SALUD
Linfoma: reconocer los síntomas, la clave para la cura
Un linfoma es un tumor; es decir, un crecimiento anormal de células que se desarrolla en el sistema linfático. El sistema linfático es una amplia red –parte del sistema inmunológico- de vasos o tubos finos que conectan ciertos órganos llamados ganglios linfáticos. Estos ganglios se distribuyen en grupos por todo el cuerpo: axilas, ingles, cuello, tórax y abdomen. También hay tejido linfático en otros órganos como las amígdalas, el tubo digestivo, el bazo, el timo y la médula ósea.
“Cómo toda enfermedad, también el linfoma tratado a tiempo tiene altas probabilidades de cura. Si bien la patología predomina en los hombres, las mujeres también están expuestas a contraerla”, sostuvo el médico del ALCEC.
En la mayoría de los casos se ignora por qué aparece un linfoma. “No se pueden establecer las causas directas, pero cuando se detecte algunos de los síntomas la persona deberá consultar inmediatamente a su médico”, expresó el doctor.
Un linfoma es el crecimiento anormal de células que se desarrolla en el sistema linfático. Es curable en el 95 % de los casos, pero debe ser tratado a tiempo. En el Día Mundial del Linfoma, el doctor Juan Beber Geahn explica el ABC de esta patología.
Se estima que en el mundo más de un millón de personas presenta algún tipo de linfoma y cada año se detectan 300 mil nuevos casos. En el Día Mundial del Linfoma, el doctor Juan Beber Geahn, médico de la Asociación de Lucha contra el Cáncer en Corrientes (ALCEC), explicó cómo reconocer los síntomas de esta enfermedad. “La mayoría de los tratamientos son con fines curativos”, indicó en diálogo con Vivir Bien.
Al no contar con estudios para detectar el linfoma, es imprescindible que todas las personas conozcan cómo se puede presentar y cómo se manifiesta en el cuerpo. Diagnosticar un linfoma en sus comienzos puede ser difícil, pero una vez detectado, bajo un tratamiento específico el paciente se puede recuperar en el 95 % de los casos.
“Cuando se diagnostica un linfoma, el paciente puede tener una sensación de temor e incertidumbre que proviene del desconocimiento. De allí la importancia de acercar a las personas toda la información sobre su patología y contribuir así a que conozcan y comprendan la enfermedad”, expresó el doctor a Vivir Bien.
¿Qué es un linfoma?
Un linfoma es un tumor; es decir, un crecimiento anormal de células que se desarrolla en el sistema linfático. El sistema linfático es una amplia red –parte del sistema inmunológico- de vasos o tubos finos que conectan ciertos órganos llamados ganglios linfáticos. Estos ganglios se distribuyen en grupos por todo el cuerpo: axilas, ingles, cuello, tórax y abdomen. También hay tejido linfático en otros órganos como las amígdalas, el tubo digestivo, el bazo, el timo y la médula ósea. “Cómo toda enfermedad, también el linfoma tratado a tiempo tiene altas probabilidades de cura. Si bien la patología predomina en los hombres, las mujeres también están expuestas a contraerla”, sostuvo el médico del ALCEC.
En la mayoría de los casos se ignora por qué aparece un linfoma. “No se pueden establecer las causas directas, pero cuando se detecte algunos de los síntomas la persona deberá consultar inmediatamente a su médico”, expresó el doctor.
Tipos
Los linfomas se dividen en dos grandes categorías: linfomas de Hodgkin (también conocido como Enfermedad de Hodgkin) y linfomas No Hodgkin. “De ambos, el linfoma No Hodgkin es el tipo más común y de mayor incidencia”, destacó Beber Geahn. Una vez que el médico determine de qué tipo se trata, el linfoma se clasifica según su pronóstico, (probabilidad de recuperación) por grados: bajo, intermedio y alto.
1. Linfoma de Hodgkin: síntomas
Las primeras señales más comunes del linfoma de Hodgkin son la hinchazón sin dolor de los ganglios linfáticos en el cuello, la parte superior y el interior del pecho, las axilas, el abdomen o la ingle. La afectación de los ganglios linfáticos en otros sitios puede ocurrir de manera menos frecuente. Otros síntomas incluyen fiebre, sudor -especialmente de noche -, pérdida de peso y picazón.
2. El Linfoma No Hodgkin
Muchos pacientes pueden notar el agrandamiento de los ganglios linfáticos del cuello, de la axila o la ingle. Con menos frecuencia, estos ganglios hinchados pueden aparecer cerca de los oídos, el codo o en la enfermedad puede comenzar en un sitio distinto a los ganglios linfáticos, como en un hueso, un pulmón o la piel. En estas circunstancias, los pacientes pueden experimentar síntomas que se atribuyen a ese sitio específico, como dolor de huesos, tos, dolor de pecho, ronchas o hinchazón en la piel.
