POLÍTICA
Juego de la silla en el futuro de la CGT
Comenzó la pulseada para suceder los liderazgos de Hugo Moyano, Antonio Caló y Luis Barrionuevo el 22 de agosto. Algunos se inclinan más a la teoría de que "el poder no se divide" y otros creen que la conducción compartida es el camino.
El lector de Crónica, con más de 40 años, recordará el juego de la silla, simplificando la explicación, se trataba de bailar alrededor de los asientos hasta que interrumpían la música. Siempre había una silla menos que los concursantes, hasta que se definía un vencedor.
Ese divertimento, aplicado a la realidad de las tres CGT, en hervor de unificación, ilustra la pulseada para suceder los liderazgos de Hugo Moyano, Antonio Caló y Luis Barrionuevo, el 22 de agosto.
No es tarea menor, cerrada hasta nuevo aviso la etapa de paros generales contra el impuesto al sueldo, la porfía incluye enfrentar creíblemente el modelo económico de Cambiemos.
Por allí despuntan méritos y predicamento, Juan Schmid (CATT), Héctor Daer (Sanidad), Sergio Palazzo (Asociación Bancaria, La Corriente Federal), Sergio Sasia (MASA -Unión Ferroviaria), en otros escalones de un amplio podio, Carlos Acuña (Estacioneros -CGT Azul y Blanca), Gerónimo Venegas (UATRE), Gerardo Martínez.
“El poder no se divide”, se jactan quienes se consideran los soldados más leales de Hugo Moyano, que lanzaron hace un año a Pablo Moyano en el operativo sucesión, hoy juegan alguna ficha al Momo en la esperanza de que Schmid -bendecido públicamente por Moyano- no lidere la futura central unificada.
Otros estrategas aseguran que la única forma de evitar un nuevo “desbande” sindical, a la luz de todos los egos e hipótesis, justificados o no en poderío sindical, es la conducción compartida.
“Tenemos en claro que el gobierno no tiene plan”, se sinceran y acotan “no podemos dejar una imagen frágil” si es que sobrevienen peores tiempos aún, rescatan.
A la luz, reflejos y destellos de que desde los 90 a la fecha, todo giró en torno o desde Moyano en cuanto a las primeras ligas sindicales, las CGT se preparan para dar un salto. El tiempo, solo él, dirá si fue de calidad o “a la altura de las circunstancias”.
Todos, aliados, enemigos o amigos circunstanciales, saben que de extenderse el modelo neoliberal las imágenes de la película se van a complicar.
Por allí entonces, gestiones, cafés y roscas de por medio, el movimiento obrero debe jugar en su tablero con el margen de error mínimo. Palazzo ya desplegó poderío en la Bancaria, en 2012 dejó la CGT Azopardo y dicha trayectoria la resumió junto a “la Corriente” en Ferro Carril Oeste días atrás.
El MASA, con Luz y Fuerza, Smata y Omar Viviani (Taxistas) apostó a la figura de un solo sillón para su candidato Sergio Sasia. Héctor Daer viene de estar entre los candidateados de lo que fue el génesis de la CGT Caló hace 5 años y conserva esos méritos intactos, según quienes lo respetan. Contra reloj, el tiempo no vuelve atrás, con una renovación tenue, el movimiento obrero va hacia el 22 de agosto. La premisa de que “todo sea para bien”, quizás minimiza el modelo económico.
Lunes, 18 de julio de 2016