INSEGURIDAD
Peleas políticas y una interna policial en medio de la violencia
Internas policiales provocadas por el desbaratamiento de las cajas negras de la recaudación ilegal, sumado a un fuerte reclamo opositor de algunos intendentes del conurbano.
Que perdieron poder a partir de la remoción de comisarios que ellos habían designado y al aumento de la violencia expuesta en 122 homicidios ocurridos durante robos, constituyeron los factores principales que llevaron a determinar que la inseguridad se convirtió en la principal preocupación de los argentinos.
Cada uno de esos factores tiene sustento en hechos reales. Por ejemplo, a excepción de Lanús y Pilar, la mayoría de los homicidios que tuvieron repercusión mediática ocurrieron en distritos gobernados por intendentes del Frente para la Victoria: Ituzaingó, Lomas de Zamora, Merlo, Moreno, Malvinas Argentinas y La Matanza.
En Ituzaingó, el verdulero Diego Roda, de 39 años, fue asesinado delante de su esposa y su bebe, de 15 días. Esa misma semana, hubo dos secuestros en la misma zona en 24 horas. Mientras que en Lomas de Zamora, Pablo Ezequiel Tito fue asesinado por un grupo de delincuentes que intentaron robarle la moto.
Merlo fue escenario del homicidio de Mirta Mabel Da Rocha, la almacenera a la que mataron a pesar de que no se resistió. En Escobar, durante una entradera fue asesinado el joven estudiante, de 16 años, Martín Scaldaferro. Mientras que en Moreno, a Nicolás Rivero lo mataron durante una fiesta clandestina del día de la primavera. En tanto que Malvinas Argentinas, fue escenario del homicidio de David Varlotta, un joven científico que había sido distinguido por la NASA. A Eduardo Silva, lo mataron cuando salía de su casa para llevar a su hijo a un cumpleaños, en Ramos Mejía, partido de La Matanza.
Tanto la gobernadora María Eugenia Vidal como su ministro de Seguridad, Cristian Ritondo, tuvieron que confrontar con un frente interno hostil y resistente a los cambios formado por un sector de la policía bonaerense. La escalada de violencia se produjo en medio de la decisión de solicitarle a 6000 jefes policiales las presentación de declaraciones juradas. Hasta el momento hay 154 de esos oficiales superiores que no las presentaron.
En el último mes recrudecieron los homicidios en ocasión de robo y los secuestros. Este último delito había tenido su pico en marzo pasado, cuando los policías reclamaron un aumento salarial y se sucedieron los rumores de acuartelamiento. El 31 de marzo, cuando la gobernadora anunció el aumento, los secuestros bajaron de 23 a 5 casos en abril pasado.
Otra muestra de la supuesta vinculación de la corrupción policial y los delitos quedó expuesta con las detenciones de quienes eran los máximos responsables de la jefaturas departamental de Lanús. Dos de los homicidios de mayor impacto mediático ocurrieron en ese distrito. A Nicolás Gamboni, hijo de una dirigente del frente Renovador y a Juan Ignacio Tejero, el padre de un bebe, de 20 días, los mataron en la misma época en que los jefes policiales fueron capturados por vender protección a prostíbulos.
Entre los factores del aumento de la violencia que provocaron esos 122 homicidios figuran principalmente: la droga y los casi dos millones de armas ilegales que hay en la calle.
Esta semana el juez federal Claudio Bonadío apresó al jefe de la comisaría de Villa Fiorito y al responsable del servicio externo de esa seccional, en el partido de Lomas de Zamora, acusados de cobrarles $ 160.000 por semana a una banda de narcotraficantes, comandada por con delincuente detenido en el penal de Villa Devoto.
Domingo, 25 de septiembre de 2016