EN CAA CATI Avanza investigación por supuesta violación grupal Una joven de 21 años aseguró haber sido atacada por tres muchachos, conocidos suyos, quienes actualmente se encuentran bajo arresto preventivo. Los acusados aseveran que se trató de un acto consentido y que no hay pruebas que los incriminen. En febrero, la localidad de Caá Catí fue centro de atención al conocerse la denuncia de una joven, en la que aseguró que fue abusada sexualmente por tres muchachos en el marco de una fiesta realizada en un domicilio particular. En ese contexto época tuvo acceso a una parte importante del expediente, en el que se corroboró la existencia de muestras genéticas, que servirían de evidencia para esclarecer el caso.
Debe recordarse que el trío de sospechosos se encuentra detenido actualmente. Estos son Santiago C., Lucas A. y Cristian C., quienes se habían presentado ante el fiscal del caso, Buenaventura Duarte, tras lo cual quedaron bajo arresto. El presunto hecho aconteció durante la madrugada del 26 de febrero, luego de la noche de los corsos locales.
La víctima, quien será identificada como R. de 21 años, se encontraba en una vivienda junto a un grupo de personas, a donde había llegado luego de haber asistido al mencionado evento popular. Si bien estuvo en un principio acompañada de su novio, una pelea en la pareja motivó a que el joven se fuera del lugar y la chica quedara junto a sus amigas en la casa, donde se desarrollaba la fiesta conocida en el ámbito juvenil como “after”. Debe remarcarse que en dicho contexto habría existido una importante ingesta de alcohol. Antes de comenzar la crónica, armada a través de los distintos testimonios que se presentaron ante las autoridades, es primordial exponer que trascendió públicamente un video registrado a través de un celular que captó momentos previos al presunto abuso.
Filmación En el material fílmico se pudo observar un grupo de jóvenes, algunos sentados, otros bailando con música que provenía de un auto, cuyo faro izquierdo podía advertirse fácilmente. La habitación en la que se encontraban era un quincho al fondo de la vivienda.
En el centro de la escena se puede ver a la muchacha R. quien tenía una pollera larga y una remera tipo top. Allí se puede ver sentado a Cristian C., vestido con una remera blanca y una bermuda azul. También a Lucas A., cuyas prendas eran una remera negra y un pantalón corto tipo jean, quien estaba parado y hablaba con la presunta víctima. En el video apenas podía verse a Santiago C., reconocible por tener una remera verde perteneciente a una comparsa local, quien puede ser observado al final (desde la perspectiva del video) de una hilera de jóvenes sentados a una mesa. El dueño de casa, uno de los testigos, también podía ser visto parado contra la pared, vistiendo una remera azul, aunque desaparecía de la escena por momentos.
En el minuto 1:31 se pudo ver que Santiago C. se levanta y por los movimientos del cuerpo (ya que en el medio de la imagen hay otras personas que no permiten verlo con claridad) se infiere que salió de la habitación. Segundos después se observó que Lucas A., alzó en sus brazos a R. y sale por una puerta (la misma que habría usado Santiago un momento antes) siendo seguido de atrás por un muchacho vestido con camisa blanca y pantalón de vestir con lo cual termina la filmación. Vale remarcar que antes de que R. fuera alzada, pareciera que Lucas pretendió besarla ante lo cual la muchacha habría intentado impedirlo ya que se la ve estirando los brazos y tirando su cuerpo hacia atrás para esquivarlo.
Los dichos de la joven Las declaraciones de la presunta víctima a las que tuvo acceso época fueron dos. Una es una ampliación de la denuncia, la cual fue realizada el 2 de marzo ante el fiscal Bueventura Duarte, luego de que estuviera hospitalizada.
En la primer parte explica cómo es que llegó a la casa donde se realizaba el “after”, además de la pelea que tuvo con el novio. Primeramente dijo notar que los tres sospechosos le pasaban la cerveza solo a ella, con lo cual presuntamente habrían intentado emborracharla. Luego de que Lucas la alzó, relató que la llevó a una pieza donde se encontraban Cristian y Santiago.
Al ingresar dijo que Lucas A. le pegó una cachetada, la agarró del pelo y la obligó a realizar prácticas sexuales de la que habrían participado los otros dos. A todo esto dijo que ella lloraba y gritaba, incluso sostuvo que intentó morder a Lucas en sus partes íntimas ante lo cual solamente logró seguir siendo blanco del castigo. También contó que alguien habría golpeado uno de sus glúteos continuamente. Tras pasar por esta situación, indicó que dos amigas suyas ingresaron a la habitación y se la llevaron. Luego fue en auto hasta el hospital local, donde secuestraron su ropa interior, todo en medio de un ataque de nervios que sufrió debido al miedo.
