ENTRE RÍOS
En Gualeguaychú se vive el carnaval ricotero
Banderas con la cara del Indio Solari bailan al compás del viento mientras los fanáticos copan las calles de la ciudad entrerriana de Gualeguaychú, donde el artista ofrece, en el hipodromo local, su primer concierto del año ante una miltitud que se estima en 150.000 personas.
Esa multitud encierra historias. Dos jóvenes que no se conocían hasta hace segundo se convierten en cómplices para compartir un choripán salido de un chulengo improvisado en las inmediaciones del predio de 120 hectáreas que promete transformarse en el marco imponente para el show musical pago más importante de la historia argentina.
No sólo es un concierto. La `misa` ricotera -como los devotos de Solari llaman a los rituales que acompañan sus presentaciones-, la caravana de vehículos y caminantes, los bailes y cantos futboleros, regados por bebidas que desafían el frío, comienzan mucho antes que el show, programado para las 22.
La plaza principal y las plazoletas de la ciudad se han transformado desde hace días en escenarios poblados de carpas y grupos sentados sobre lonas compartiendo mates y anécdotas ricoteras, mientras una pregunta insiste, `¿Con qué tema abre el Indio?`
Aunque las plazas turísticas se encuentran colapsadas desde hace dos días, al igual que los campings y las casas de familia, las `residencias para abuelo` con habitaciones disponibles abrieron sus puertas para cobijar a los devotos de este culto que iguala en pasión a gente de todas las edades.
"Estamos unidos por el amor a los Redondos. Antes había más bondi, más gente venía con camisetas de las hinchadas por ejemplo de la de Chicago o Chacarita; ahora se ven menos casacas y hay mucha joda acá en la previa, todos juntos por las canciones que hablan de lo que nos pasa", dijo a Télam un histórico fan de 44 años, que llegó con su familia desde la localidad bonaerense de San Martín.
Algunas de las grandes banderas que cubren los frentes de las casas con imágenes estampadas de la cara del Indio junto a frases de sus canciones, resultan de una belleza artesanal que impacta.
"Si no hay amor que no haya nada" es quizás la frase -pertenece al tema "El tesoro de los inocentes"- que más se repite desde los trapos, y además de modificar el paisaje, sirve como abrigo para algunos -los más- a quienes el sol tardío no les alcanza para protegerse del viento frío.
Un adolescente de 16 años, explica a Télam: "Esto que pasa acá es de todos, sangre pura, pero aunque mi vieja me crió escuchando a Los Redondos, yo vengo por el Indio, me cabe la alegría". Habla y señala al mismo tiempo una bandera que brega por la inocencia de la banda Callejeros.
Aunque las tribus comparten su efervescencia y lucen orgullosos tatuajes con frases del cantante, la referencia al "Indio" es más frecuente en boca de los más jóvenes, mientras que después de los 26 años, la poesía de la mítica banda los Redonditos de Ricota se lleva en el corazón.
Ranchadas en las esquinas, gente que trajo a sus mascotas, pequeños que deambulan enfundados en buzos con la figura del cantante conforman el folclore ricotero, por donde circula con fuerza un rumor.
Esta noche, se especula, tres de los miembros de la formación original de aquella agrupación el saxofonista Sergio Dawi, el baterista Walter Sidotti y el bajista Semilla, que participaron de la grabación de "La pajarita pechiblanca", en el último trabajo discográfico del Indio pueden subir hoy al escenario del Hipódromo.
La presentación en las hordas ricoteras del cuarto disco solista "Pajaritos, bravos muchachitos" junto a Los Fundamentalistas del Aire Acondicionado, se aguarda con impaciencia, pero la espera está transformando al día en noche con su liturgia de cantos, encuentros y carnaval.
La ciudad y la provincia de Entre Ríos montaron un vasto operativo de circulación y seguridad con más de 1100 agentes para que la fiesta musical al aire libre se desarrolle, como tal como reza el Indio, con "la alegría por la que mi mundo gira".
Sábado, 12 de abril de 2014