TELEVISION
Por qué Las Estrellas gustan tanto?
Según su guionista Marta Betoldi, una de las responsables detrás del éxito de Pol-Ka analiza cuáles son los condimentos de esta nueva tira
El éxito de Las Estrellas tiene que ver no sólo con la frescura de su tono, sino también con las mujeres que lideran la historia.
Las protagonistas de la nueva ficción de Eltrece -que viene pisando fuerte en el prime time- son un peculiar quinteto de hermanas de distintas madres que, a pesar de sus muchas diferencias, debe trabajar en la administración de un hotel con el fin de acceder a una millonaria herencia que les dejó su padre. La dinámica de estas mujeres, anclada en sus inseguridades, pero también en la inevitable búsqueda por encontrarse fue orquestada cuidadosamente por un grupo de libretistas y, de ese equipo, una de sus piezas clave es Marta Betoldi, quien más allá de su extensa carrera como actriz desde hace varios años goza del reconocimiento que le dio su trabajo como guionista en ficciones como Ciega a Citas, Socias y Esperanza Mía.
En una charla telefónica, Betoldi habló con la LA NACION sobre las cinco Estrella, de dónde vienen, hacia dónde van y por qué cree que la historia gustó tanto, en una época en donde las ficciones locales parecían no lograr entusiasmar demasiado a los televidentes.
En busca del amor... ¡y de televidentes!
Según Betoldi, la popularidad de la tira no tiene que ver con fórmulas preestablecidas, sino con la forma dinámica de presentar al grupo de protagonistas: "Creo que la tira habla de nosotras las mujeres en una forma urbana, moderna, pero a su vez también nosotros somos un público y somos esas mujeres que, como en el caso de las protagonistas, van desde los veintipico hasta los treinta y pico. Eso hace que aspiracionalmente un público que quizás está entre los dieciocho o veinte años ve que ése es el futuro que les viene y eso es lo que hace que tengamos un público de veinte que estaba mirando series en computadora y que ahora se incorporó al de treinta, cuarenta, cincuenta o sesenta. Creo que Las Estrellas es fresca, cuenta algo de lo que le pasa a las mujeres que se encuentran en esos grupos de chicas que salen los fines de semana y que van transitando su vida buscando el amor".
Nuevas mujeres de novela
En los últimos años, el estereotipo de la protagonista de novela cambió drásticamente. Muy atrás quedaron esas mujeres que sufrían desamores, callaban infidelidades o se sometían a los mandatos masculinos. Hoy, ellas no dudan en imponerse frente a sus pares masculinos o en alzar su voz y como ejemplos recientes de esto tenemos a María Leone (Nancy Dupláa) en La Leona, o la actual Verónica Rosenthal (Eva de Dominici) en La fragilidad de los cuerpos. Estos personajes demuestran cómo evolucionaron las heroínas de televisión. Y aunque las hermanas Estrella se encuentren lejos de una fábrica tomada o de una saga policial, su llegada también supuso una enérgica renovación. "Esto no es las chicas son lindas
, ellas son frescas y están vivas, les pasan cosas y, además, no están mostradas en su perfección, sino que están mostradas desde un punto absolutamente fallado, vulnerabilizado. Son mujeres que tienen que conquistar el amor con fallas propias porque ellas mismas son sus propias antagonistas".
El vínculo entre las hermanas es uno de los aspectos que más interés le genera a Betoldi porque en esas relaciones ellas pueden jugar a ser amigas o todo lo contrario: "Vos con un hermano podés tirar la cuerda, pelearte intensamente y decir las peores barbaridades, luego podés estar abrazándote porque ahí hay un vínculo sanguíneo que te une. Lo que tienen estas minas y lo que heredan no es sencillamente un hotel, ellas heredan un agujero emocional de un padre ausente y una reparación familiar y con el amor que tienen deben construir de otra manera. Por eso es que las madres son como son y ellas no quieren ser esas madres, quieren oponerse y alejarse de esas madres que han construido matrimonios ficticios con su padre y con hijas a las que han criado en la mentira. Ellas heredaron la bronca hacia las hijas de esa otra madre y tienen que empezar a construir y llevar adelante algo que necesitan fundamentalmente desde un lugar emocional".
Cuando se estrenó Las mil y una noches, muchos atribuyeron el éxito de esa novela a una vuelta a las raíces del género. Esta historia de amor construida de forma perezosa, paulatina y notablemente idílica, generó un romance con el público local que a muchos sorprendió. Por un momento, algunos consideraron apresuradamente que los televidentes buscaban nuevamente eso: relatos acartonados que parecían reservar el beso de los protagonistas para el último episodio. Pero el rating de Las Estrellas confirma que eso no es cierto, que la fórmula del éxito hay que ir a buscarla y que los espectadores quieren historias que sepan cautivarlos.
"Creo que la problemática actual no pasa porque alguien conquiste a alguien porque se acostaron. Vos podés tener una relación sexual o un encuentro con una persona y que sea el inicio del conflicto, porque a pesar de eso no lográs enamorarte o entregarte. Como sucede en los tiempos modernos que han cambiado muchísimo, antes la gente llegaba virgen al matrimonio, después la gente tenía relaciones luego de cierto tiempo, y hoy en día puede vincularse sexualmente y eso no implica conquistar ni al hombre ni a la mujer. Entonces ése es un paso que no significa el amor y, luego, vienen las propias neurosis para alejarse de eso que supuestamente se conquistó. Me parece que en un tiempo en el que la mujer ha tomado tanto protagonismo, y hablemos del Ni una menos, estas mujeres son la mejor representación del Ni una menos. Son mujeres que se plantan frente al hombre de una manera distinta y que son capaces de decir tomá una tarjeta y llamá un remis, yo no soy un objeto de uso y puedo también descartarte y elegir que no duermas conmigo y puedo elegir si quiero tener relaciones con vos y puedo elegir no querer dormir", asegura Betoldi sobre sus protagonistas.
