Tigre festejó en Liniers, salió de la Promo y es el único líder
Venció por 1-0 a Vélez con un gol de Luna (tiene 11 y es goleador del torneo). Con el triunfo, los de Arruabarrena superaron por dos puntos a Boca (juega mañana) en lo más alto de la tabla, y a Banfield en los promedios.
Salta Tigre. Baila y disimula cualquier presión que se suele sentir en determinadas definiciones. Mira las dos tablas: una, la de posiciones, lo encuentra como único puntero a una fecha del final del torneo (sólo Boca lo puede superar hoy si vence a Arsenal); la otra, de los promedios, lo tiene por primera vez afuera de cualquier peligro y lo encuentra más cerca de la salvación.
Festeja Tigre con el goleador del campeonato, Carlos Luna (11 tantos), quien anoche se calzó el disfraz de héroe para conseguir otra alegría (su equipo hace nueve encuentros que no conoce la derrota). Sueña Tigre, que se le planta de igual a igual a Vélez, en Liniers, y lo termina dejando afuera de la lucha por el título.
El visitante ganó bien. Le costó, por la categoría del rival, aunque lo trabajó con paciencia, como sabiendo que, temprano o tarde, conseguiría su propósito.
En el primer tiempo, para justificar esa paridad, los arqueros fueron espectadores porque los jugadores de campo no desnivelaron. Eso sí: ese juego sin arcos no fue sinónimo de aburrimiento. Un remate de Diego Morales (respondió muy bien Marcelo Barovero) fue la única jugada de peligro que se anotó en la libreta de apuntes durante los primeros 45 minutos. Sin embargo, pese a carecer de emociones extremas, los equipos nunca renunciaron a atacar. Entretuvieron a su manera. Y eso fue un punto a favor para los dos lados. Nunca renunciaron a su filosofía de fútbol. Tampoco cambiaron su discurso en el campo de juego, a pesar de las urgencias (Vélez, para no quedarse afuera de la pelea por el torneo; Tigre, por su doble competencia, arriba y abajo). Les faltó concretar lo insinuado. Sólo eso. Como intentar conquistar una chica, caerle simpático, pero nunca darle un beso.
La prioridad, está claro, siempre fue el área adversaria. Cada uno, otra vez, con su estrategia: Tigre, más directo; Vélez, con más elaboración. Tigre, con toque vertical y rápido. Vélez, con toque para los costados, con más pausas (recién remató al arco a los 40 minutos del pitazo inicial, disparo producido por el pie de Augusto Fernández). La diferencia, en ese lapso, no se notó ni en el marcador ni en los merecimientos.
Román Martínez, como casi siempre, fue el director de la orquesta del equipo de Victoria y uno de los principales responsables para que, en la segunda etapa, los visitantes se acordaran que existía un arco. Con su mismo juego, entonces, empezaron a lastimar, y a sacar la diferencia que necesitaban para obtener los tres puntos. Así, por supuesto, aparecieron las ocasiones claras para mover las redes. Primero, un tiro cruzado del defensor Lucas Orban; después, dos seguidas de Luna. El gol estaba al caer. La expulsión de Fabián Cubero, determinante, le brindó a los dirigidos por Arruabarrena más espacios para ejecutar mejor sus ideas. Y también para que el goleador del campeonato tenga otra ocasión, a los 33 minutos: esta vez no la desaprovechó.
Sábado, 16 de junio de 2012
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