PROFESOR JOSE DEMESIO LEZCANO
¡Feliz día Papá!
(Lunes 18 de Junio) La mesa junto a la parrilla en la cocina de estos últimos tiempos, lucirá un mantel de ausencias este domingo. La vieja, como siempre y por propia elección, tendrá seguramente a su cargo el asadito. Tu silla, la del tapizado negro y los posabrazos elevados, que dicho sea de paso se mantiene como antes, en el mismo lugar que parecía esperarte cada mañana, o después de cada siesta, estará en el lugar que te correspondió siempre, en la cabecera. Ese lugar desde donde presidiste por casi cincuenta años nuestros momentos en familia.
“El lugar de papá”, como aprendimos a llamarlo por costumbre, y que por costumbre y respeto seguirá siendo tuyo. El lugar desde donde a través de tus sabias palabras, o de tus silencios, o de tu imagen simplemente, nos transmitiste lo que cada uno de nosotros somos por adentro.
Creo que será esta la fecha especial que nos faltaba vivirla sin ambos; sin la tuya y la de “tu compañera”, como la llamaste en el doloroso momento de la despedida inesperada.
Lógicamente podrán pasar miles de fechas especiales más, pero nunca se hará costumbre en nosotros que ya no estén, pues demás esta decirlo que a pesar de que la vida continúa su marcha, ya nada vuelve a ser igual.
Pero también sabrás viejo, que nos reiremos como siempre a cuesta de los buenos recuerdos, esos que el paso del tiempo va dejando constituidos en el historial de cada familia; y que conciente o inconcientemente presidirás la mesa a través de ellos; y que la unión que pregonaste, y por la cual luchaste hasta el último instante de tu vida entre nosotros, de algún modo, desde el sentimiento o la conciencia, nos tendrá juntos en el lugar que estemos.
Tus nietos inundarán el patio; los más grandes traerán al momento algunas de tus pícaras frases, o algunos rezongos también. Los más pequeños irán sabiendo de vos a medida que crezcan, y aprenderán a quererte a través de nuestras memorias.
Me dan ganas de contarte ahora que el Julián zapatea “en una pata”, moviendo la cabecita al compás cuando escucha un chamamé; que anda ya escarbando la tierra y levantándola a puñados en la huerta; dando de comer las gallinas, llorando por una vueltita a caballo, imitando el valido de las vacas, y quedándose largos ratos observando los pajaritos con sus ojitos maravillados.
Algo me dice que te sentirías muy orgulloso de saberlo, pues es lo que yo siento, ya que se me da por pensar que la continuidad de tu estirpe, esa que habita en nosotros, esta garantizada.
Y te confieso además ( o mejor te recuerdo pues te lo había dicho una tarde) que sueño con que pulse tu acordeón entre unos años; ¡se me ocurre nomás que la Honer esta guardadita como un tesoro en su estuche esperando ese momento!
Será sin dudas la de este domingo, una mesa vestida de ausencias viejo. Faltarán tu musiqueada de sobremesa, y el trajinar de Leti por la cocina; pero estaremos el resto junto a la vieja, esa linda y guapa mujer que elegiste para tu esposa y madre de tus hijos. ¡La vieja es un roble... pero que puedo contarte de eso!, sin juntos edificaron lo que somos, a fuerza de trabajo y honradez; sin pedir nunca y dando siempre…
¡Feliz día Papa!, te regalo simplemente mis inmensas ganas de abrazarte una vez más…
Lunes, 18 de junio de 2012