ESPERANDO EL MILAGRO
La situación es complicada, pero las fuerzas y las ganas de seguir viviendo de Renzo no se pueden describir con palabras
La situación es complicada, pero las fuerzas y las ganas de seguir viviendo de Renzo no se pueden describir con palabras.
Se cumple una semana que se le practicó el trasplante, y en diálogo exclusivo con diarioepoca.com, Haroldo su papá, comentó que el corazoncito no está reaccionando como esperaban los médicos.
“El corazón que llegó le quedó chico, si bien cumplía las expectativas es un “corazón perezoso”, explicó Haroldo Daniel Antonelli con las palabras más sutiles y tiernas de un padre que espera un milagro. Si bien Renzo está clínicamente perfecto y todos los órganos están en perfectas condiciones, el inconveniente es con el corazoncito que no reacciona.
Los médicos decidieron reinscribirlo en la lista del INCUCAI para un nuevo trasplante, pero ese nuevo corazón tiene que llegar en 7 días, porque es lo que le queda de vida útil al ECMO. Éste es el aparato dónde está conectado el “leoncito”, el cual tiene 15 días de vida útil y el lunes se cumple este plazo y será la “prueba de fe”.
“El lunes se vence el plazo, ahí vamos a ver si el corazón pudo tomar algo más de fuerza, y si no reacciona esperamos el milagro de un trasplante”, comentó Haroldo entre lágrimas y explicó que el ECMO es una máquina de asistencia, que no tiene una vida útil. “Si el lunes no reacciona el corazoncito y no aparece un nuevo donante, mi hijo fallece”, dijo casi sin poder terminar la frase.
Al retomar el aire confesó: “Yo sé que es difícil pedir un nuevo donante, pero quiero que sepan los padres que están esperando un trasplante, que no se sientan afectados. Porque por más que mi hijo haya ingresado nuevamente a la lista, no quiere decir que sea el primero que reciba el corazón”.
Si bien Renzo está paralizado y completamente sedado, cuando Belén Ramos su mamá le habla, el “leoncito” se mueve. “Él quiere seguir viviendo”, resaltó acongojado el padre. Ante estas reacciones, tanto Haroldo como Belén no ingresan mucho a verlo, porque el ECMO va superpuesto al cuerpo, por lo tanto si él se mueve el movimiento torácico puede desplazar la maquina y eso provocaría lo peor.
Si bien Haroldo no podía dejar de titubear porque el nudo en la garganta y las lágrimas no lo dejaban, expresó fervientemente un gran agradecimiento a los médicos del Hospital de Pediatría Garrahan que se portaron de una forma excepcional.
También extendió su agradecimiento a los medios masivos de comunicación, “sin ustedes se hace más difícil encontrar un donante”, recalcó.
Haroldo se encuentra con sus padres, hermanas, suegros y cuñados, sólo esperan que el amor de esta familia unida produzca el gran milagro.
Domingo, 9 de junio de 2013