Seis razones para irse de viaje
Propuestas para dejar todas las excusas de lado y partir cuanto antes a un destino inolvidable
"En mi caso, no viajo para ir a un lugar en particular, sino por ir. Viajo por el placer de viajar. La cuestión es movernos", escribió Robert Louis Stevenson. Viajar lleva a conocer culturas nuevas y a saber cómo vive la gente en otro rincón del planeta.
Por esa y por muchas razones más, agarrar las valijas y partir puede llegar a ser una de las mejores experiencias de la vida de una persona.
Además, viajar inspira. Luego de una aventura que lo trajo hasta estos pagos, Darwin escribió una de sus más grandes obras: "El origen de las especies". El Che Guevara se iluminó en sus viajes por Latinoamérica, y las aventuras por Estados Unidos de Jack Kerouac lo llevaron a crear la obra máxima de la generación Beat, "On the Road".
Y está totalmente comprobado que gastar plata en viajar da más felicidad que gastarla en cosas materiales. Uno puede comprar un par de zapatos que están de moda, o una campera, o un vestido, pero la plata gastada en experiencias dura toda la vida y ayuda a que uno se construya como persona. Uno nunca se va a arrepentir de aquel viaje que hizo a Tailandia o Burundi, ya que los recuerdos son para siempre.
Además, no hay nada mejor que viajar para acercarte más a tu pareja o a tus amigos. Se generan vínculos inquebrantables, basados en la confianza y en el respeto, y las relaciones se terminan de forjar gracias a experiencias y momentos compartidos que comienzan, desde ese momento, a formar parte de los recuerdos que hacen fuerte cualquier tipo de lazo humano.
Conocer lugares maravillosos también es, por supuesto, una de las primeras razones que llevan a una persona a tomar el coraje y ahorrar el dinero necesario para recorrer el mundo y poder ver una escultura o pasear por una plaza con la que uno viene soñando desde hace años, y que por fin se puede observar y vivir en primera persona, sin que se lo cuente nadie.
En definitiva, llegar a destinos fantásticos y únicos, y conocer gente nueva de países a los que quizás uno ni escuchó nombrar, amplía los horizontes de una persona y genera memorias imborrables que permanecen por siempre en la mente y en el espíritu del viajero. Si existe la posibilidad, ahorrar y gastarse el sueldo en una aventura es sin dudas la mejor idea del mundo
Domingo, 21 de febrero de 2016