Antonio Tarragó Ros: “Si un gurí chupa y se droga es porque no se siente querido” El acordeonista curuzucuateño desnudó sus más variadas verdades y recuerdos. Se explayó sobre política, sueños, infancia y hasta habló de la muerte. Contó que hace deportes para enfrentar el paso del tiempo. Resaltó el trabajo del padre Mugica y Bergoglio. Antonio Tarragó Ros es una de las figuras señeras del chamamé en el país. Es aplaudido y también criticado por muchos cultores de ese género musical que cada enero parece despertar a la dormida identidad de la comunidad local. Desde hace muchos años tiene una activa participación en la escena cultural y política del país. Sobre el escenario suele combinar sombrero de ala ancha con arito, esto aunque parezca una nimiedad estética motivó grandes debates entre los “puristas” litoraleños. Con esa impronta de ruptura, “Antoñito” hizo conocer y tocar chamamé a referentes de otros estilos musicales con pasión pedagógica. En virtud de esas características, se convirtió en el primer correntino en formar parte de este ciclo que busca ofrecer algo diferente a los lectores de diario época. ¿Estás conforme con el gobierno de Macri? Estamos todos a la espera. Esperanzados y preocupados por el presente. Soy militante de la cultura y la educación, su importancia es superlativa y entiendo que la salida a la crisis está por ese camino. Me inquieta cuando veo que no se pone todo el kerosene en esos dos campos importantísimos para el desarrollo del país. ¿Qué recuerdos te quedan de los Kirchner? Durante sus años de gobierno fue la única vez que estuve prohibido oficialmente en el país. Eso fue por mi identificación con el campo, con quienes ellos estuvieron enfrentados férreamente. La gente en la calle me preguntaba si yo seguía dedicado a la música porque no me veían en ningún lado.
¿Cómo te llevás con el catolicismo? Con una parte de la Iglesia me llevo muy bien. Voy todos los años a la villa donde estaba el padre Mugica. La última vez que fui me regalaron un cuadro que tenía un pedacito de su sotana.
¿Te interesa la figura del papa Francisco? Como yo soy un villero, sé muy bien quién es el Papa y conozco la obra de Bergoglio. Me llena de orgullo que una persona tan solidaria tenga semejante distinción dentro de la Iglesia. Ruego que se le conserve la salud. Debo reconocer que me molesta un poco que siempre hable en italiano, yo quisiera que todas las misas y oficios los dé en español.
¿Cómo ves a los jóvenes de hoy en día?
Me preocupa mucho su situación. Creo que les faltan paradigmas, contención y oportunidades. Siento que no se los ama a los jóvenes. Se los toma como un sector al que hay que venderle cosas, tratan de meterle de todo para que compren sin parar. Durante mis actuaciones tengo contacto directo con los chicos y noto que se sorprenden si uno los trata afectuosamente, con respeto y abrazos. Si un gurí chupa y se droga es porque no se siente querido, es básico eso. Me pongo en el lugar de los padres y sé que también es muy difícil ingresar a ese mundo en el que todo es computadora, celulares, comunicaciones rápidas y cambiantes. Pero es nuestra responsabilidad darles amor, contención y acompañamiento. Hay que agudizar la inteligencia para estar cerca.
¿Qué significa para vos tener éxito? Borges decía que el éxito y el fracaso son dos impostores y adhiero a esa idea. A mí me tiraron con munición gruesa y seguí en la mía, con el chamamé siempre. Impulsé leyes para cuidar a nuestra música, me siento muy feliz de seguir defendiendo la cultura y la educación. Soy miembro de la Academia de Folclore y recientemente hablamos con diputados de la Nación para que los ritmos del país se enseñen en las escuelas.
¿Qué opinás de despenalizar el aborto y consumo de marihuana? Como siempre ocurre, las leyes vienen detrás de los acontecimientos. Si se brindara una buena educación sexual en las escuelas no haría falta hablar de aborto. Con respecto a la marihuana, cuando yo hablaba con rockeros me decían que esa droga te pone en un lugar maravilloso; yo les respondía que si quería estar en un estado así toco un chamamé de Cocomarola o leo un libro. Los desafiaba a jugarle al truco o a escribir algo, yo sobrio y ellos que fumen lo que quieran, a ver quién está mejor.
