TELEVISION
Marcela Tinayre volvió a la televisión con su nuevo programa, Las Rubias + Uno
"Siento que nunca me fui"
La conductora debutó en vivo por la pantalla de KZO con la "bendición" de su madre, Mirtha Legrand, y la visita de su hija, Juana Viale. "Me alejé de la TV porque tenía pánico escénico, pero vencí mis miedos", dijo
Algunas cosas nunca se olvidan, como andar en bicicleta. O, para Marcela Tinayre, conducir un programa de televisión. Pasaron 15 años desde su último trabajo en la pantalla chica, cuando estaba al frente de Las Cortesanas. Dice que se alejó "por decisión propia", a raíz del "miedo escénico" generado por los constantes cambios en el medio. "Pero vencí mis temores y acá estoy", cuenta, poniéndole el alma a su nuevo ciclo, Las Rubias + Uno.
Claro, no le vamos a quitar méritos, pero "las rubias" que la acompañan no cumplen un rol para nada menor en su regreso: son sus grandes amigas Evelyn Scheidl, Marcela Gotlib y Adriana Costantini. Con la particularidad que las cuatro estuvieron vestidas idénticas para el estreno.
El ciclo, que se emite de lunes a viernes a las 14 en vivo por el canal KZO, encuentra a Marcela conduciendo con una desenvoltura que se mofa de su exilio de los medios. "Me siento como si nunca me hubiese ido", confiesa a Teleshow después del debut, el miércoles a la tarde. El envío tuvo la "bendición" vía telefónica de su madre, Mirtha Legrand; las presencias de Juana Viale -su hija-, Luis Novaresio, Marcelo Polino y Chiche Gelblung; y el saludo especial de Graciela Borges. Ámbar de Benedictis, su nieta, acompañó detrás de cámaras.
"No sabés lo que me gusta verte en la tele, Marcela, te va a hacer muy bien. Que tengas muchísimo éxito, yo sé que vos estás feliz de estar con tus amigas. Pertenezco al ambiente de toda la vida y muy poca gente hace programas con amigos, es inusual. Este programa se hizo por el sentido de la amistad que tenés", le dijo Mirtha a su hija, al comienzo del programa. "Te quiero, gracias por estas palabras y esta bendición", le contestó la conductora a su madre, a quien con mucho humor llamó "la vecina reina", debido a que Almorzando con Mirtha Legrand se emite desde el mismo edificio que su programa.
El ingreso de Juana al estudio fue toda una sorpresa para Marcela: visiblemente emocionada, la abrazó y besó. "¡No sabía que venía! Esta mañana Juana estaba en mi casa y me decía que no iba a ir a ensayar porque se sentía mal, entonces yo la corría con un ibuprofeno, que me lo terminé tomando yo… Ella es bastante reacia a ir a programas de televisión. Me emocionó que haya hecho esto por mí, es una chica que no termina de sorprenderme y en una hija eso es mucho. Se debe haber sentido cómoda porque es una charla de entrecasa, y eso es lo que quiero que vea la gente", contó luego.
-Mirtha te dio la bendición en tu debut, ¿pero qué te decía en privado estos días antes del estreno?
-Ella me decía "ponete más rubia que sos la única que no es rubia del programa", así que me aclaré el pelo. También me decía que use tacos altos porque me gusta estar en zapatillas. Pero todas críticas positivas, estaba muy emocionada por mi regreso a la televisión.
-¿Por qué estuviste todo este tiempo alejada de la televisión?
–Me retiré por una decisión propia, no es que me dejaron de lado. Me llamaron para hacer muchos programas pero estaba en un momento de mi vida en el que me daba pánico escénico la televisión, está muy distinta y prefería alejarme. Decidí esto porque me empezaron a dar miedo las redes sociales, las encuentro agresivas; hasta que alguien me dijo "no las leas". Así que no tengo Twitter, aunque ahora me voy a tener que hacer uno por el programa, y tengo un Instagram privado que lo voy a tener que hacer público. Vencí esos miedos y por esto estoy de nuevo, era un problema personal mío.
-¿Cómo se vivió el regreso después de tanto tiempo?
-Es muy enérgico el primer programa y apostaron mucho por nosotras. Pero el más difícil es el segundo programa, porque es donde sos más consciente de dónde estás, a quién le hablás y te sensibiliza mucho más.
-¿Cómo surgió la idea de llevar adelante este proyecto con tus amigas?
-Estaba viendo un programa de España y decía "me gusta que la conductora hable con confianza" y después me enteré que eran todas amigas, que salían afuera del estudio y viajaban para el programa -que nosotras también lo vamos a incorporar-. Y un día dije "quiero hacer televisión con mis amigas y me saco el gusto de volver". Así que lo llamé a (Pablo) Kweller, me compró la idea inmediatamente y acá estoy. Elegí a mis amigas que se animaban a estar en cámara, cada una profesional en lo suyo. Nos divertimos mucho.
-En tu programa hay actualidad, política, chusmerío y cuestiones íntimas tuyas y de tus amigas. ¿Qué te interesa transmitirle al público?
-Que somos tan normales como todos los que nos miran desde sus casas. Veo mucha "mujer trucha", mucho personaje que se vende en el momento de salir en la televisión. Yo creo que es importante que todas somos ciudadanas, madres y abuelas. Todas tenemos maridos, novios o amantes y a todas nos pasa lo que les pasa a la gente del otro lado, no estamos encerradas en un cofre. Todas discutimos y nos pasan cosas de verdad. No tenemos necesidad de contar todo lo que se nos pasa por la cabeza: es más sabio pensar lo que se dice.
-¿En qué momento de la vida te encuentra este proyecto?
–En una muy buena etapa. Acepté algo que me costaba aceptar y estoy muy mimada porque trabajo con mis amigas y mi hija que vino al programa. Estoy en una etapa fosforescente. Brillo.
Jueves, 8 de junio de 2017