Los pacientes pueden también sufrir fiebre, sudor excesivo (a menudo más notablemente de noche) fatiga inexplicable, pérdida de apetito o de peso. Durante un examen médico, se puede encontrar el bazo agrandado. En algunos casos, la enfermedad sólo puede descubrirse durante un examen médico de "rutina" o mientras el paciente está bajo atención por una enfermedad distinta.
Tratamiento y diagnóstico
El diagnóstico puede realizarse con certidumbre mediante una biopsia de un ganglio linfático u otro órgano afectado, como un hueso, un pulmón, el hígado u otros sitios. La biopsia es la obtención de una muestra de tejido (por ejemplo, de un ganglio linfático) para su examen microscópico. Una vez que esté el resultado, el tratamiento es similar al de algunos tipos de cáncer. “Actualmente la base de los tratamientos del linfoma son la quimioterapia y la radioterapia aunque están apareciendo otras modalidades terapéuticas prometedoras”, destacó Beber Geahn.
EL DATO
Asociación de Lucha contra el Cáncer en Corrientes (ALCEC)
Gobernador J. Martínez 2808 Piso PB
Corrientes- Capital
Teléfono: (0379) 443-6873
Linfomas Argentina
Asociación de pacientes y familiares de pacientes con linfoma en la Argentina.
www.linfomasargentina.org - info@linfomasargentina.org
Sociedad Argentina de Hematología
www.sah.org.ar
Consejos prácticos
1. Conocer mejor la enfermedad
Cuando se diagnostica un linfoma, los pacientes suelen encontrar difícil pensar en qué necesitan y qué quieren saber. Por eso es fundamental plantear todas nuestras dudas al médico. Algunas preguntas que pueden ayudar:
- ¿Qué tipo de linfoma tengo?
- ¿Qué pruebas necesito hacerme?
- ¿Cómo afectará este tipo de cáncer a mi vida, a mi trabajo, a mi familia?
- ¿Qué cambios debería esperar que ocurran?
- ¿Qué reajustes debería hacer en mi vida cotidiana?
- ¿Qué tratamiento me recomienda y por qué?
2. El médico es el primero en la atención, pero no el único
Los efectos físicos de la enfermedad y del tratamiento pueden ser bastante duros, y el impacto emocional de tener cáncer igualmente desafiante. Sin embargo, hay muchos tipos de ayuda disponible a través de los diferentes miembros de su equipo de atención médica. Tanto psicólogos como asistentes sociales, enfermeros, psiquiatras, especialistas en rehabilitación, nutricionistas, guías espirituales y de cuidados paliativos, son algunos profesionales que pueden hacer de este proceso un camino más llevadero y contenido.
Otro rol fundamental es el de las asociaciones de pacientes como Linfomas Argentina: un grupo de pares que contenga y aliente, es para muchas personas una herramienta riquísima de superación de los momentos difíciles de la patología. Ya sea paciente, familiar o amigo, nunca olvide que no está solo en este momento, y hágase el tiempo para reflexionar sobre ello.
3. La familia y los amigos, un apoyo fundamental
Es importante asistir a las consultas con un familiar o amigo, que será de gran ayuda para tener más información y recordar las indicaciones del médico y sus explicaciones. Es muy útil tomar notas y pedirle al médico que nos informe más acerca de los puntos que generan mayor inquietud para entender mejor lo que nos está diciendo. No es aconsejable dejar el consultorio con dudas sin consultar, y si estas surgen luego anótelas para llevarlas a la próxima consulta.
4. Trabajar y descansar: un buen plan de trabajo
Se puede continuar trabajando y con las actividades diarias si el estado general lo permite. De todos modos es importante adoptar un horario que permita momentos de descanso, porque no es bueno exigir al cuerpo y mente más de lo que puede. A pesar de no sentir un malestar inhabilitante, debemos cuidarnos para prevenir otras posibles alteraciones o manifestaciones de la patología.
5. Protegerse del sol
Si se practica deporte o se pasea al aire libre, hay que tener cuidado con el sol especialmente entre las doce del mediodía y las cuatro de la tarde. Los tratamientos contra los linfomas pueden ser fotosensibilizantes y producir respuestas alérgicas al sol. El uso de cremas de fotoprotección solar con índices a partir de 15 es suficiente para evitarlas. También es muy útil cubrir el cuerpo con ropa clara y la cabeza con gorros o pañuelos.
Domingo, 22 de septiembre de 2013