Expertas del Instituto Leloir y la UBA vieron una enzima que regula el daño en el ADN.
Argentinas detectaron un proceso celular clave que ayudaría a tratar el cáncer
Después de cinco años de trabajo, dos científicas argentinas lograron identificar la función de una proteína que podría reformular la investigación para hallar terapias alternativas contra el cáncer . Las investigadoras pertenecen a la Fundación Instituto Leloir y su trabajo fue publicado en la prestigiosa revista estadounidense Proceedings of the National Academy of Sciences .
Las científicas lograron encontrar una función clave de la proteína Chk1 . “Esto podría servir para reformular y redirigir la investigación para encontrar terapias alternativas”, explica Vanesa Gottifredi, jefa del laboratorio de Ciclo Celular y Estabilidad Genómica del Instituto. Ella y Julia Speroni fueron las impulsoras del estudio y trabajaron con un equipo de cinco investigadores.
Gottifredi y su equipo lograron descubrir que esta proteína tiene una función de balance y actúa en forma inteligente sobre el ADN para evitar que una célula tumoral se desarrolle
Gottifredi señala que cada día, cada una de las células del cuerpo humano recibe unas 10 mil lesiones , como parte del propio metabolismo.
“Es el costo de vivir” , dice. La proteína Chk1 es la que tiene que decidir cómo actuar frente a esas lesiones. “Es como si todo el tiempo esta proteína estuviera evaluando qué es lo que tiene que hacer para evitar que esos daños se propaguen”, agrega la investigadora Hasta ahora, se sabía que esta enzima podía controlar y eliminar los errores cuando se replicaban las células, es decir cuando se transmite información de las células madres a las células hijas. Gottifredi sostiene que este descubrimiento permitió entender de qué manera la enzima Chk1 logra evitar que en entre esas miles de lesiones que reciben las células se genere una mutación que derive en células tumorales.
Así, este descubrimiento podría ayudar a entender cómo una célula puede protegerse y al mismo tiempo disminuir la acumulación de errores cuando se inicia el proceso de replicación de las células.
La investigación se llevó adelante junto con la Universidad de Buenos Aires. Además, Gottifredi, de 42 años, y Speroni, de 30, pertenecen al Conicet.
El estudio se realizó sobre células afectadas con rayos ultravioletas y aunque implica un gran avance es apenas una indicio para investigaciones futuras . “Es como estar en una habitación completamente a oscuras y tener que buscar ropa para ir a esquiar. Podés pasarte años sacando una malla, hasta que das con una campera”, cuenta Gottifredi sobre los cinco años que necesitaron para llegar a estas conclusiones. “Por momentos, vivís montañas rusas emocionales ”, reconoce sobre los altibajos de su trabajo.
Pero a pesar de los logros, este descubrimiento implica recién un primer paso para abrir nuevos caminos en la lucha contra el cáncer. Es lo que se denomina investigación básica, es decir el primer escalón sobre el que se apoyarán las demás investigaciones . Y Gottifredi admite que podrían pasar años hasta que este estudio se cristalice en una mejoría concreta en la batalla para vencer al cáncer.
Jueves, 26 de abril de 2012