La muerte de un protagonista y el peor de los villanos
El regreso de "The Walking Dead"
La exitosa serie postapocalíptica centrada en las desventuras de un grupo de sobrevivientes en un mundo plagado de zombies regresa este domingo a las 22.30 con una séptima temporada.
Esta temporada, el verdadero peligro estará representado menos por los “caminantes” que por una comunidad rival de hombres liderada por el villano más sádico con el que se hayan cruzado hasta el momento.
El primer episodio podrá verse casi en simultáneo con el estreno en Estados Unidos por FOX1, uno de los cuatro canales premium del paquete digital de la cadena abiertos de forma gratuita entre el 20 y el 23 de este mes, y tendrá su repetición por el canal básico de FOX el lunes a las 22.
“The Walking Dead” está al aire desde 2010, cuenta sus fanáticos por millones -sólo en Estados Unidos la última temporada que emite la cadena AMC promedió 13 millones de espectadores por episodio- y es sin dudas el mayor exponente del subgénero zombie en el panorama televisivo, como puede apreciarse por su antcipada renovación para una octava temporada en 2017, por el spin off que inspiró (“Fear The Walking Dead”) y por el espacio que abrió para otras ficciones de la misma temática, aunque de éxito disímil.
El comienzo de la séptima temporada resolverá por fin la incógnita abierta en los segundos finales del cierre de la sexta, cuando el grupo liderado por el policía Rick Grimes (Andrew Lincoln) es emboscado por Negan (Jeffrey Dean Morgan) y sus “Salvadores” y, por primera vez desde que el mundo fue invadido por la plaga zombie, encuentran un desafío que no pueden superar.
En la escena final, Negan tenía a todos arrodillados en el suelo y a su merced, les informaba que a partir de ese momento la todavía endeble comunidad levantada por Rick y los suyos debería entregarle periódicamente la mitad de sus alimentos y suministros, que mataría a uno de ellos a modo de ejemplo en ese instante y, con un interminable “ta-te-ti” como forma de echarlo a la suerte, elegía la que sería la víctima de su bate de béisbol envuelto en alambre de púas.
Los espectadores saben que el sonido de los golpes y el fundido de la pantalla a rojo primero y a negro después significaba la certeza de la muerte de uno de los protagonistas, y desde la emisión del capítulo en abril pasado las especulaciones en redes sociales y sitios webs sobre quién dejará la serie no han hecho más que crecer.
El final del arco narrativo de uno de los personajes principales será a su vez lo que dé inicio a otro nuevo para los demás; el más importante del cómic homónimo creado por Robert Kirkman en el que está inspirada la serie, que se publica mensualmente desde 2003 y que tiene en Negan al antagonista que marcó un punto de inflexión en su historia.
Es que este es el primero de los enemigos que logre realmente romper esa ilusoria sensación de seguridad y control que Rick, su hijo Carl (Chandler Riggs), Glenn (Steve Yeun), Daryl (Norman Reedus), Maggie (Lauren Cohan), Michonne (Danai Gurira) y Carol (Melissa McBride), entre otros, consiguieron en base a decenas de batallas ganadas y a una voluntad inquebrantable.
“The Walking Dead” retoma el subgénero de terror zombie, magistralmente desarrollado a lo largo de décadas por George A. Romero, y aprovecha la capacidad técnica de la producción televisiva actual en materia de efectos especiales y maquillaje para montar una historia del fin de los tiempos en la que cobra centralidad el tácito debate acerca de la verdadera naturaleza humana.
Ante las situaciones límite y el peligro constante, el mundo de la serie se divide, a veces de forma excesivamente estereotipada, en un esquema binario entre aquellos que buscan sortear sus diferencias y cooperar para no morir en las mandíbulas de los muertos vivientes, y los otros, quienes se ajustan perfectamente al caos reinante y utilizan a los demás para su propio beneficio.
En ese sentido, y aunque nunca faltan las escenas repletas de “gore”, con hordas de zombies desesperados por devorar las tripas de cualquier ser vivo a su alcance, los “caminantes” se transforman más en un paisaje, y son los otros seres humanos quienes suponen el verdadero desafío debido a su inherente capacidad para la crueldad en un mundo en el que la única ley vigente es la de supervivencia del más fuerte.
Viernes, 21 de octubre de 2016