momento de crisis
Cómo saber si vale la pena salvar una relación
Ante un momento de crisis, hay que tener en cuenta factores clave como la alegría, los valores o la confianza. Cómo evitar realizar esfuerzos innecesarios.-Ocurre muy a menudo y, en general, representa un momento que muchos quieren evitar y muy pocos se atreven a asumir.
El poder detenerse a analizar la propia relación de amor con una pareja puede conducir a una mejora sustancial en el vínculo, aunque también puede significar el inicio del camino a una inevitable separación.
Así y todo, ¿cuándo es el momento idóneo para hacer tal análisis?, ¿cómo uno puede darse cuenta de si vale la pena o no seguir luchando por un amor?
El psicólogo y especialista de la Universidad de Oregon, Robert Weiss, publicó un informe en la prestigiosa revista Psychology Today, en el que analiza las claves a la hora de hacer un balance sobre la pareja y mirar hacia el futuro.
"La evaluación sobre la pareja surge siempre porque el otro no es aquella persona perfecta que siempre soñamos que sea. La clave es aceptar que esa perfección es imposible de alcanzar. Es más importante enfocarse en qué factores son los que satisfacen las necesidades emocionales y físicas de ambos", explicó Weiss en el informe.
Según el psicólogo, no hay una fórmula exacta para saber si vale la pena pelear por una relación que se encuentra en crisis. Lo esencial es poder discernir si ese vínculo incrementa y disminuye la felicidad y el bienestar emocional.
Weiss estableció una lista de factores a tener en cuenta para poder analizar y darse cuenta de si vale la pena luchar por una relación en la cuerda floja.
¿Se disfruta el tiempo juntos? Si las salidas se repiten y uno no siente placer por estar con el otro, es una bandera roja. Puede ser una razón para tirar la toalla e ir en busca de nuevos horizontes. Uno de los principales motivos como para seguir con alguien es saber apreciar el momento que se comparte.
¿Hay confianza? Se trata de uno de los elementos clave en una relación saludable. Si, a pesar de todos los problemas, uno mantiene la confianza ciega en el otro, quiere decir que hay un vínculo sólido. Es necesario seguir luchando por una recuperación del vínculo.
¿Comparten intereses? Cuando las dos personas comparten algunos intereses, como hobbies, salidas al cine, etc., es un indicador de que todavía es válido seguir peleando por el amor. Es muy importante mantener vivas las actividades recreativas, los juegos y la diversión en la pareja. Eso no significa que uno debe compartir todos los intereses con el otro. Sólo tiene que saber aprovechar los gustos en común o explotarlos en caso de que se estén perdiendo.
¿Hay respeto por el desacuerdo? En una relación, los conflictos son inevitables. Cuando la relación es sana, esas discusiones o entredichos son una gran oportunidad para crecer, para aprender y alimentar la paciencia y la empatía con el otro. En cambio, cuando el vínculo no es saludable, cualquier pequeña pelea se transforma en resentimiento y en crisis. Por eso, si ambos tienen la capacidad de diferenciar entre conflictos mínimos y cotidianos de los graves, vale la pena seguir luchando por el otro.
¿Todavía hay pasión? Es muy importante mantener o saber que se puede recuperar una vida sexual sana. Pueden existir períodos de poco sexo, pero si esa atracción desaparece por completo y ya no hay signos de una posible recuperación, se está ante un problema claro. Es importante ser franco con uno mismo y con el otro y tratar el conflicto con inteligencia y madurez. En caso de que la excitación sea irrecuperable, ya no sirve demasiado seguir luchando por la pareja.
¿Hay apoyo del otro? Si uno nota que el otro no está para poner el hombro en los momentos difíciles y todo se convierte en celos, negatividad o indiferencia, es un mal signo. Es clave sentir que el otro está ahí detrás para ayudar a conseguir los propios objetivos. Ese es un síntoma claro de que todavía vale la pena seguir luchando por el amor.
¿Las expectativas son realistas? Es importante saber tener los pies sobre la tierra. Si uno espera constantemente que el otro actúe de cierta manera, la decepción será inevitable. Y el error será propio. En una relación saludable, las dos partes tienen que respetar al otro. No se puede vivir con la fantasía de la perfección.
Lunes, 25 de enero de 2016