GASTO MILLONARIO EN PUBLICIDAD
El negocio de la pauta que no murió con Hernán González Moreno
La causa que desbarató el poder de Arturo Colombi duerme en tribunales. Sus parientes sucesores corrigieron y aumentaron el dispendio. La actual administración, a cargo de Ricardo Colombi canaliza una parte de los gastos de publicidad a través de ítems oficiales en las cuentas públicas y totalizan unos 47 millones de pesos anuales, pero...
Tres días antes de que hallaran el cadáver de Hernán González Moreno con un disparo en la cabeza en un campo de Goya, a unos 60 kilómetros del vestigio formal de urbanidad, la Justicia provincial hizo su trabajo: allanó la sede de la Agencia Corrientes en busca de pruebas que permitieran demostrar que ese lugar era la usina comunicacional del gobierno de Arturo Alejandro Colombi donde se distribuía una millonaria torta publicitaria y se diseñaba los contenidos informativos del Estado, en abierta infracción al organigrama oficial y la ley de Contabilidad de la Provincia.
Cuando el fiscal Gustavo Roubineau y un pelotón de efectivos de la Policía de Corrientes invadió la casona blanca de calle Junín 1770, donde funcionaba la Agencia Corrientes, dirigida por Nani (alias Polvorita) González Moreno, quedaba menos de una semana para la segunda vuelta electoral que definiría la gobernación entre la continuidad de Arturo Alejandro o el regreso de su primo, correligionario, antecesor en el cargo y mentor político, Horacio Ricardo Colombi.
Corrían los últimos días de septiembre de 2009 y para ese entonces el juez de Instrucción Nº 3, Luis Osvaldo Cochia Breard (hoy jubilado) ya había hecho lugar a una cautelar que le impedía a la administración de Arturo la libre disponibilidad de los fondos para publicidad. Era un golpe mortal a la estrategia de gestión del mandatario, que se quedaba sin los medios.
Según le dijo Roubineau al diario Página/12, el magistrado se adelantó en la decisión y eso hizo apurar el allanamiento que estaba previsto para después de las elecciones de ese domingo. Pero... todo se aceleró y disparó algo más que una inspección a la cueva comunicacional donde mandaba HGM.
La Agencia Corrientes era la pantalla de Negocios Correntinos SA, una firma constituida en 2004, pero que no entró a la cancha sino hasta 2007 al hacerse cargo de la campaña de Arturo Colombi.
Roubineau -que no ha vuelto a hablar del asunto- dijo que descubrió en el allanamiento que González Moreno era sólo el apoderado de la firma y que en el lugar encontraron, además de elementos que aportan a la investigación, muchos documentos a nombre del ex legislador José Rodolfo Martínez Llano.
Lo llamativo es que la denuncia contra la Agencia Corrientes fue radicada -según consigna su autor, Guillermo González del Castillo- en agosto de 2007, pero no produjo ningún hecho importante hasta la llegada de las elecciones. Una semana antes del balotaje, el accionar judicial tuvo un impacto demoledor para Arturo Colombi. Le quebraron la espalda al cerrarle el grifo publicitario y ventilar la cueva comunicacional. Para esa fecha, su secretario privado Diego Mosquera ya estaba preso.
Visto a la distancia -con inflación de seis años- aquel dispendio en la propaganda oficial parece una minucia frente a los desembolsos de estos días, que crecieron de manera exponencial.
La actual administración, a cargo de Ricardo Colombi canaliza una parte de los gastos de publicidad a través de ítems oficiales en las cuentas públicas y totalizan unos 47 millones de pesos anuales, pero además tiene reservados fondos para propaganda y proselitismo de una caja de más de 300 millones de pesos que permanecen ocultos a la auditoría del Tribunal de Cuentas y de la Legislatura. Un pozo millonario que no tiene control (de ninguna naturaleza) y que habría sido el sueño de sus antecesores. La Justicia y sus fiscales, por supuesto, no se han percatado de tal detalle. (Norte)
Miércoles, 7 de octubre de 2015