SELVA ADENTRO
La fascinante Ruta de los Saltos en Misiones
Un recorrido por la inmensidad natural de la provincia de la tierra colorada, alejado del clásico viaje a Cataratas. Cómo sumergirse en la aventura para luego adentrarse en una travesía que culmina en los deslumbrantes Saltos del Moconá
Misiones, una jungla densa y frondosa con vida propia que enamoró a Horacio Quiroga
Verde y rojo. Esos son los colores que predominan en el paisaje de Misiones. Una jungla densa y frondosa con vida propia que enamoró a Horacio Quiroga. Una tierra colorada omnipresente en cada pueblo, ruta y zapatilla aventurera -cómo quitar este polvillo rebelde de las prendas, esa es otra historia-. Las otras tonalidades son impuestas por su flora, en su mayor esplendor en los meses de septiembre y octubre, y su fauna: azules, amarillos y rojos en las plumas de sus tucanes y colibríes, de sus mariposas multicolores, y sus yaguaretés, sigilosos y furtivos.
Misiones es una de las provincias más visitadas del país. Sin embargo, la increíble fama de las Cataratas de Iguazú -una de las Siete Maravillas Naturales del mundo, por cierto- eclipsa constantemente a otras rutas turísticas fascinantes y más primitivas, que acercan al viajero a la naturaleza más agreste y salvaje de la selva misionera. Además de estas cascadas, hay más de cien saltos de agua distribuidos a lo largo y ancho de la provincia, y, a diferencia de lo que ocurre en el Parque Nacional Iguazú, la experiencia de recorrerlos permite al viajero un contacto con el entorno más directo, navegaciones por ríos indómitos y lo sumerge de manera literal bajo sus prodigiosas vertientes.
La primera certeza a la que se arriba al aterrizar en Misiones es que el ser humano es de verdad insignificante; pequeño ante tanta grandiosidad, entre tanta naturaleza, tan impredecible como seductiva. Su desarrollo geológico de estructura basáltica, sus ríos y sus cascadas son las indiscutidamente culpables de estas sensaciones. Los saltos de agua de la provincia, algunos pequeños y encantadores como el Salto Horacio y otros imponentes y caprichosos como los célebres y únicos Saltos del Moconá.
"Si hay un arroyo, seguro hay un salto", suelen decir los locales. Para armar un recorrido por los saltos misioneros -una flamante ruta que cuenta con el apoyo del Gobierno de Misiones y que busca redescubrir la provincia-, lo mejor es comenzar desde Puerto Iguazú. Desde allí se parte en combi, transfer o auto hacia Puerto Libertad, que se encuentra 25 kilómetros al sur de las Cataratas del Iguazú y a 3 kilómetros y medio del río Paraná. Originalmente llamado Puerto Bemberg -en los años 20-, debido al aporte de capital que realizó el grupo Bemberg para que se establezca una colonia productora de yerba mate -producto en el que hoy en día se basa la economía de Misiones-, en este sitio se encuentra el Salto Yasy, una increíble atracción y el primer salto del trayecto propuesto.
Está emplazado en una reserva privada, en la desembocadura de un homónimo arroyo, y se puede acceder gracias a una navegación por el río Paraná. El Salto Yasy se encuentra dentro de la propiedad del Don Puerto Bemberg Lodge, un magnífico hotel que ofrece experiencias de selva, sin perder el estilo y el servicio de un hotel boutique de cinco estrellas. Con senderos, cascadas, ríos, vegetación y fauna típica de la región, este alojamiento cuenta con la certificación de turismo sostenible de Rainforest Alliance.
Después de pasar unas noches en el hotel, y disfrutar de todas las actividades que se ofrecen en el lugar, la siguiente parada es la de Salto Encantado, que se encuentra dentro del Parque Provincial del mismo nombre. A través de la Ruta Nacional 14, a una distancia aproximada de 12 kilómetros de Aristóbulo del Valle, se puede acceder a la Ruta Provincial 220. A 4 kilómetros se ubica el ingreso a este parque, una de las grandes áreas protegidas de Misiones, con una superficie total de 13.227 hectáreas.
La entrada al parque cuesta sólo $10, un precio más que accesible para ingresar en este paraíso de cactus que crecen en lo árboles, mimosas que se contraen con el tacto, mariposas de cientos de colores y, por sobre todo, el maravilloso Salto Encantado, que, con 70 metros de altura, preside con esplendor el intenso verde de la zona. La escalera para bajar hasta el arroyo se encuentra inhabilitada y hace un tiempo está parado un proyecto para agregar un teleférico, así que por ahora se puede observar el salto desde sus estratégicamente ubicados miradores. Además, en este parque hay un restaurante con comida típica, para disfrutar de la paz de la selva con una enriquecedora experiencia gourmet.
A 8 kilómetros del Parque Salto Encantado, en un agrocamping de Aristóbulo del Valle habilitado durante todo el año, se encuentra el Salto Piedras Blancas. Es ideal para venir a pasar el día, ya que hay canchas de fútbol, juegos para los más chicos y quincho con parrillas. Completo y equipado, el ingreso es de $40 por persona. Se puede acampar o alquilar cabañas. Para llegar al salto hay una escalera muy cómoda, y el trayecto es de baja dificultad, apto para personas que no están muy acostumbradas a hacer trekking. Al llegar al salto, el lugar es ideal para caminar entre las piedras y descansar a la sombra escuchando el murmullo de las aguas.
