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“Bullying sexual”: ¿por qué las mujeres son putas y los hombres, héroes?
¿Por qué ante una misma situación –como el hecho de tener sexo ocasional- las mujeres son tildadas de “rápidas” y los hombres son aplaudidos? El proyecto "Unslut" lucha contra la afición social que avergüenza y negativiza la sexualidad femenina y culpa a las mujeres víctimas de agresiones sexuales.
“Te pueden llamar ‘puta’ por la forma en la que te vestís, por disfrutar del sexo, por rechazarlo o por ofender a alguien por un tema que no tiene nada que ver con el sexo.
Podría decir que hasta el hecho de existir y ser mujer ya parece suficiente para que te lo digan”, lamenta Emily Lindin, fundadora de The Unslut Project, una iniciativa que lucha contra el estigma social que negativiza la sexualidad femenina y culpa a las mujeres víctimas de insultos, bullying o acoso sexual.
Tal como menciona el artículo del blog S-Moda del diario El País, The Unslut Project busca combatir el “bullying sexual”, tal como el que sufrió la canadiense Rehtaeh Parsons: tras una violación en grupo, sus compañeros de escuela la torturaban con las fotos de la agresión sexual que circularon en redes. La chica se suicidó al poco tiempo.
Emily nunca fue violada pero sí fue tildada como la “chica rápida” de su colegio. Tras conocer varias historias de jóvenes que pasaron por algo similar, decidió crear este proyecto, que empezó con compartir al mundo el diario íntimo que escribió cuando tenía entre 11 y 14 años. “Publiqué estas entradas en la Web una a la vez, sin cambiar una sola palabra con excepción de los nombres de las personas involucradas, incluido el mío. Cada breve comentario que está entre paréntesis en cada post, tiene la intención de dar alivio desde mi perspectiva actual, más de una década más tarde”, explica en su sitio web.
Su historia generó que otras mujeres se animen a contar sus propias experiencias. Son duras, impactantes. Algunas dicen: “Mientras que la violación era una experiencia horrible y dolorosa, el hostigamiento y la incredulidad de mi historia era aún peor”; “dos chicos que creía que eran amigos se rieron cuando se enteraron de que me violaron y me decían que era una ‘puta’ que ‘abría las piernas a todo el mundo’”; o “durante mucho tiempo me sentí avergonzada de eso y me trataron como si fuera mi culpa”.
Mientras tanto, Emily trabaja en el documental “Slut: A Documentary Film”, que busca generar conciencia acerca de la realidad del “slut shaming” (o “avergonzar a la puta”). “Nos centraremos en las historias de estas jóvenes que se suicidaron tras sufrir bullying sexual y preguntaremos a expertos, sexólogos y psicólogos para explorar cómo podemos cambiar este aspecto en nuestra cultura”, dice la mujer a dicho blog.
Con el mismo objetivo, llegó a Buenos Aires La Marcha de las Putas, una réplica de las Slutwalks que se hacen alrededor del mundo. “Esta forma de pensar, de justificar la violencia, también se vive en nuestro país. Además de concientizar acerca del derecho de la mujer a vestirse como se sienta mejor, también decimos que no hay por qué aguantar silenciosamente aquellos piropos callejeros groseros o aquella mirada que te desnuda, que te deja vulnerable ante los demás. La mujer se arregla para verse bien, para sentirse atractiva, para hacer uso de su derecho a mostrar su sensualidad, pero eso no es sinónimo de violencia ni es una invitación a nada. Queremos vivir en una sociedad con respeto”, dijo Pamela Querejeta Leiva, una de las organizadoras de la iniciativa en Argentina, a Entremujeres.
¿Por qué ante una misma situación –como el hecho de tener sexo o, es más, disfrutar de él- las mujeres son tildadas de “rápidas” y los hombres son vanagloriados?
Martes, 12 de noviembre de 2013