ARGENTINOS QUIEREN LLEGAR A LA CIMA
"El plan es hacer cumbre en Everest alrededor de la media noche hora argentina, alrededor de la 1 am del 25 de mayo"
Los argentinos que intentan coronar, por primera vez en la historia en una misma expedición, el Everest y los otros dos picos de la Herradura del Khumbu, en Nepal, estaban hoy próximos a vencer al primero, la mayor altura del planeta, informaron sus allegados en Buenos Aires.
"El plan es hacer cumbre en Everest alrededor de la media noche hora argentina, alrededor de la 1 am del 25 de mayo" (sic), escribió en el blog de la expedición Damián Benegas, líder de la intentona junto con su mellizo Willie, al informar el inicio de la trepada final.
El grupo, que esta noche (madrugada en el Himalaya) descontaba paso a paso los últimos metros de los 8848 del Everest, está integrado por Willie Benegas, Hernán Carracedo, Pablo Betancourt, Fernando Grajales y Fernando Rodríguez de Hoz, todos argentinos.
Con ellos van los nepaleses Tendi Sherpa, Phurba Gyalgen Sherpa, Sherpa Funuru, Lhakpa Sonam Sherpa y Mingma Sherpa Tenji.
Damián dijo que a las 20.45 de Nepal (mediodía de la Argentina, la diferencia horaria es de 8.45 horas), el grupo del Everest se aprestaba a abandonar el Campo 4, a 8000 metros de altura, en el Collado Sur, ya rumbo a la cumbre.
Según Agustina Cabrera, que en Buenos Aires hace de nexo con la expedición, calculaban que necesitarían no menos de doce horas, por lo que alcanzarían la cumbre alrededor de las 9 de la mañana en Nepal (primeros minutos del viernes en la Argentina).
De lograrlo, sería la undécima ascensión exitosa del Everest por parte de Willie, elocuente estadística de su experiencia, acumulada en los Himalayas y en los Andes. También sería un desquite, porque el año pasado no pudo llegar a la cima del Everest con su hermano debido a una lesión ocular.
En tanto, su no menos experimentado hermano Damián se disponía a partir antes del amanecer, junto a Tommy Ceppy y Luciano Badio, hacia la cumbre del Lhotse, a 8516 metros de altura, la que esperaban alcanzar al mediodía (las 3.15 en la Argentina).
En rigor, Damián acaba de estar en la cumbre del Lhotse el sábado pasado, en un ascenso preliminar para instalar equipo e inspeccionar la ruta, que pudo ser afectada por avalanchas.
Fue el primer escalador en conseguirlo en esta temporada, aunque para la ocasión unió fuerzas con un montañista ajeno a la expedición, Ben Jones, con quien llegó a la cima ese día a las 11.09, hora local.
Ahora estaba a punto de encaramarse en esa cima dos veces en una semana, en esta oportunidad al frente del grupo argentino.
Eso significa que si todo sale según lo planeado, la bandera argentina ondeará este 25 de Mayo en la primera y cuarta montañas más altas del mundo.
Tras vencer al Lhotse, el grupo de Damián extenderá su esfuerzo hasta el aledaño Nuptse, de 7864 metros, tal vez al día siguiente, con lo que se completará el triple objetivo de la expedición, inédito para el montañismo mundial.
Y entonces habrá revancha para todo el grupo, porque también el año pasado, empeñados en el mismo plan, debieron interrumpirlo para auxiliar a una expedición española en emergencia, en un episodio de tinte heroico.
Los deportistas se proponían comunicarse durante el ascenso con su compañera Georgina, instalada en el Campo Base, a 5400 metros de altura, su vía de contacto con el resto del mundo.
Los expedicionarios llegaron a esta instancia decisiva tras un mes y medio de aclimatación en el Himalaya.
En comunicaciones anteriores había contado que "la montaña está seca, con mucha piedras y avalanchas, con vientos de más de 160 kilómetros por hora y temperaturas de 40 grados bajo cero en la cima", condiciones que hicieron abandonar a algunas otras expediciones.
“Los días de aclimatación fueron bastante duros. Esta temporada tuvimos que soportar temperaturas de hasta 50 grados bajo cero donde el mate se convirtió en uno de nuestros mejores aliados en la montaña", comentaron.
En efecto, la infusión rioplatense además de proporcionarles calor e hidratarlos, es un ritual que "genera distensión y diálogo entre los miembros de la expedición”, dijo Damián en el blog.
En los campamentos de altura utilizaron alimentos disecados que son hidratados con agua caliente, pero al menos mientras estuvieron en el Campo Base, pudieron intercalar picadas con salamines y quesos.
“De todos nuestros alimentos, el 10 por ciento es comida emocional y psicológica. Como gran parte de nuestra dieta tiene poco sabor, comer un jamón, un salame o tomar un buen mate, además de aportarnos energía y nutrientes, nos ayudan muchísimo a estar contentos y bien de ánimo para subir la montaña”, dijeron.
Jueves, 24 de mayo de 2012