El 21 de marzo, se realizó una audiencia de la que participaron los abogados defensores, la querella, el fiscal y el juez. Ante ellos, la muchacha reiteró el relato aunque en el medio tuvo episodios de llanto y depresión. En esta segunda declaración, contó además de que Lucas A. es como un familiar lejano ya que los padres de él y ella se conocen desde hace mucho.
Agregó que antes de haber sido alzada por Lucas A., dijo que un muchacho (sumado como testigo a la causa) intentó besarla y que pretendía levantarle la pollera. Recordó que la habitación estaba oscura y que al momento de ingresar alzada a la pieza, alguien cerró la puerta. “Yo pedía auxilio y ahí me pegaba para que me calle y tironeaba el pelo”. También comentó que al momento de haber sido alzada no es capaz de detallar la ubicación de Cristian ni de Santiago C en ese instante. Asimismo indicó que los tres estaban en la habitación al momento en que llegaron sus amigas. Consultada sobre la estructura edilicia contó que había un pasillo y había que doblar para entrar a la habitación. Se le exhibe el video mencionado y reconoce a las personas que estaban presentes.
Cristian C. Al igual que en el caso de la chica R., también se tuvo acceso a la declaración que dicho sospechoso realizó ante las distintas partes y juez de la causa. “Había alcoholizados, se tomó bastante y R. era la que más estaba en ese estado”, indicó.
El joven detenido en el marco de la causa dijo que en el quincho estuvo sentado, como se ve en el video, y que hablaba con otro muchacho (testigo en la causa). Después de que estuvieron en el quincho, comentó que ingresó a la parte de delante de la vivienda, donde estaban las amigas de R. (las que la habría sacado de la pieza). Un grupo estaba en la cocina y otro en el sofá living, según recordó.
En este último lugar relató haber estado sentado hasta que vino Santiago C. “Hablé con él un rato y luego me dirijo hacia la cocina y en el trayecto veo salir a Lucas de una habitación, por curiosidad voy a ver y dentro de la habitación veo a R. que lloraba”, declaró Cristian quien vio que la muchacha estaba vestida. El muchacho se habría identificado e intentó tranquilizarla, ante lo cual la chica le dijo que llamara a su novio. “En ese momento entró la amiga y la sacó”.
Con respecto a los testimonios, primeramente se conoció la declaración del hermano de F. (un testigo en la causa quien será identificado así). Dicho familiar indicó que si bien no estuvo ahí, lo que sabe es que R. y su hermano se besaron esa noche. También reconoció a F. en el video. Una declaración más importante fue la de F.M., quien es el propietario de la vivienda donde habría ocurrido todo. El muchacho (vestido de remera azul según se pudo ver en el video) primeramente contó cómo es la casa: en la entrada está el living donde se encuentra el sofá, las habitaciones de sus padres, hermano y hermana están allí, luego hay un pasillo donde está la pieza de otras dos familiares (el quincho está al fondo). Esa noche sostuvo que vió que F. intentó besar a R., aunque no pudo observar cuando Lucas la alzó porque estaba en el auto cambiando música (algo que no puede advertirse en el video ya que pareciera que permanecía afuera del coche). Al salir del rodado dijo que no se encontraban más la presunta víctima, Lucas ni Santiago, sí Cristian.
Otra testimonial fue la del joven quien habría estado hablando con dicho sospechoso al momento de que la supuesta víctima fuera levantada y llevada. Dicho muchacho, A., dijo que no advirtió esa acción sino que después la presenció en el video mencionado. Asimismo aportó que un momento del “after” a R. le hicieron besarse con F. “Me enteré al día siguiente de lo que supuestamente ocurrió”, indicó. Según el relato de A., luego de que aconteciera lo que se vio en el video, él fue al living y al volver ya no vio a nadie más debido a que se durmió un buen rato en el sofá.
Por otro lado una muchacha identificada como L.M.V. contó que ella vio que R. se llegó a besar con F. (o sea uno de los testigos) y Lucas. Declaró que todo el momento estuvo en el quincho, desde donde vio cómo este sospechoso alzó a R. Pero también dijo que en un momento se fue al living, donde vio que tanto Lucas A. y la presunta víctima ingresaron a la habitación tras besarse, con lo cual quiso dar a entender que no hubo ningún tipo de violencia para que R. ingresara. Algo que no se explica en el expediente es cómo hizo para ver las dos acciones que afirmó observar, ya que tendría que haber estado en esos dos lugares distintos de la vivienda. Más allá de que esto no se detalla, el propio F. relató en su declaración que al momento de que Lucas alzó a R., él los sigue (como se observa en el video) y luego ve que el joven la baja y se dan un beso, es ahí que volvió. Al regresar vio a Cristian y que no se cruzó más con Santiago C.
