Trasplante de corazón en Corrientes
Destacan el trabajo de un médico formado en el Cardiológico
El 22 de mayo de 2012, pasadas las 11, el corazón de José María, un papá curuzucuateño de 20 años, volvió a latir gracias a la solidaridad de la familia de un joven de Formosa y a más de una década de preparación de una institución que se convirtió en centro de referencia regional. Esta fue la hora crucial en la cual el equipo de Trasplantes del Instituto de Cardiología de Corrientes realizó el descampleo aórtico, cuando la sangre del receptor toma contacto con el órgano, es decir, cuando el corazón vuelve a latir.
Con un promedio de 8,97, Juan Pablo Cimbaro Canella, se graduó en 1995 con el segundo mejor promedio de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional del Nordeste. Oriundo de Charata, Chaco, el médico reside en Corrientes desde que ingresó a la carrera en 1989. Un año después ingresó a la residencia del Instituto de Cardiología.
“Fue por la excelencia de los profesionales que me decidí por la cardiología”, manifestó el joven profesional, quien en 1999 asumió como Jefe de Residentes del Cardiológico y en 2001, por iniciativa de la institución viajó a perfeccionarse a Buenos Aires en la Fundación Favoloro. “Cada 15 días debía viajar porque tenía a mi familia en Corrientes”, recordó.
Casado con su novia de toda la vida y trabajadora de la administración pública de la provincia, Fabiola Dionisi, es padre de una joven de 26 años, Laura, quien estudia Nutrición. La familia fue un soporte indispensable, según comentó.
A sus 45 años, Cimbaro Canella dijo que logró un sueño personal profesional que a la vez es colectivo, “para el cual me formé casi toda la vida”, que es el de realizar el primer trasplante de corazón y que ahora, junto a sus colegas, persiguen la meta de posicionar al instituto como centro de referencia.
Domingo, 27 de mayo de 2012