Causa Circuito Camps:
Hoy declara Lidia Papaleo de Graiver
Dará testimonio en La Plata de las torturas sufridas durante la última dictadura militar en el centro clandestino Puesto Vasco, meses después de que fuera obligada a vender las acciones de Papel Prensa.
La mujer contará su cautiverio ante el Tribunal Oral Federal 1 de La Plata, que juzga a 25 represores por los delitos en 6 centros clandestinos de detención que integraban el denominado Circuito Camps, y entre los que se encontraba la subcomisaría de Don Bosco, en el partido de Quilmes, conocida como Puesto Vasco.
El TOF 1 no investiga la apropiación de Papel Prensa, que se concretó en noviembre de 1976, estando libre Papaleo de Graiver, pero sí los delitos cometidos en Puesto Vasco, donde estuvo detenida la mujer junto a su hermano Osvaldo, Rafael Ianover e Isidoro Graiver.
Según la investigación fiscal, el centro clandestino de detención de Puesto Vasco “contaba con una sola planta con oficinas y calabozos pequeños y muy húmedos” y la cocina “fue acondicionada para funcionar como sala de tormentos”.
Las condiciones de detención eran deplorables e inhumanas ya que “la alimentación era deficiente y la comida era proveída en forma humillante, las celdas donde alojaban a los detenidos eran húmedas, de reducidas dimensiones, con pisos de cemento, sin colchones y con escasa iluminación”.
Los secuestrados permanecían generalmente “vendados” y encerrados, sólo salían para ir al baño o para ser torturados mediante corriente eléctrica o la tortura psicológica que suponía la amenaza de ser sometidos a las torturas que oían infligir a otros.
Lidia Papaleo de Graiver estuvo secuestrada en Puesto Vasco desde el 14 de marzo de 1977 hasta el 4 de abril de 1977, período en el cual fue sometida a tormentos.
Según relató la víctima, en ese lugar “fui objeto de torturas que me provocaron graves quemaduras en mis genitales, abdomen y pechos, y los golpes recibidos provocaron un tumor cerebral, el cual se me operó en la cárcel”.
Meses antes, en noviembre de 1976, según relató ella en 2010, fue obligada a vender su paquete accionario en la empresa Papel Prensa, tras ser amenazada en varias oportunidades con que si no concretaba ese traspaso peligraba la vida de su hija Sol, entonces de 22 meses de edad.
Martes, 29 de mayo de 2012