RECITAL HISTORICO
Sabina brilló en el Cocomarola
En el Templo regional del chamamé brilló anoche un ícono viviente del rock a escala global. Joaquín Sabina en una cita histórica con correntinos ofreció un recital, que si buscáramos un españolismo para ponderarlo ese sería "de puta madre".
Durante dos horas el "más argentino" de los madrilistas inundó desde el escenario Sosa Cordero la noche del Cocomarola de ritmos, rimas y ocurrencias, provocadores, particularísimos e irreverentes, "sabinescos".
Como ese mismísimo final, identitario: "si usted quiere vivir cien años no viva como vivo yo"
“500 noches para una crisis” se denomina el fascinante espectáculo presentado donde revivio las canciones de “un disco fundamental y el más intenso de mi carrera" según él mismo dijo: 19 días y 500 noches".
Sabina recorrió los más entrañables temas del álbum, entre los que se destacan: “A mis cuarenta y diez”, “Noches de boda”, “19 días y 500 noches”, “Ahora que”, “Barbi Superstar”, “Una canción para la Magdalena”, “Dieguitos y Mafaldas”, Contigo", "Princesa", "Si volvieran los dragones", "Peces de ciudad" y "Pastillas para no dormir"
El espectáculo se apoya escenográticamente en una inmensa pantalla central, que va devolviendo pinturas y dibujos del propio Sabina, seleccionados de sus cuadernos de gira, algunos de los cuales forman parte de su último libro.
Llegó acompañado a Corrientes de Pancho Varona (bajo, guitarra y voz), Antonio García de Diego (guitarras, teclado, armónica y voz), Jaime Asúa (guitarras y voz), Pedro Barceló (batería), Mara Barros (voz), Josemi Sagaste (saxo, flauta, clarinete, teclado, acordeón y percusión).
El anfiteatro lució a full con un público de varias generaciones que acompañó de pie el intenso recital, hasta cuando, parafraseando al mismísimo Sabina, dieron la media noche y ya no había lugar para nuevos bis
Tiene muchas virtudes, Sabina, no cabe duda. Una de ellas ser uno de los máximos poetas urbanos que arrastra seguidores fidelísimos de varias generaciones
En el sector "vip" del anfiteatro un cincuentón recordaba, al borde de la emoción, haber conocido a Sabina en los ochenta, en una disquería de la porteña calle Corrientes donde sonaba "una boina calada al estilo del Che" y ya no lo abandonaría más
Corrían todavía los tiempos del cassette. Bastante después su hijo , todavía pequeño, le preguntaría : Papá ¿cómo es eso de 19 días y 500 noches? Entonces fue que, confusamente, intentó explicarle que era una de las tantas, inagotables, fantasías sacadas de las mil y una noche...de Sabina
Sabina en Corrientes, casi un sueño primaveral.
(Momarandu)
Jueves, 18 de septiembre de 2014