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"¿Quién paga la cuenta?": cómo superar esta situación incómoda
Decidir quién abonará la comida genera tensiones e incomodidades entre los comensales. Siete consejos para lograr que esta circunstancia no arruine el encuentro.
Un almuerzo de negocios, una merienda con compañeros del trabajo o una cena entre parejas puede atravesar las situaciones más comunes. Diálogos, risas, ricos platos y el ambiente perfecto para disfrutar los detalles de un momento de placer. Sin embargo, hay una razón que genera tensiones e incomodidades en este tipo de circunstancias: pagar la cuenta.
El reconocido sitio estadounidense OpenTable -dedicado a aquellos temas que pertenecen a la gastronomía- detalló cada posible situación que se presenta a la hora de decidir quién o quiénes abonarán lo consumido. Para cada contexto, una forma ideal para sortear ese momento incómodo y no arruinar el encuentro.
Cuando alguien intenta pagar sí o sí
Si uno de los comensales de la parte insiste en pagar por la comida, ya sea por adelantado o cuando se presenta la cuenta, no está mal seguir ofreciendo el dinero para pagar a medias. Se trata de un gesto de agradecimiento, cordialidad y buena voluntad. En caso de que la persona se niegue, al menos la oferta está hecha.
Advertencia anticipada
¿Es recomendable pedirle al mozo que divida la cuenta al momento de pedirla? No. Es mejor solicitar este requerimiento previo a la elección de los platos. Hará que sea más fácil para los comensales y ayudará a que cada uno pida sin pensar en cuánto se deberá pagar. Al fin y al cabo, cada uno abonará lo suyo.
Elegir a una persona que haga la división
Alguien tiene que tomar el control de la cuenta, logrando que todos los comensales paguen por igual y se haga efectiva la equidad. Nadie luchará por poner más dinero ni tampoco se podrá pagar menos. Situación ideal para probar entre amigos.
La igualdad es fácil
La forma más fácil de dividir la cuenta es hacerlo de manera uniforme entre los comensales y ponerse de acuerdo sobre el porcentaje que va a dejar cada uno. Al cenar con amigos de toda la vida esta situación se torna mucho más sencilla. Ninguna persona debería tener problemas en abonar una botella de vino aún sin haber tomado una copa.
Carne y vino vs. ensalada y agua
Tampoco es positivo dividir la cuenta por igual si un grupo consumió una ensalada con agua y enfrente, los demás, ordenaron tres botellas de vino y platos costosos. Por más que la situación sea entre amigos, no es justo que alguien deba abonar un número excesivamente diferente al que en realidad le corresponde.
El teléfono también tiene calculadora
Para averiguar lo que cada persona debe abonar (y no tener que depender de gente con poca familiaridad con las matemáticas) utilizar la función de calculadora en el teléfono es ideal. Una vez que se haya descubierto el total de los platos y bebidas consumidas por cada persona, se calcula el importe final, se lo divide entre iguales o por cada individuo y listo.
Sobre el final, que abunden las buenas decisiones
Nunca pagar la propina con monedas, tampoco dejar poco pensando que otro la completará. No es bueno querer pagar con varias tarjetas de crédito si el restaurante no lo permite. En todo caso, hay que amoldarse a lo que requiere cada sitio. Todas estas (malas) decisiones son parte de la devolución que se le dará al trato brindado por el restaurante.
Jueves, 11 de agosto de 2016