Quilmes festeja el ansiado regreso a la "elite" del fútbol
Como el “Ave Fénix”, el “Cervecero” pudo superar momentos muy difíciles. Pese a haber mantenido un plantel competitivo, tras su descenso la temporada pasada, el comienzo no fue alentador y cuando el equipo pareció ensamblarse, sufrió la salida de Ricardo Caruso Lombardi a San Lorenzo. Sin embargo, resurgió de las cenizas y con un andar arrollador, en el final terminó logrando el tan ansiado ascenso.
El golpe fue duro. Porque a Quilmes le tocó perder la categoría en una temporada de Primera División que, pese a estar casi condenado en un momento, mantuvo en vilo a todo el mundo “cervecero” de que el milagro podría producirse. Sin embargo, las muy malas campañas de Hugo Tocalli y Leonardo Madelón, llevaron a que ni la mano salvadora de Ricardo Caruso Lombardi puede evitar lo que finalmente sucedió: el descenso.
Se sabía que la estadía en la Primera B Nacional iba a ser muy complicada. No sólo por lo que significa un torneo largo, con muchos viajes y con equipos que instalan batallas, sino también por el condimento que generaba el descenso de River por primera vez en su historia. Además, habían bajado otros dos equipos de vasta trayectoria en el fútbol argentino, como Huracán y Gimnasia de La Plata. A esto había que sumarle Rosario Central e Instituto que no la harían tan fácil.
Y no fue fácil. Pese a que se mantuvo al entrenador, el más codiciado por todos y tildado como el “saca puntos”, y también a un plantel con muchas figuras para la categoría, el comienzo en la B Nacional no fue el esperado. El equipo debutó con una derrota ante Boca Unidos y si bien luego ganaría un par de juegos, hasta la fecha 14 el equipo mostró cierta irregularidad, por lo menos en los resultados (cinco triunfos, cinco empates y cuatro derrotas). A esa altura el equipo naufragaba por el séptimo lugar.
Pero Caruso logró a tiempo ensamblar a un equipo que de a poco generó respeto y temor en sus rivales. Y justo cuando el mismo lograba posicionarse en el tercer lugar (con seis triunfos y cuatro empates) a falta de diez jornadas, el entrenador que hizo ilusionar a propios, logró lo mismo en un contrario y se fue de la noche a la mañana.
La salida del “Tano” no fue fácil de asimilar porque el equipo pese a golear a la fecha siguiente, luego entró en un pozo (dos derrotas seguidas) que le costó abandonar. Más como "bombero" que como entrenador, Omar De Felippe ajustó los detalles (anímicos sobre todo) y sacó a flote nuevamente el barco. Con siete encuentros sin perder (cinco triunfos), no paró hasta hacerse del puesto de ascenso directo y así superar con todos los honores su “corta” estadía en la B Nacional.
Muchos le quitarán méritos por haberlo logrado ante un Guillermo Brown de Puerto Madryn conformado por suplentes, ya que se “guardó” para la Promoción, pero lo cierto es que hizo muchos méritos para lograr en estas durísimas 38 fechas la vuelta a Primera.
El jugador más destacado fue Miguel Caneo. El ídolo de la gente, se puso al club al hombro y como líder supo llevarlo a la consagración. Fue el goleador de Quilmes con 12 tantos, pero además su equipo finalizó la temporada como el segundo equipo más goleador con 60 gritos, detrás de River que cuenta con 64, y fue el elenco que menos goles recibió, apenas 21.
Sábado, 23 de junio de 2012
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