DECOMISOS INDICAN TRÁFICO DE DROGA EN LA PROVINCIA
Corrientes, enclave del negocio de la marihuana en toda la Argentina
Sólo Gendarmería incautó más de ocho toneladas. La policía ni una. Los incesantes decomisos de marihuana que en las últimas semanas se registraron en la provincia de Corrientes volvieron a ubicarla como el paso necesario del grueso de los cargamentos de la droga producida en Paraguay.
En cuatro meses sólo la Gendarmería Nacional secuestró 8.544,554 kilogramos del estupefaciente; equivalente a 518.141,15 pesos, según estimaciones del Ministerio de Seguridad de la Nación. La Policía provincial aún no alcanzó confiscar ni una tonelada de esta droga.
La pregunta reiterada es: si esto fue lo incautado, ¿cuánto ha eludido con éxito los controles? La respuesta obvia es: mucha, la suficiente para mantener la oferta-demanda en todas las escalas a nivel país (el segundo consumidor del producto elaborado en el departamento paraguayo de Pedro Juan Caballero; y Brasil demanda el 80% del total).
Hay que entender la producción, transporte y venta de drogas como parte de un meganegocio que por año genera exorbitantes ganancias. Una falencia de la ley actual es que no discrimina entre microtráfico y el tráfico a gran escala. Incluso el consumo personal puede ser tipificado como “tenencia simple”. Las penas van de entre 4 a 15 años de cárcel. El problema es global y los expertos coinciden en el fracaso de la persecución a la demanda. En este contexto, Corrientes aparece como el enclave para el ingreso y distribución de marihuana. Una solución que gana vigor es la monopolización estatal de la producción de Cannabis (legislada en Uruguay). Empero implica un desafío político, económico y territorial.
Como cualquier producto de un mercado (en este caso ilegal), las drogas prohibidas por ley (marihuana, cocaína, ácido lisérgico, etcétera) tienen un valor fluctuante; la variación depende -fundamentalmente- de dos factores: cantidad y distancia del lugar de producción. Hoy en esta Capital, un vendedor al menudeo (“transa” o “dealer”) vende los cien gramos de Cannabis a 300 pesos. Los derivados del clorhidrato de cocaína cuestan desde 250 a 300 pesos. El precio varía según el surtidor y la calidad de la sustancia: “la bolsa” va de los tres a los cinco gramos y depende qué tan “cortada” esté, es decir, mezclada con otras sustancias. En Chaco, los costos se invierten.
EL SECUESTRO DE 6.167 KILOS DE CANNABIS ES EL MÁS IMPORTANTE DEL AÑO. EL RÉCORD FUERON NUEVE TONELADAS.
Comercio prohibido
“Éste es un fenómeno comercial, industrial y financiero, sólo que está prohibido por la ley (...). Se produce, se consume o se transporta de acuerdo a lo ofrezca factibilidad y rentabilidad para quien lo hace”, dijo a este diario Félix Crous, ex titular del Procunar. “En la medida en que sea un negocio en el cual haya muchas personas dispuestas a consumir y sea un buen negocio venderla, esto se colará como el agua por las filtraciones”.
Rosario y la narcocriminalidad bajo el amparo de la Policía provincial
El proyecto de ley que quedó en un esbozo
El debate parlamentario sobre los proyectos de ley para desfederalizar los delitos de narcomenudeo están en un atolladero desde las postrimerías del año pasado. Aún no hubo dictámenes de las comisiones y algunos hablan de que fueron “cajoneadas”. Hay dos iniciativas, una en Diputados y otra en Senadores (presentada por el Ejecutivo provincial). El esbozo legislativo fue criticado por funcionarios nacionales.
Rosario es hoy el epicentro -al menos mediático/periodístico- de la problemática de la narcocriminalidad. El grado de complejización de la estructura criminal en la segunda ciudad de la provincia de Santa Fe tomó dimensiones inéditas involucrando a los propios jerarcas de la Policía provincial, como el ex jefe antinarcóticos Hugo Tognoli, quien en la actualidad está enjuiciado. “En el caso de Rosario, el negocio era bien local, bien en la periferia, al sur y al oeste de la ciudad. Estas organizaciones se expanden, empiezan a competir en el norte de la ciudad y cuando se produce eso ya no son las comisarías de los lugares las que regentean el negocio, sino que entran las unidades de investigación”, explicó Marcelo Saín, diputado de la provincia de Buenos Aires por Nuevo Encuentro y ex director de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA).
En una entrevista publicada el mes pasado por la revista TCH, Saín argumentó que “la policía estructura de manera sofisticada las relaciones con sectores criminales en función de poder controlar el crimen a un nivel que no genere conmoción social ni escándalo político. Además, claro, lo hacen también para apropiarse de parte de la rentabilidad de ese negocio ilegal.” El funcionario está convencido que “en Argentina la policía ejerce el control del narcotráfico”.
Las leves penas aplicadas a integrantes de “La banda de los Monos” generó cuestionamientos a la Justicia Federal.
EL GRADO DE CORRUPCIÓN EN LA FUERZA OBLIGÓ AL GOBIERNO DE SANTA FE A PEDIR COOPERACIÓN A LA NACIÓN, QUE ENVIÓ A 3.000 GENDARMES.
DICHOS DEL JEFE DE GABINETE Y EL PAPA
Debate y controversia: “¿Ya somos productores?”
La controversia no es nueva pero cada tanto reactiva: ¿Argentina es un país de tránsito o de producción de drogas? El jefe de Gabinete aseguró días atrás que en el país no se elaboran estupefacientes. En contrapunto, el Papa Francisco había afirmado antes: “Argentina pasó de ser un país de tránsito a uno de consumo y producción”.
“No somos un país productor porque no hay cultivos ni procesamiento de las plantas”, sostuvo Graciela Touzé, directora ejecutiva de la Fundación Intercambios, en una nota alusiva a los dichos del Pontífice publicadas en el sitio Cosecha Roja. “Lo que sí se viene incrementando son las situaciones de fraccionamiento y elaboración”, agregó.
Una contestación absoluta sería impertinente: Argentina no cosecha Cannabis a gran escala, no obstante hay claros indicios de que ya existen puntos de producción de drogas sintéticas (LSD, éxtasis y metanfetaminas) y derivados de la cocaína (pasta base y paco). Algunos son denominados “laboratorios”, otros “cocinas”. Los precursores químicos se consiguen, incluso de manera legal como la efedrina.
Un caso puntual y reciente: hace un mes 13 personas fueron detenidas en 20 allanamientos en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y La Plata. Confiscaron 30.000 dosis de éxtasis que iban a ser vendidas en fiestas electrónicas. “Contaban con toda la aparatología para hacer los comprimidos”, dijo el secretario de Seguridad de la Nación, Sergio Berni.
(Diario Norte)
Lunes, 20 de abril de 2015