MÚSICA
Guido Montoya Carlotto lleva los nuevos aires del folclore al ND Teatro
El pianista y compositor, 114to. nieto recuperado por Abuelas de Plaza de Mayo, coronará un extenso derrotero musical con un concierto el 1° de noviembre, donde expresará una sonoridad "con aires folclóricos" que se concilia con una "corriente poco nostálgica" de la música popular y que se ubica "fuera del molde que venden los medios de comunicación".
El músico se presentará a las 21 en la sala de Paraguay 918 con el el afán de conciliar su paciente trayectoria musical -con varios álbumes editados y escenarios compartidos con artistas de la mejor tradición argentina como Carlos Aguirre, Liliana Herrero o Diego Schissi- con la conmoción social que causó la noticia de saberse nieto de Estela de Carlotto, presidenta de Abuelas, tras 36 años de búsqueda.
"Mi música no está ajena a ninguna categoría. Está enmarcada en una serie de sonoridades con aires folclóricos y en el camino de nuevas corrientes que están presentes en este tiempo, y que se expresa de una forma que no podría haber sido escrita o interpretada en otro momento histórico. En cambio, otros géneros resultan más nostálgicos y en ellos una búsqueda como la mía resulta más difícil", expresó Montoya Carlotto en diálogo con Télam.
Tras sus primeros estudios en Olavarría, el pianista emigró a Buenos Aires para formarse en el Instituto Municipal de Música de Avellaneda y también con docentes como Leandro Chiappe, Alberto Merolla, Evelina Aitala de Pacín, Hernán Rios, Emmanuel Ochoa, Ernesto Jodos y -en armonía y composición- Juan "Pollo" Raffo. "Me eduqué como pianista clásico y de ahí salté al jazz, al tango y al folclore", evocó.
Editó en 2008 el disco "Musa rea", que contiene, entre otras, su canción "Para la memoria", que revelaba su compromiso con las luchas de los derechos humanos mucho antes de conocer su historia personal, y algunas pocas de otros autores como la versión, sin énfasis innecesarios, de la emblemática "Construcción" , de Chico Buarque.
"Mi música no está ajena a ninguna categoría. Está enmarcada en una serie de sonoridades con aires folclóricos y en el camino de nuevas corrientes que están presentes en este tiempo" Mientras proyecta su próximo disco, acaso para publicarse el año próximo, Montoya Carlotto se presentará en el ND Teatro al mando de un septeto, con una formación tímbrica cercana al jazz pero con un lenguaje pletórico de citas folclóricas.
Lo acompañan Florencia Otero (voz), Valentín Reiners (guitarra), Ingrid Feniger (clarinete), Luz Romero (flauta), Nicolás Hailand (contrabajo), y Juan Simón "Colo" Maddio (batería).
"Lo armé pensando en una estructura con una cantante y una sección rítmica (guitarra, batería, piano, contrabajo) y luego fue evolucionando. La formación tiene una tímbrica muy homogénea que representa genuinamente lo que somos", explicó.
Ignacio Hurban, como se lo conocía hasta su restitución, criado en Olvarría, identificado como hijo de Laura Carlotto (secuestrada por la dictadura militar en 1977 y asesinada en 1978 luego del parto) y Walmir Oscar "Puño" Montoya, detenido desaparecido, dialogó con Télam sobre su trayectoria y expectativas artísticas bajo el singular clima que impuso su inesperado lugar en la agenda pública.
"Espero que este sacudón que ha pasado a través de mí ayude a que se escuchen otras músicas y otros músicos que merecen estar más en el tapete", alentó.
- Tu música muestra una clara inclinación hacia la composición, ¿Existe para vos como artista el compromiso de no repetir un modelo o una estructura tradicional de la música popular sino de recogerla para avanzar hacia algo nuevo?
- En mi caso es una elección natural porque no estamos detrás del negocio ni tenemos que responder al gusto de la gente.
Hacemos lo que nos gusta y eso implica necesariamente explorar y probar. Sí creo que hay una obligación de no repetir. Ahí no hay arte. Hay que tratar de mostrar la mirada de uno. Si uno ve sinceramente con su propia mirada eso siempre genera algo nuevo. Esa novedad puede ser o no una revolución. Por ahí es sólo un pequeño pasito, pero así se construyen también los grandes movimientos estéticos. Claro que a la vez hay que reconocer a los autores clásicos, pero para seguir adelante.
- Juan Falú sostiene que los músicos audaces y renovadores de este tiempo se encuentran en el folclore más que en el tango, el jazz o el rock, acaso pensando en autores como Carlos Aguirre o Juan Quintero, con los que vos te sentís cercano. ¿Compartís esa reflexión?.
- El folclore se ha adaptado muy bien a los nuevos tiempos. Hay una corriente que ofrece una música que sólo puede pensarse como propia de este tiempo. Los otros géneros son más nostálgicos. El folclore, en cambio, tiene la ventaja que nunca ha interrumpido su proceso de composición, no como le pasó al tango. En ese sentido hay un crecimiento musical increíble en la música popular que, sin embargo, no llega a mostrarse al público todavía de la manera que merecería.
Faltan lugares para expresar esa corriente. Los festivales de folclore, por caso, son retrospectivos, anacrónicos. Están buenísimos pero muchos allí están haciendo el mismo folclore que hace 30 años, solo que con instrumentos eléctricos; todo más fuerte y más rápido. No está mal porque también hay una cierta renovación cuando cambiás los instrumentos, pero hay un concepto más intimista del Nuevo Folclore que no tiene lugar.
Falta una política de lugares y falta que como sociedad todos comprendamos la necesidad de escuchar otras voces, de salir del molde cultural que nos venden los medios de comunicación.
Martes, 14 de octubre de 2014