SALUD
Aceite de pescado: clave para evitar otro infarto
Un estudio realizado por la Universidad de Boston, EEUU, incorporar una dosis alta de omega-3 en la dieta reduce las probabilidades de afrontar nuevas complicaciones cardíacas nuevamente. Una nutricionista remarcó a Infobae la importancia del consumo de pescado
El corazón después de un infarto queda debilitado. Ya no se puede confiar en su fortaleza como antes. Los riesgos de sufrir una recaída son altos. Según algunos especialistas, la solución podría estar en la dieta diaria, tanto para prevenir enfermedades cardíacas como para restablecer el vigor en un órgano disminuido. La solución, entonces, estaría en las propiedades nutritivas de los aceites de pescado.
Un equipo de investigadores del Hospital Brigham de Mujeres de Boston, liderado por el doctor Raymond Kwong, realizó un seguimiento a 360 pacientes que habían sufrido un infarto recientemente. Se les asignó, en forma aleatoria, a algunos la incorporación en sus dietas de 4 gramos diarios de ácidos grasos de omega-3 provenientes de aceites de pescado y a otros se les proveyó pastillas de placebo.
Luego de seis meses de análisis, se publicaron los resultados en la revista Circulation. Los participantes que incorporaron omega-3 en su día a día experimentaron una reducción del 5,8% en el índice de volumen sistólico del ventrículo izquierdo; un claro indicio de progreso. "Nuestros resultados muestran que los ácidos grasos omega-3 son un tratamiento seguro y eficaz para la mejora de la remodelación cardiaca", señaló el doctor Kwong.
La licenciada en nutrición Magdalena Errecaborde (MN 5972) le explicói a Infobae: "La Asociación Americana del Corazón (AHA) recomienda, en pacientes con enfermedad cardíaca coronaria, la ingesta de 1 a 2 gramos diarios de ácidos grasos omega-3 que pueden obtenerse de la dieta o de suplementos. Los aceites de pescado y los alimentos de chía son, por amplia diferencia, los de mayor contenido".
A su vez, la nutricionista agregó: "El omega 3 se encuentra tanto en animales como vegetales de origen marino. Es especial, en aquellos pescados con un elevado contenido de grasa, como el atún, jurel, salmón, entre otros. Los pescados, además del omega 3, tienen proteínas de excelente calidad nutricional, hierro y vitamina B12".
Después de un infarto, a menudo sucede que una parte del corazón no recibe suficiente oxígeno y esa zona jamás se recupera. El tejido sano restante intenta compensar en sus funciones al otro comprometido, pero tiene que trabajar en exceso para mantener el normal bombeo del corazón. Con el tiempo, esta sobreactividad aumenta el riesgo de una recaída.
El equipo de investigadores encontró que los participantes del estudio con más altos niveles en sangre de grasas omega-3 mostraron la mayor reducción en las cicatrices de sus tejidos. Aquellos que absorbieron las grasas con mayor efectividad reflejaron una disminución del 13% en la cicatrización comparado a los niveles más bajos
Lunes, 8 de agosto de 2016