CINE
Julieta Díaz, grandes actuaciones y enormes panoramas en el miércoles de Pantalla Pinamar
La actriz recibió una plaqueta de reconocimiento a su trabajo y al del director Diego Lerman por "Refugiado", exhibido ayer con buena repercusión durante la 11a. celebración de Pantalla Pinamar, de manos de Liliana Mazure, diputada nacional y ex presidenta del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales.
La jornada contó como acontecimiento la exhibición de "El otro lado del éxito", de Olivier Assayas, con Juliette Binoche, sobre una actriz que entra en declive, y de "Mr. Turner", de Mike Leigh, con Thimoty Spall, acerca del famoso pintor inglés que vivió entre 1775 y 1851.
"El otro lado del éxito" es el fallido título castellano de "Sils Maria", que es un lugar de los Alpes suizos donde se centra mayormente la historia, sobre una actriz que al pasar los 40 debe desprenderse de los papeles juveniles para entrar en una dimensión para ella desconocida y resistida.
La actriz, encarnada por Juliette Binoche -50 años durante la filmación- vive en un mundo de glamour y las facilidades que da la fama, es secundada por una asistente perpetua (Kristen Stewart) y debe ceder un papel que hizo de joven a una "starlette" hollywoodense (Choë Grace Moretz), mezcla de inocencia, tontería y perversión.
El proyecto es montar la obra, de un amigo dramaturgo suicidado recientemente, en un escenario de Londres, donde inevitablemente será la segundona, y al mismo tiempo que cede a regañadientes intervenir en el filme de un debutante, opta por repasar sus parlamentos con su secretaria.
El texto dramático, que a primera vista suena ramplón y pomposo, trata sobre una ejecutiva madura que se enamora perdidamente de una pasante joven y el asunto se va metiendo poco a poco en la vida real de las dos mujeres como una invasión inevitable.
El director Assayas muestra espléndidos paisajes de los Alpes suizos, pone música exquisita y divide la historia en dos partes: en la primera impone a Binoche una sensualidad explosiva a base de perfiles, miradas y escotes prometedores, y en la segunda, con la decadencia del personaje, la afea y masculiniza.
La historia recuerda a "La malvada" (1950), de Joseph L. Mankiewicz, donde Bette Davis sufría el avance de Anne Baxter, y también a "La mentira infame" (1961), de William Wyler, porque allí sobrevolaba una pasión lesbiana a cargo de Audrey Hepburn y Shirley MacLaine.
Assayas, que en 1996 supo explotar la sensualidad de Maggie Cheung como una versión moderna de Musidora, logra un filme extraño aunque seductor, con alguna desaparición misteriosa en medio de esplendorosos valles y montañas y un final cínico que sin embargo se ve venir.
Otros hermosos paisajes son los que aparecen en "Mr. Turner", de Mike Leigh, sobre un famoso pintor británico cuyas obras se pueden rastrear en Internet -se especializaba en marinas y sobre todo en tormentas y naufragios- y cuyo protagonista, Timothy Spall, fue distinguido mejor actor en Cannes 2014.
Spall no es precisamente bonito y su físico elefantiásico le da un aspecto de hosquedad, y sin embargo es un puntal del teatro británico; en el cine actuó muchas veces para Leigh -en "Secretos y mentiras", en "Topsy-Turvy", en "A todo o nada", en "Vera Drake"- y en la piel de Joseph Mallord William Turner no quedan dudas de que es el pintor mismo.
Astuto, malhumorado, misántropo, negador de paternidades, de una sexualidad brutal que lo hace sodomizar sin aviso a su propia ama de llaves, mentiroso y convencido de su genio, el personaje recorre Londres y sus alrededores y le permite a Leigh hacer un sustancioso retrato de época.
Película por momentos sumamente barroca, a lo largo de sus 150 minutos sabe despanzurrar a las diferentes clases sociales -en particular a la aristocracia con algún diálogo antológico- y ubicar a su personaje en un momento histórico de cambio.
Contemporáneo de Domingo Faustino Sarmiento, el hombre ve llegar no sin cierto estupor la muerte de los viejos veleros y el advenimiento del barco a vapor, el ferrocarril y, sobre todo, el daguerrotipo: mientras se somete junto a su compañera a una laboriosa toma fotográfica, filosofa con temor acerca del futuro de la pintura, su propio arte y su razón de ser.
Miércoles, 11 de marzo de 2015