EL PATÓN MORILLO
A pie llevará su mensaje de esperanza al Mundial
El Mundial de Brasil encenderá en millones de personas las ilusiones de ser los campeones, pero para Leonardo "Patón" Morillo será la oportunidad de llevar un mensaje de esperanza y amor desde Llavallol, su barrio, hasta tierras cariocas.
Leonardo Morillo, apodado El Patón, iniciará su caminata el próximo jueves, continuando el recorrido iniciado hace algunas semanas, llevando un mensaje a favor de la vida y contra las drogas.
Bajo el lema "Sueños sí, drogas no", partirá este jueves hacia la sede donde estará concentrado el Seleccionado argentino.
Luego de muchos años, buscando dejar atrás un pasado duro, el Patón emprendió una caminata desde su Llavallol natal hasta Brasil con la idea de llevar un mensaje de esperanza para los miles de chicos que intentan salir del flagelo de las drogas.
"Se me ocurrió ir al mundial de mochilero con la idea de ir parando en pueblos, hospitales, hogares de ancianos, para llevar una sonrisa y un mensaje de esperanza. Lamentablemente mi cuerpo me traicionó y no lo pude lograr, pero jamás le pedí ni le pediría dinero a nadie, los que quieran ayudarme lo pueden hacer comparando una rifa o donando algo", explicó Morillo.
En su primer intento, que debió abandonar por cuestiones de salud, cuando le faltaban apenas metros para alcanzar la frontera, recibió el apoyo de los que lo veían pasar y estableció contacto con los distintos parajes que atravesó. "Tuvo sus cosas buenas y sus cosas malas. Yo prefiero quedarme con las buenas. Hubo gente de las estaciones de servicio, de los campings, camioneros y vecinos que se me acercaron preguntándome por qué lo hacía. Parece que es difícil creer en un soñador", relató Morillo.
Segunda oportunidad
En relación a su segunda etapa, Patón comentó: "Salgo de Buenos Aires el 3 de abril hasta Paso de los Libres, el lugar donde mi cuerpo me traicionó y tuve que pegar la vuelta. Desde ahí me faltarían 2.180 kilómetros para que mi sueño se haga realidad".
Curiosamente, las vicisitudes que atravesó en el pasado no fueron las únicas que debió tolerar. Al bajar en su primera parada, en Escobar, le robaron la mitad del dinero que llevaba para gastos de comida y estadía. Sin embargo, Morillo prefiere destacar a aquellos que sumaron en su cruzada.
"Antes de salir hice una choriceada. La idea era, y es, no mendigar nada. Cuando ya no me quedaba plata, un camionero brasileño me llevó unos kilómetros, me invitó a comer un risotto y me dio plata. Hay gente muy buena en el camino", expresó.
Con ganas y fe
A pesar de que la travesía requiere de muchos elementos para afrontarla, a Morillo no le preocupan las carencias ya que considera que "lo importante son las ganas y la fe que se tiene".
"Me falta plata, una buena mochila, ropa de abrigo, elementos para armar el botiquín, de todo. Cada vez que me preguntan si necesito algo, les digo que hagan una bandera con su nombre, que la voy a llevar hasta la concentración de los jugadores. Cada vez que las vea o las saque, las banderas serán como una caricia de parte de los que creyeron en mí", sostuvo.
Martes, 1 de abril de 2014