Luego de ese largo trayecto, una opción es alojarse en el Don Moconá Virgin Lodge, ubicado en pleno corazón de la Reserva de Biósfera Yabotí, a sólo 6 kilómetros del Parque Provincial Moconá y a 70 kilómetros de El Soberbio, el pueblo más cercano. El acceso se encuentra sobre la Ruta Provincial 2, que conduce a los Saltos del Moconá. Este lodge es un destino en sí mismo: es el más cercano a los célebres saltos, y organiza un sinfín de actividades para toda la familia, como trekking, tirolesa, fogón de mitos y leyendas con degustación de mate y comidas regionales como el reviro -un plato típico elaborado a partir de harina, agua y sal-, rapel, kayak, y los imperdibles paseos de navegación a los Saltos de Moconá.
Allí, es posible sentirse realmente en el medio de la selva. Las pequeñas habitaciones distribuidas en la propiedad son accesibles a través de pasarelas de madera que se escabullen entre los árboles. De noche, la oscuridad es casi total y la jungla cobra vida, de la misma manera en que las estrellas parecen brillar con más fuerza que en cualquier otro lugar del planeta. Desde el predio del lodge, a través del Sendero Oveja Negra, se puede visitar el Salto Horacio. El recorrido total es de baja dificultad y es de aproximadamente 2 kilómetros, aunque el salto está mucho más cerca del hotel.
Pero los Saltos del Moconá son los verdaderos protagonistas de este viaje. "Moconá" es una palabra guaraní que significa "El que todo lo traga". Es uno de los grandes espectáculos visuales que ofrece Misiones y una atracción a la que acuden turistas de todo el mundo. Se trata de un cañón de 3 kilómetros de largo con caídas longitudinales y no transversales al curso de las aguas, un fenómeno de otro planeta que lo diferencia de otras cascadas y cataratas. Además, esos saltos son caprichosos, y no siempre se dejan ver. Cuanto menor el caudal del río Uruguay, mayor es la altura. En ocasiones se ha llegado a los 20 metros, pero el promedio suele oscilar entre los 4 y 6 metros.
Nada puede preparar a cada visitante para verlos en primera persona. La experiencia es impactante. La lancha recorre el río Uruguay, y, al costado, comienzan a asomarse los saltos, más y más altos; más y más potentes. En su momento cúlmine, se siente cómo sus aguas, poderosas y persistentes, generan una atracción irresistible, que llama a sumergirse en una aventura extraordinaria en lo más recóndito de la selva argentina.
De esta manera, la Ruta de los Saltos de Misiones, con su singular y agreste belleza, transforma al viajero en un aventurero mediante la exploración de un territorio único y un paisaje magnífico que seduce y que alienta a regresar.
Pero los Saltos del Moconá son los verdaderos protagonistas de este viaje. "Moconá" es una palabra guaraní que significa "El que todo lo traga". Es uno de los grandes espectáculos visuales que ofrece Misiones y una atracción a la que acuden turistas de todo el mundo. Se trata de un cañón de 3 kilómetros de largo con caídas longitudinales y no transversales al curso de las aguas, un fenómeno de otro planeta que lo diferencia de otras cascadas y cataratas. Además, esos saltos son caprichosos, y no siempre se dejan ver. Cuanto menor el caudal del río Uruguay, mayor es la altura. En ocasiones se ha llegado a los 20 metros, pero el promedio suele oscilar entre los 4 y 6 metros.
Nada puede preparar a cada visitante para verlos en primera persona. La experiencia es impactante. La lancha recorre el río Uruguay, y, al costado, comienzan a asomarse los saltos, más y más altos; más y más potentes. En su momento cúlmine, se siente cómo sus aguas, poderosas y persistentes, generan una atracción irresistible, que llama a sumergirse en una aventura extraordinaria en lo más recóndito de la selva argentina.
De esta manera, la Ruta de los Saltos de Misiones, con su singular y agreste belleza, transforma al viajero en un aventurero mediante la exploración de un territorio único y un paisaje magnífico que seduce y que alienta a regresar.
Tips para el viajero
Traslado hacia Misiones: Latam cuenta con 30 frecuencias semanales a Iguazú. La tarifa parte desde los 1.952 pesos.
Hospedaje: A la hora de alojarse en la Provincia de Misiones, las opciones son infinitas. Dos recomendados son Don Puerto Bemberg, un hotel boutique de 5 estrellas ubicado en una reserva natural privada sólo 35 minutos de las Cataratas del Iguazú, y Don Moconá Virgin Lodge, un hotel en el medio de la selva con servicio personalizado y con una ubicación privilegiada, ya que es el más próximo al Parque Provincial Saltos del Moconá.
Costos: El programa de la Ruta de los Saltos es de USD240 por día por persona. Para más información: info@hotelesdon.com
Vestimenta: Infaltables el repelente para los mosquitos y el protector solar. También se recomienda llevar sombrero y lentes, en especial durante las navegaciones hacia los Saltos.
Lunes, 17 de octubre de 2016