¿Qué pensás del matrimonio gay? No soy quien para juzgar a las personas. Me parece que todas las formas de amar son respetables. Lo importante es ser feliz, el límite es hacerse daño. Si uno está contento en su casa le puede hacer el bien al mundo. Nunca estaría en contra de una manifestación de amor.
¿Mirás televisión? Muy poco, porque me aburren los programas que pasan en la tv.
¿Te gustan el rock y la cumbia? Hay artistas que me agradan más y otros menos. Si el chamamé perdió terreno y ese público se fue a la cumbia es porque nosotros, los autores, dejamos de escribir o de representar las vivencias o intereses que encarnan a ciertos sectores. Debemos ser autocríticos. Mi padre (Tarragó Ros) se enfermaba si cuando él actuaba la gente no bailaba. Sin embargo, yo cultivé un estilo que no buscaba la danza, sino más bien que me miren sobre el escenario y disfruten de mi música. De grande reconocí eso, abandoné a ese grupo de gente que le gusta bailar. Sí me considero un sacerdote de esta religión que es el chamamé, no puedo dejar de ser autocrítico y tratar de mejorar para defender nuestra identidad. ¿A qué dedicás tu tiempo libre? Siempre hago distintas cosas. Me levanto a las 6, escribo mucho y tengo programas de radio. A las 7:30 llega el profesor con el que corro y hago gimnasia para mantenerme en forma.
¿Cómo fue tu infancia? Dura. Me crié con mis abuelos, los momentos más felices fueron cuando me di cuenta que podía leer sin la ayuda de mi abuela. También cuando aprendí a nadar prendido de la cola de un caballo. Trabajaba en una sodería y en el campo, recuerdo cuando leí el libro:“Los Hermanos Karamazov” a la luz de una vela y volaba con la imaginación a ese mundo de la Rusia de los zares. Algunos de mis amigos eran alcohólicos, yo evadía esa vida difícil con la lectura. No se si abominar o agradecer esas experiencias.
¿Quién es tu máximo referente? Mi papá. Fue un tipo admirable, respetuoso y nunca lo oí hablarle mal a nadie, ni sacar el cuero. Era muy generoso y culto.
¿Cuál es tu mayor sueño? Tratar de ser mejor persona. En algunos aspectos lo logré, en otros aún me falta.
¿Le temés a la vejez? No. Quiero ser lo menos impedido posible. Por eso me entreno todos los días.
¿Cómo te gustaría que te recuerden? Un día Mercedes Sosa me preguntó qué le pondría a mi lápida y yo, un poco en broma, le dije que estamparía la leyenda: “No reempujen” (sic). Quizás me gustaría ser una canción que chifle alguien por ahí. La muerte no es algo que nos pertenece. No me asusta, pero si me da miedo el sufrimiento. Cuando fallece un amigo muy querido uno muere un poco también.
¿Todavía hablás con Carlos Menem? Ya no pero le tengo mucho cariño. Me molesta cuando dentro del peronismo se pone de moda fusilar a alguien. Él era una persona muy afectuosa, de buen trato y amable. Nada que ver con los Kirchner. Obviamente tuve mis grandes diferencias ideológicas con sus políticas privatizadoras porque soy nacionalista. Aun así lo aprecio mucho. En lo cultural, le gustaba la música y si hoy el país está lleno de teatros es porque Carlos hizo que se le quitara el IVA, pocos saben eso. Soy un tipo leal, no soy de esas personas que se prenden a la moda de hablar mal de alguien porque está en retirada o por quedar bien. Chamamecero, hincha de Boca y peronista, así seré siempre.
¿Cómo te llevás con Ricardo Colombi? Tengo mis diferencias políticas con él. Para mí el desarrollo y todas esas aristas sociales pasan por otro lado. No obstante, debo reconocer que es un fanático del chamamé, conoce algunas canciones que ni yo siendo artista las sabía o recordaba. Durante estos años impulsó acciones que hicieron que nuestra música se conozca y escuche en todo el país y también en el mundo. No sé que presente tendría hoy el género si desde su administración no se invirtiera tanto en la Fiesta Nacional del Chamamé. Además, Ricardo es un obsesivo del cancionero litoraleño y de la cultura correntina, eso me acerca más allá de las ideologías distintas.
Domingo, 20 de noviembre de 2016
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