SOLAMENTE VOS
Un final feliz, entre canto, baile y besos
Después de un año, la tira protagonizada por Suar y Oreiro se despidió en un clima de fogón, con casi todos los personajes en escena. Y así terminó la tira de Pol-ka, con una suerte de fogón familiar (todos mezclados, hijos tuyos, hijos nuestros, tu actual, tu ex) , matizada por la voz y la guitarra de Coti, interpretando la cortina musical del programa.
El pie para empezar a cantar se lo dio la frase final, de labios de un Juan perdidamente enamorado: “Vos sos única para mí y, yo creo, soy único para vos. Y eso lo lograste... solamente vos”. Y ahí nomás empezó la fiesta de la despedida.
Hoy se cumple un año del debut de Solamente vos, la tira que anoche se despidió de la pantalla de El Trece.
Tiempo suficiente para que -de aquella lluvia infernal del primer capítulo al solazo del picnic que armaron ayer- Juan (Adrián Suar) y Aurora (Natalia Oreiro) cruzaran sus caminos en las penumbras de un hospital, se conocieran, vivieran pared de por medio, fueran mejores amigos, se enamoraran (con los encuentros y desencuentros de toda comedia romántica), fueran padres de gemelos y terminaran televisivamente su historia como en un marco de videoclip.
Porque si algo tuvo la ficción más vista del año pasado -a excepción de los capítulos de diciembre de Avenida Brasil (Telefe)- fue romanticismo. Y música.
Esa postal campestre sintetizó, de alguna manera, el espíritu que desplegó el ciclo en todo su recorrido: el de la familia como emblema, con pinceladas de color sobre los distintos tipos de integrantes: la ex demandante (de Juan), las hijas adolescentes (de Juan) que agitan la bandera de la rebeldía, el hijo pequeño (de Juan) que contesta todas, el padre gay (de Juan), el padre (de Aurora) que parece convertirse en hijo... y podrían seguir los retratos de los personajes que, si bien, como rezan los carteles, cualquier semejanza con la realidad es pura coincidencia , podrían haber salido de cualquier álbum familiar.
En eso, posiblemente, haya radicado buena parte del éxito de esta comedia blanca (con historias para varias generaciones), que tuvo vaivenes con el rating, pero siempre estuvo ubicada entre los ciclos más vistos del día.
Y si es cierto que los finales de las ficciones destacan lo mejor de su pasado, el capítulo de anoche abonó esa teoría, porque le dio su merecido espacio al delicioso vínculo entre Juan y su ex, La Polaca , una enorme composición de Muriel Santa Ana. Hasta último minuto, él trató de hacerle entender que ya no estaban juntos, y ella se quitó la gran duda de su vida: “Vos y yo, ¿cuándo vamos a hacer el amor’”. El diálogo cerró con un lapidario “vos venís a ser como una tía”. Y la tía estuvo, claro, en el baile del final.
También hubo un tiempo ayer para las imperdibles charlas entre padre e hijo (Joaquín Flamini), un chiquilín con cabeza de adulto. Fue él, precisamente, quien en el último capítulo comenzó a arruinar la supuesta cena íntima que Juan y Aurora iban a tener para celebrar su amor.
Comida frustrada que abrió el camino de los problemas domésticos -una canilla que no funciona, una camioneta que se para, un desfile incesante de gente que altera los planes-, con efectivos pasos de comedia en los que se lucieron los dos protagonistas, Santa Ana, Claudia Fontán y Marina Bellati (una desopilante Denise).
Después de algunos enredos y toques de humor, llegó la escena del final feliz, con amoroso beso incluido y una pintoresca puesta cinematográfica. Y con ese toque musical que tanto le gusta incluir a Suar en sus programas.
Por Silvina Lamazares
Miércoles, 22 de enero de 2014