Qué dijeron las amigas Con respecto a las muchachas que declararon haber sacado a R. de la habitación mencionada, primeramente habló A.E., quien dijo que lo único que vió al momento de abrir la puerta es que Cristian y R. estaban de pie y debido a que estaba oscuro no supo si estaban “abrazándose o besándose” y que fue incapaz de dilucidar la situación. Dijo que estuvo afuera de la habitación, que escuchó gemidos y no gritos. Asimismo que le habían comentado que Santiago “seguramente” fue a la pieza “porque se perdió nomás”. Con respecto a este sospechoso, comentó que lo vio salir primero a él y luego a Lucas, tras lo cual Cristian fue hacia la pieza. Cinco minutos después relató que logró escuchar a R. llorar. La otra amiga, R.E., declaró que no pudo distinguir si los gemidos mencionados eran de hombres o una mujer, aunque sí le pareció que eran de goce pero no puede asegurar a quién pertenecían.
Médico de Caá Catí Dicho profesional fue quien atendió primeramente a la muchacha. Contó que el diagnóstico era un cuadro de ingesta alcohólica y que además puso en signo de interrogación el supuesto abuso ya que no había encontrado en ese momento lesiones sexuales o rastros genéticos. Con respecto al actuar de R., comentó que primeramente no respondía a las preguntas de rutina sobre sus datos y que lloraba por momentos. Tiempo después se tranquilizó y pudo dar respuesta a lo que se le preguntaba. Contó además que en otras oportunidades había atendido a R. ante presuntas peleas que tuvo con su novio.
Las pericias Como resultado de un examen realizado en el Instituto Médico Forense el 2 de marzo, se halló un moretón en una zona íntima que no pertenece al aparato reproductivo (no se especificará cuál para proteger la intimidad de la persona), que fue catalogada como leve y que habría sido producida “por y o contra un objeto romo y duro” provocada pocos días atrás del examen y que la iba a inhabilitar de sus actividades por el lapso menor a 30 días.
De la misma forma se afirmó que presentaba una “inflamación” debajo del ojo izquierdo (región malar) que sería producto de un golpe. Con respecto a las entrevistas psicológicas se diagnosticó que la joven padece episodios de llantos como producto de un estado postraumático y vulnerabilidad psicofísica ante lo cual debía realizar un tratamiento. Asimismo se indicó que tiene recuerdos de lo que habría pasado, aunque por momentos se tornarían confusos por efectos de lo que habría sido una intoxicación alcohólica. A pesar de ello presenta “un discurso coherente, claro y organizado” y se orienta en el espacio, tiempo y lugar. En la pollera y en el top secuestrados en la causa se hallaron algunas manchas de sangre (serían pequeñas). Asimismo se encontró en la primera prenda mencionada un pelo minúsculo. Otros materiales genéticos se hallaron en una prenda íntima.
Qué dicen los familiares Como es de esperar los allegados de los protagonistas tienen, según las manifestaciones que hicieron públicamente, posturas muy distintas con respecto a lo que habría pasado esa noche.
Los que son cercanos a los detenidos indicaron que no hay pruebas suficientes que determinen que haya existido abuso. Uno de los fundamentos es que los estudios médicos, a su entender, no comprobaron que haya existido la agresión denunciada. Incluso se sostuvo que habría existido un consentimiento con respecto a lo que habría ocurrido dentro de la pieza. Familiares de Cristian C. argumentan que incluso el muchacho no se encontraba en el lugar del hecho que se le endilga. A todo esto vale aclarar que ante el caso hay una gran cantidad de rumores dentro de la población de la localidad. Es por ello que el padre de la muchacha publicó una carta conocida por la red social Facebook.
En el texto se dirigió “a los familiares de los imputados y a esa parte de la sociedad que apunta con el dedo, juzga, injuria y que habla sin saber, que jamás hicieron el ejercicio de ponerse en el lugar de mi hija (…) que el calvario que sufrió R. sumado a sus comentarios maliciosos, la hacen doblemente víctima”. A todo esto debe aclararse que en la localidad se realizó una marcha para pedir el esclarecimiento de todo lo que ocurrió. Como suele ocurrir ante estos casos que dividen aguas en la sociedad, le toca al Estado y la Justicia intentar cerrar la grieta. Jueves, 13 de julio de 2017
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