REPORTAJE
"Durante quince años me dediqué a hacerme el boludo"
Así lo aseguró Martín Bossi en una entrevista exclusiva en la que habló de la actuación, la mirada ajena, el amor y el sexo. "Que te digan que estás en pareja con un muchacho no es una situación indigna, un hecho aberrante ni tampoco un delito", sostuvo el artista.
Ubicado frente al espejo de su camarín, nos dice qué imagen se le presenta. “Es el semblante de un chico incorporado en el cuerpo de una persona de 40 años. Hay toda una cuestión de tema lúdico, un juego permanente”.
-En vos se da una actitud permanente de evocación.
-Es verdad. A mí me da mucha ganas de evocar y de traer aquellas canciones que están siempre muy vinculados al amor y al romanticismo en general. El amor está todas las veces en juego y esto no es para nada antiguo. De esta manera, Martín Bossi charló a agenda abierta con DiarioShow.
-¿Qué significado tiene para vos el barrio?
-Uno siempre regresa, nunca se va. El barrio es todo un ejercicio para mí. De mucha alegría y amor pero también de dolor. El arte, en definitiva, tiene que ver con el dolor.
-A vos te gusta incorporar gente querible que uno ha admirado, como Javier Portales, Alberto Olmedo y Jorge Porcel. Y lo que les sucedió a ellos es también patrimonio de la gente común.
-Es verdad, y no tengo dudas de que esto es así. Lo que les pasaba a ellos en su vida de relaciones nos puede suceder a nosotros.
-En este espectáculo (“Bossi Master Show”) te gusta jugar mucho con situaciones que te han ocurrido y lo hacés a través del humor.
-Es que el humor, más allá de que nos salva, es una herramienta eficaz para observarnos y ser lo más autocríticos posible. Me gusta entretenerme con la actualidad y reírme de mí. Soy un celebrador de la vida. No me tomo demasiado en serio todo esto. Todo este artificio de vanidades, te reitero, no me lo creo. Si así sucediera, estaría en problemas.
-Estamos muy observados cotidianamente.
-Hay una cámara oculta que es la vida y los medios. Yo soy un laburante del teatro, un actor de mucho trabajo, y todo, por consiguiente, me cuesta muchísimo.
-¿Te sorprendió que te vincularan sentimentalmente con Federico Hoppe?
-No, en absoluto. Además, de mí se dicen tantas cosas.
-¿Y por qué creés que se originó este tipo de versiones?
-Mirá, que te digan que estás en pareja con un muchacho no es una situación indigna, un hecho aberrante ni tampoco un delito. Mientras me digan esas cosas, para mí es casi un respiro en relación con el nivel de agresividad que vivimos en la actualidad, como compendio de los vínculos humanos, de las redes sociales. Me dolería si dijeran de mí que soy un maltratador, un estafador, un irrespetuoso, un mal compañero. Pero mi vida está muy lejos de todas las cosas que se puedan decir. Durante quince años me he dedicado a hacerme el boludo y a presentarme en sociedad, supuestamente. Pero nadie me conoce, en líneas generales. Aunque sí la gente que viene a verme en los espectáculos. Mis shows hablan de lo que soy yo. Después, fuera del medio, a cuentagotas. Me he dedicado a preservarme y me gusta cuidarme en mi mundo personal cotidiano.
-No me digas que querés emular a Sandro, que construyó un muro en su casa.
-Yo camino por la calle normalmente y a mí, a diferencia del Gitano, no me sigue nadie. Pero sí cuido mi vida. No hay nada misterioso. A mí me gusta el dulce de leche, el chocolate y la milanesa. Tengo mi mamá, mis amigos y mis novias...
-Epa... sos como Ignacio Copani... “cuántas minas que tengo”...
-Qué vas a hacer... se hace lo que se puede.
-Mirá que te han generado vínculos afectivos para todos los gustos: Graciela Borges, Eleonora Wexler, Carmen Barbieri, hasta la mismísima Mirtha Legrand...
-Es que todo forma parte de un juego mediático... Con Mirtha dijeron que le enviaba mensajitos de celular a las cuatro de la madrugada. No tienen la más puta idea de quién soy. Pero si saben tan pocas cosas de mí es porque estoy haciendo las cosas bien.
-En tu casa, ¿te cuesta dejar la piel de tus personajes?
-Fijate que yo convivo con mil personajes y con mil ideas para transmitir. Es muy simple para mí: yo no soy actor, ni bailarín ni cantante, soy esto y no dejo de serlo.
-Creo que le has puesto rúbrica a un nuevo género que como vos decís es “esto” y difícil de clasificar.
-Es verdad, de esta manera se puede definir.
-¿Fátima Florez también transita tu mismo camino?
-Es otra cosa. Es otro estilo de trabajo. Por supuesto que es maravillosa en lo que hace.
-Vos les das a tus personajes un carácter de interpretación muy fuerte.
-Sí, pero fijate que yo prácticamente no imito. Te repito, ella es genial en lo que hace. No obstante, mi historia, desde hace tiempo, pasa por otro lado. Bossi cuenta una simpática anécdota: “En una oportunidad, China Zorrilla me dijo: ‘Qué bien que lo hacés... con todas estas pelucas que te ponés y esos disfraces’... Se queda mirándome unos segundos y agrega: ‘Y el día que aprendas a actuar... ni te digo’” (risas).
-¿Cuántos personajes albergan tu cuerpo y alma?
-En realidad, no hay más que un personaje: soy yo. Es un acto de magia por el que te hago creer que esto es así. La actuación es un acto de convicción y, por otra parte, me dedico a convencer a la gente. Te puedo hacer a Marley y te convenzo, aunque en realidad estoy haciendo a Rod Stewart.
-El escenario te transforma, pasa a otra dimensión...
-Y se puede convertir lo cotidiano en extraordinario. Es un abismo el escenario. Cuando se prenden las luces, una mentira se hace fuerte en términos de concesión. El público hace que cree y yo se lo confirmo. El teatro es eso. Ahí empieza un salto al vacío impresionante.
EL BARRIO SIEMPRE ESTÁ PRESENTE
“Mi barrio, mi casa, mi familia, tienen una incidencia fundamental en mi camino artístico. Mi vieja ha sido y es decisiva como guía, como huella de vida. Por otra parte, mi papá cuando partió me dejó, en alguna medida, ocupando ese lugar. También está mi hermana Andrea, que es abogada. Y Lomas de Zamora es mi patria. Mis raíces, mis afectos, mi vida”. El actor sostiene, una y otra vez, que “pinta tu aldea y serás universal. Yo siempre trato de pintar mi terruño y todo lo que sucede allí, es una de mis grandes pasiones”.
"LA GENTE ES PIADOSA CONMIGO"
Hace siete años que hago teatro en la calle Corrientes, llenando siempre las salas. Y le agradezco de manera permanente al público”. A lo que agrega Martín Bossi: “La gente me tiene paciencia, me espera, me perdona. Son piadosos conmigo y yo realmente lo atesoro mucho”.
Lunes, 26 de junio de 2017