INUNDACIONES
Las aguas cubrieron casa, caminos, chacras y ganado en Ituzaingo
Techos que asoman para dar testimonio de que allí había una vivienda, animales luchando contra la corriente y vías de comunicación terrestre que ahora ofician de canales de navegación. Este es el paisaje que se repite en las costas de las poblaciones isleñas. Los habitantes reciben asistencia mientras buscan proteger lo que les queda y ruegan que la creciente retroceda. Agobiados por el agua que los sigue cercando, ayer, en las diferentes poblaciones de las islas de Ituzaingó y Apipé Grande miraban de reojo los nubarrones en el cielo con un deseo imperioso de que no lloviera. Es que ya perdieron su casa, la chacra, animalitos que criaban y luchaban a destajo para intentar sacar el ganado vacuno a tierra firme.
Sólo ellos pueden ser capaces de dimensionar el verdadero valor de lo que el agua se está llevando. Pero a fin de paliar sus necesidades más básicas, desde el puerto de Ituzaingó partieron -al igual que otros días- embarcaciones con módulos alimentarios con destino a Apipé Chico y Apipé Grande, lugares desde los cuales después se realizó la distribución a los damnificados.
En el primero de los casos, los alimentos se depositaban en el colegio, donde el docente y director Juan Carlos Torres atendía a la gente porque desde el miércoles sus alumnos no pueden ir a clases porque la mayoría de ellos emigraron junto a sus familias a zonas más altas de la isla.
“Estamos rodeados por el agua, tenemos a un grupo familiar que estamos albergando en la escuela a quienes estamos asistiendo y a su vez le entregamos la mercadería a los demás vecinos que vienen a buscar en canonas”, relató Torres.
A pocos metros de allí, un grupo de hombres busca recuperar el ganado que se cobijó entre las ramas de los árboles para intentar mantenerse a flote y no ser arrastrados por la corriente. “Los juntan y después esperan que venga la balsa y al menos pueda llevar un poco hasta un campo de la Entidad Binacional”, contaron lugareños. Una situación que para los productores es desesperante y que se extiende a otras zonas isleñas como “San Martín” y las que integran Apipé Grande.
Precisamente, en este último territorio, la intendenta Mónica Romero indicó que “tenemos en total 41 familias evacuadas, de las cuales 20 son de San Antonio que es la cabecera del municipio y las restantes corresponden a diferentes parajes dentro de nuestra jurisdicción”.
Si bien desde que comenzó la creciente, el Municipio con la colaboración de la Provincia, la Policía, Prefectura y los guardaparques están recorriendo y asistiendo a los lugareños, ayer volvieron a realizar un nuevo monitorio con la participación del equipo de trabajo comunal.
Distribuidos en tres embarcaciones, una de ellas conducida por el comisario de Apipé Grande Alfredo Zalazar, escucharon las necesidades de los pobladores de Colonia Uriburu, Puerto Arazá, Vizcaíno, Puerto Tala, isla Tacuara y el lugar conocido como “Lote 15”. En algunos casos el agua tiene acorralada a los lugareños, en otros directamente se adueñó de sus viviendas. “Se los traslada a zonas más altas o bien ellos mismos se van a casas de familiares que no fueron afectados por la creciente. Pero el problema es que si necesitan salir hacia San Antonio por alguna urgencia se hace más complejo porque la ruta provincial que nos unía ahora es una especie de mar y sólo pueden salir con canoa o si los venimos a buscar, lo cual por supuesto implica que tardarán mucho más tiempo”, detalló Romero, quien subrayó “son muchos los problemas pero ahora rogamos que al menos se frene la creciente”.
Domingo, 30 de junio de 2013