12 AÑOS
Quiso matar a su esposa de varios disparos: fue condenado a prisión
Ramón Simeón Romero deberá cumplir 12 años de cárcel por intentar asesinar a su pareja, quien a pesar del ataque logró salvarse. Hace dos años, Juana Molina fue atacada por quien en ese momento era su pareja, Ramón Simeón Romero, con múltiples disparos en un episodio ocurrido en la capital de Corrientes. Por el hecho el sujeto fue detenido.
Ayer la Justicia lo sentenció a 12 años de prisión por el intento de homicidio con arma de fuego, delito agravado por violencia de género.
Juana y Ramón convivían en una casa ubicada en el barrio Loma Alta.
Al momento del ataque ella tenía 64 años mientras él tenía 67 y la relación, como es de esperar, estaba marcada por un constante maltrato psicológico en el que resultaba damnificada la mujer. “Menoscababa su posición dentro de la familia, así como sus derechos, todo con la intención de degradar su autoestima” sentenció una fuente cercana a época, una vez que finalizó el juicio contra Romero.
El 7 de diciembre de 2014 alrededor de las 15:45 comenzó una discusión entre los dos, quienes se encontraban dentro de la vivienda. Según se describió, mientras ingería alcohol el sujeto le reprochaba a su esposa que ésta tenía una relación amorosa paralela, algo que ella negaba rotundamente.
Cada vez que Juana refutaba las acusaciones, el sujeto se mostraba más iracundo hasta que empezó a amenazarla con que la mataría.
Perseguida
Naturalmente Juana comenzó a temer por su vida, ya que el sujeto era violento, por lo que salió de la vivienda con la intención de tomar un remís que la llevara hacia algún lugar seguro.
En tanto el hombre, que se movilizaba asistido con muletas, fue a buscar un revólver que tenía escondido en la habitación de ambos.
Una vez que tuvo entre sus manos el arma de fuego, la acomodó en la zona de la cintura debajo del pantalón, y salió de la vivienda. Como su movilidad era reducida, el individuo optó por agarrar su bicicleta y “cazar” a su víctima.
Juana, en tanto, no podía conseguir un vehículo para poder huir de su victimario. En esto llegó a divisar a dos chicas que esperaban un colectivo urbano, en una parada ubicada por Cirilo Blanco y Turín. Desesperada, Molina les dijo a las muchachas que la ayudaran porque “mi marido me quiere matar”. Sin embargo ya era tarde puesto que Romero había localizado a su esposa.
La sorprendió de atrás, la tomó de los cabellos y efectuó un primer disparo cerca del hombro izquierdo, que le causó una fractura del hueso. Tras la detonación la mujer se desplomó. Para continuar con la muestra del total desprecio por la vida de su pareja, el hombre disparó dos veces más, mientras la mujer lo miraba a la cara, presa del terror y sin poder defenderse de un final trágico. Una bala ingresó por el cuello mientras que la otra lo hizo por zona del tórax.
Tras el ataque a balazos, el sujeto se fue a bordo de su bicicleta hacia zona Sur.
Alertados de lo que había ocurrido, efectivos de la comisaría Decimotercera lo encontraron sobre avenida Cuba, ya en jurisdicción del barrio Pirayuí. Los policías sabían que el sujeto estaba armado por lo que tuvieron que actuar con cautela. En la intersección de
la avenida con la calle Trento, los agentes lo redujeron segundos antes de que éste pudiera sacar el arma de entre sus prendas, lo cual hubiera comprometido la integridad física tanto de los agentes como de terceros, debido a que todo se desarrolló en plena tarde. Luego de ser capturado, Romero fue llevado al calabozo de la comisaría Décimo Octava, ubicada en el barrio 17 de Agosto.
Tras ello comenzó la investigación del caso. Como primer paso se secuestró el arma que tenía en su poder Romero, un revólver calibre 38 cuyas balas fueron comparadas con las que se extrajeron de la humanidad de Molina.
En este punto vale aclarar que la mujer salvó su vida de milagro, ya que su estado fue muy grave y llegó a sufrir un hemoneumotórax, que consiste en la acumulación de aire y sangre en esa zona.
Una vez finalizados todas las etapas de instrucción y demás se procedió a realizar el debate, llevado adelante por el Tribunal Oral Penal Nº2.
La defensa del imputado esgrimió que el ataque fue el resultado de la ingesta del alcohol por lo que el sujeto no se encontraba en sus facultades para entender lo que hizo. Los jueces desestimaron el argumento puesto que consideraron que éste era consciente de lo que hacía ya que buscó el arma, tomó su bicicleta y persiguió a su víctima, por lo que no fue una reacción promovida por una emoción violenta. Aseguraron que en realidad el ataque fue por la posición de dominio que el sujeto quería mantener sobre su esposa.
(Diario Epoca)
Jueves, 15 de septiembre de 2016