Florencia y sus mil características
En el primer episodio de la tira, el personaje de Florencia ( Violeta Urtizberea ) brilló con luz propia.a fuerza de insultos. Una de las menores de las Estrella tiene síndrome de Tourette, una característica que la lleva a insultar compulsivamente, aunque como aclara Betoldi, ella es mucho más que eso: "Nosotros decimos todo el tiempo que el personaje que hace Violeta Urtizberea, que es Flor, no es la hermana que tiene Tourette. Florencia es la hermana sensible, insegura, que apuesta al amor, que trata de unir a la familia, amorosa, encantadora, divertida... y que además tiene Tourette. Esa es una de las características que complica muchos de los aspectos de su vida y ella con eso va construyendo un personaje".
Acercarse y construir un personaje como Florencia fue complejo y Betoldi destaca que con ella, el equipo de guionistas tuvo "un verdadero desafío" porque ese personaje tenía un mundo emocional que debía florecer y sobrepasar esa "característica tan trazo grueso, que incluso podía absorber a sus otros rasgos". Pero con más de veinte capítulos a cuestas, el objetivo se logró y la audiencia pudo empatizar con ella y entender que es mucho más que un insulto intempestivo: "Fue complejo porque nosotros muy lejos de querer tomar con humor esa patología neurológica, lo tomamos con un criterio bastante profundo. Florencia ya tuvo al aire y va a tener más escenas donde se habla de lo que eso significa para ella. A vos te puede causar gracia en un determinado momento un insulto, pero la situación en sí misma no es graciosa. Te puede provocar risa, pero a los dos segundos vas a estar sintiendo y compadeciéndote de lo que le pasa a esta mujer que cuando quiere decir te quiero le sale un insulto. Creo que es clarísimo esto: jamás tomamos al personaje como un payaso para que la gente se ría. Me parece que está muy bueno poner luz sobre una condición que muchísima gente desconocía y en la medida que sacás de abajo de la alfombra cosas que están ocultas, bienvenido sea para que la sociedad crezca en una igualdad de inclusión".
El sexo y el amor, por carriles separados (II)
El lugar que para las protagonistas ocupa el sexo es un tópico inevitable y eso tiene que ver con que las Estrellas son mujeres sin tapujos y que en buena medida eligen con quién acostarse y de quién enamorarse, pero esos caminos no necesariamente se unen. Y el conflicto, para algunas de ellas, está centrado en que pueden elegir con quién disfrutar de una noche, pero no pueden dejarse llevar por lo que verdaderamente sienten.
La batalla entre el deseo y el corazón es nuevamente un inmejorable punto de inflexión para el drama de un personaje: "Lo que nosotros estamos planteando acá son mujeres que eligen, prueban, falla y error, pero que permanentemente intentan tener el manejo, aunque por supuesto se le escapan las riendas muchas veces en esa necesidad de conquistar el amor. Porque ésta es una historia de amor, y acá son cinco mujeres que tienen que empezar a modificarse. El caso de Lucía ( Marcela Kloosterboer ) es el de una persona que no tiene problema en levantarse a quién se le ocurra, pero el problema que tiene es permanecer con quien se le ocurra porque no quiere entregarse emocionalmente. Entonces, es un nuevo paradigma, que es de la mujer single que tanto se viene hablando, donde el hombre es un objeto para relacionarse temporalmente sin ninguna implicancia emocional y ésa es su propia falla. Lo sexual no va de la mano con lo emocional, tampoco en los tiempos que corren es así, y eso no significa que todo el mundo no se conecte emocionalmente desde el sexo, porque muchas de ellas también lo hacen. Pero el sexo ya no es un impedimento ni tampoco la garantía de tener la libreta firmada y que diga hasta que la muerte los separe".
El orgullo de contar lo que se quiere contar
Con el diario del lunes bajo el brazo es fácil decir que Las Estrellas probablemente sea el éxito de la pantalla local 2017. En un año en el que hubo apuestas que no salieron como se esperaba, la irrupción de estas cinco mujeres le cambió la cara a una televisión que parecía perder audiencia e interés. Pero Betoldi y el equipo de guionistas que trabaja junto a ella (compuesto por Santiago Ugerty, Esteban del Campo y los dialoguistas Juan Ciuffo y Pablo Iglesias), sumado a los directores de la novela (Sebastián Pivoto y Lucas Gil), construyeron esta ficción que logró una alquimia que gustó. Cuando el proyecto estaba en pañales, todo tuvo que ver simplemente con la pasión que le pusieron, asegura ella: "Uno siempre pone pasión porque la tiene puesta ahí y es parte de lo que genera un éxito, a veces te sale y a veces no, pero teníamos mucha expectativa. Cuando arrancó el programa y teníamos cuarenta capítulos escritos, ya con muchos episodios grabados, nosotros estábamos contentos con el producto y decíamos el público puede acompañarnos o no, pero nosotros estamos muy orgullosos, estamos contando lo que queríamos contar". Y sus palabras se pueden confirmar plenamente ahora con los números de rating que logran y porque esa pasión se tradujo en una historia que el público eligió acompañar fielmente noche tras noche.
Jueves, 6 de julio de 2017