POLITICA
No cede la polémica por el proyecto de Massa sobre las importaciones
Cabrera y De Mendiguren protagonizaron un cruce por la iniciativa; prevé licencias no automáticas para bienes de consumo que se producen en el país y eleva penas al contrabando
Como no sucedía desde marzo, cuando en medio de las negociaciones por el pago a los holdouts Mauricio Macri dijo que a Sergio Massa lo podía "la ventajita del corto plazo", el Presidente y el líder del Frente Renovador (FR) volvieron a trenzarse esta semana en una pelea de alta intensidad pública. El nuevo eje de la disputa es el proyecto del massismo para restringir durante 120 días la importación de bienes de consumo que compiten con productos locales.
La iniciativa, que trabaja sobre tres ejes: declarar la emergencia aduanera por 120 días (prorrogables), durante los cuales se establecen licencias no automáticas para la importación de bienes de consumo que compiten con la producción local; el aumento de las multas y penas para delitos de contrabando y narcotráfico, con agravantes cuando involucren a funcionarios, y la creación de un registro para monitorear las importaciones en sectores sensibles una vez concluida la emergencia.
De acuerdo con la iniciativa, la Aduana debe controlar la cantidad y calidad de la mercadería, pero también la documentación de los productos de consumo importados (y sus precios de referencia) que compiten con otros nacionales. Quedan excluidos los insumos para la industria local, los productos y aparatos de la industria médica y "otros bienes esenciales que no sean producidos en el país".
Durante ese lapso de 120 días de la emergencia, el massismo plantea que el Gobierno adquiera también los escáneres y la tecnología que, según señaló el desplazado administrador general de Aduanas Juan José Gómez Centurión, faltan en los puertos del país.
Del artículo 3° al 7°, el proyecto modifica el Código Aduanero y eleva las penas y multas para el contrabando de mercaderías y estupefacientes. En particular, vuelve no excarcelables estos delitos (sube el mínimo de la pena a tres años) cuando en ellos participe un funcionario público.
El último eje del proyecto pasa por crear un Registro de Posiciones Sensibles de Importación, que volvería más dinámico el monitoreo de los bienes que ingresan al país. El registro queda en la órbita del Ministerio de la Producción, con la participación de entidades que agrupan a las pymes. También le da 120 días al Gobierno para que informe al Congreso qué planes existen para fortalecer esos sectores.
Golpes de precisión
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Massa anticipó las líneas generales de su proyecto el viernes pasado y el momento elegido podría explicar la reacción del Gobierno: Macri participaba de una gira internacional que tuvo su pico en la cumbre del G-20, en China, donde encadenó rees y elogios de mandatarios por la apertura de la Argentina.
Pero la dureza que alcanzó el espadeo posterior se explica mejor por el lugar que eligieron los adversarios para dirigir sus golpes: el oficialismo apuntó a la falta de seriedad y responsabilidad del tigrense, dos atributos que Massa mide con dedicación en las encuestas. El FR, por su parte, buscó asumir la defensa de los productores locales, las pymes y las economías regionales y señalar que Cambiemos prefiere postergar esos sectores mientras las importaciones ayuden a bajar los precios locales.
"Massa debería manejarse con números, con estadísticas serias. Porque hablar por hablar, al final es todo lo mismo, ¿no?", dijo Macri el lunes, desde China. Massa le contestó ese mismo día: "Si nuestra gente tiene capacidad de consumo puede comprar, y nuestras pymes pueden vender, en la medida en que no tengamos esa invasión sistemática de «todo por dos pesos» que destruye el trabajo argentino".
Ayer, quien tomó la posta fue Francisco Cabrera, ministro de la Producción. "Es una irresponsabilidad total. Poner una ley que prohíba las importaciones preocupa a nuestros socios comerciales que nos compran y nos venden", señaló, en diálogo con Radio Mitre.
Por la misma vía le respondió José Ignacio de Mendiguren, diputado y dirigente de la UIA. Entre cifras de zanahorias, manzanas chilenas o pollos de Dinamarca, señaló que el proyecto apunta "al contrabando y a la administración inteligente del comercio exterior ante un cuadro de caída de nivel de actividad y un aumento de desocupación". Agregó que, si se destruyen los trabajos locales no va a haber sueldos para comprar, por más que las importaciones abaraten los productos. Si lo dejaban seguir, De Mendiguren pronunciaba la palabra mágica: menemismo.
Las claves de la iniciativa de la polémica
Declara la emergencia aduanera por 120 días y establece que los productos de consumo que ingresen por la Aduana deben ser cursados a través del canal rojo.
Esto implica que su ingreso no es automático y libre, sino que se deben verificar la cantidad, calidad y documentación de la mercadería.
Quedan exceptuados los insumos de la industria y el material médico, como también los productos que no se fabriquen en el país.
Aumenta las penas y multas para el contrabando y vuelve no excarcelable el delito cuando participa un funcionario.
Establece que, en el marco de la emergencia, el Gobierno adquiera escáneres y fortalezca los controles en la Aduana.
Jueves, 8 de septiembre de 2016