrenar en la misma fecha porque sabían que It iba a pegar fuerte, pero ni los pronósticos más alocados anunciaban esto.
-¿Cómo fueron tus charlas con Stephen King?
-Nunca nos encontramos personalmente. Porque él no viaja a Los Angeles, yo estaba metido en esta burbuja, no paré de laburar desde 2015, y el día que llegó el momento de mostrarle la película dije “bueno, voy”, y me dijeron “él la quiere ver solo”. Lo cual, pensándolo, tiene todo el sentido del mundo.
-Pensé que se habían encontrado previo aún al rodaje.
-No, porque es un tipo que no interviene, no tiene interés en interferir con la producción. El había aprobado un guión inicial cuando todavía estaba Cary Fukunawa (director de True Detective), al que yo cambié mucho. It fue muy personal para mí. Cuando leí el guión de Fukunawa no tenía nada que ver con mi experiencia emocional leyendo el libro, a los 14, y tampoco leyéndolo de grande. Ves ciertas cosas de otra manera.
-¿King llegó a ver tu guión?
-Nunca lo supe. Yo tampoco tenía la necesidad de contar con su aprobación, porque entrás en una especie de dinámica donde encontraste tu visión y te entregás a ella completamente. Es estimulante, la única manera de hacer una peli basada en otra cosa es encontrarle la veta y darle con todo. Y además meterle suficientes cosas propias para sentir ese entusiasmo, ¿no? Sino, sería “vamos a hacer un Hombre lobo, una Momia, no tiene mucha gracia.
-¿Vas a hacer una remake de “Cementerio de animales?
-Bueno, es mi libro preferido de Stephen King. Es el primero que leí. Es impresionante. Es muy fuerte, es como un bajón, que va de mal en peor, no es como It, que tiene un sentido de esperanza, porque además extrañamente no te habla de la niñez, es recurrente el tema de la infancia y de la magia de la infancia que se termina. Y la inocencia.
- En tu película, como en el libro, no hay adultos que sean un ejemplo, que puedan guiar a los chicos.
-Todo lo contrario. Y esto lo entendí cuando lo leí 30 años más tarde. King hace una metáfora del fin de la inocencia. Es una carta de amor a la infancia y lo que hace es antagonizar a todo lo que viene después, y lo hace enemigo de la infancia. Matan a la magia de la infancia, hay un proceso natural cuando uno crece y toda esa imaginación e inocencia, y el creer en cosas que no existen, se acaba. Todo lo que viene después es el enemigo, por eso en la historia son antagonistas, son una extensión del mal.
-Con la calificación de R (en Norteamérica, menores de 17 años pueden verla acompañados de un adulto), con Warner siempre estuvo claro?
-Eso fue lo mejor de este proyecto. De no haber sido así, probablemente no la hubiera hecho. Ellos me dejaron hacer una película que iba a ser R. El estudio quería hacer una película R, una peli que sea fiel a la esencia desde el principio. Son experiencias que en Hollywood no pasan mucho, normalmente los productores y los estudios...
-Quieren hacer PG 13, para recaudar más…
-Recaudar, y ésa es la gran contradicción del terror. Quizá la audiencia más grande del terror sean adolescentes y jóvenes adultos, pero los pibes buscan intensidad, y esta película para mí no había versión PG 13. De hecho, la miniserie de los ‘90 fue eso. Suavizada. Y pegó mucho porque la veían los pibes. Hay una generación que está traumatizada con Tim Curry. Y con los payasos.
-¿Vos con los payasos te llevabas bien?¿Fuiste a algún circo acá, en tu infancia?
-Sí. Nunca tuve problemas. No me acuerdo el nombre, pero mis viejos me llevaban al circo y había una época en la que Guy Williams, El Zorro, estaba dando vueltas, porque él vivía acá, y el pobre tipo hacía de El Zorro en este circo, y obviamente había payasos. Pero el payaso berreta era lo que a mí me daba tristeza, el de fiesta de cumpleaños.
Director de Mamá (2013), producida por Guillemo del Toro, planea un Robotech. “Es un proyecto de pasión para mí, porque es un dibujo animado que me marcó mucho. La quiero hacer, primero está la secuela de It”.
-¿Vas a ver "It" a los cines acá?
-Sí, disfrazado de payaso...
La elección del payaso mortal
La elección de quién interpretaría a Pennywise, el payaso malévolo, no fue sencilla, y siguió un arduo trabajo de casting, lo mismo que para los chicos. El elegido fue el sueco Bill Skarsgård.
“No lo tenía visto a Bill -cuenta Muschietti-, lo vi en la torta con los tapes que hace el director de casting. No lo imaginaba en el papel, era como un pibe buenmozo, no tenía nada que ver con el payaso que yo pensaba. Cuando lo vi, tenía algo muy especial. Vino con una performance que no tenía nada que ver con lo que terminamos haciendo, pero su actuación tenía un equilibrio entre lo que yo buscaba, que era que fuera un payaso, pero aniñado, y con una mirada escalofriante. Por eso el ojo mirando para el otro lado, bizco."
-¿Y Finn Wolfhard -de “Stranger Things”-, como Richie?
-Con los chicos quería actores que tuvieran al personaje adentro, no era una cuestión de interpretación ni de look. Quería darles libertad para que improvisen, y tener esa cosa como fresca, espontánea. Richie no puede parar de hablar, hace chistes en los peores momentos. Y Finn es un poco así, es muy inteligente, pero lo tiene en su naturaleza, todo el tiempo. Y así, con todos.
La secuela ya está en marcha
-Cuando hagas la secuela, los personajes serán, digamos, los niños sobrevivientes cuando ellos son grandes, como pasaba en el libro original.
-Sí. en la novela Richie tiene un encuentro con Paul Bunyan, una especie de personaje legendario en el Noreste americano, casi como de leyenda. No se sabe si es real o no. Es un leñador, y hay muchas ciudades en el Este que tienen la estatua de este tipo, grande, y en el libro Pennywise se reencarna en esa estatua, y lo persigue a Richie con el hacha y se salva por los pelos. En la segunda parte... Hoy no te puedo adelantar todavía si va a estar Banyon, pero es divertido, hay algunas cosas del libro que te quedan impregnadas...
-Vos decidiste que en la película no aparecieran los adultos recordando en flashbacks.
-Había una idea de hacer sólo la parte de los niños, que para mí tenía mucho sentido, porque a nivel narrativo quería contar la historia de manera más pura posible, sin los puntos de vista de cuando son grandes. Me pareció una buena idea de hacerlo en los ‘80 para que 30 años más tarde sean tiempo real. Y creo que vamos a tener mayor libertad creativa aún.
Martes, 19 de septiembre de 2017