TRATAMIENTO PSICOLÓGICO
Visibilidad y concienciación del Cáncer de Ovario en su Día Mundial
La naturaleza y los tratamientos oncológicos, y en este caso, cánceres de ámbito ginecológico, conllevan un estrés añadido para la mujer que lo padece.Hinchazón, dolor pélvico o abdominal, pérdida de apetito, cansancio excesivo, estreñimiento o diarrea son sólo algunos de sus síntomas. La media de edad del diagnóstico del cáncer de ovario, se sitúa entre los 60 y 63 años, aunque no hay que olvidar que puede aparecer perfectamente en cualquier momento de la vida de la mujer, aumentando su frecuencia a partir de los 45 años.
En general, las enfermedades oncológicas de dominio ginecológico suelen producir pocos o ningún síntoma hasta que el tumor se encuentra en estado avanzado. No suele ser muy común en la población conocer los síntomas provocados por el cáncer ovárico, y ante ello, ASACO, la Asociación de Afectados por Cáncer de Ovario, va a llevar a cabo una iniciativa muy interesante a celebrar el próximo 8 de Mayo.
Bajo los lemas de "Sé consciente" y "Corre la voz", la asociación organizará una actividad de visibilidad y concienciación de la enfermedad, haciendo ejercicio al aire libre en la Plaza Ramón y Cajal de la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid.
Tendrá lugar también la I Jornada para pacientes con cáncer de ovario en el Hospital Clínico San Carlos, donde se tratarán aspectos relacionados con los avances en el tratamiento, la situación actual de la enfermedad, los daños colaterales, su impacto psicológico y la importancia del autocuidado, entre muchos otros.
Con el mensaje "Corre la voz", la asociación repartirá tarjetas para dar a conocer los principales síntomas a los que se debe prestar atención y responder de una forma adecuada ante cualquier posible diagnóstico.
Todo esfuerzo es importante para conseguir diagnósticos en estados tempranos. En España se diagnostican unos 3.300 casos al año, suponiendo un 5% del total de los tumores en la mujer. La incidencia del cáncer ovárico es alta y aunque muy lentamente, parece ser que continúa aumentando.
Estrés asociado al cáncer ginecológico
Los problemas psicológicos de las personas que padecen cáncer, suelen ser similares a los problemas de personas con otro tipo de enfermedad crónica. Sin embargo, los estudios contemplan que la naturaleza y los tratamientos oncológicos, y en este caso, cánceres de ámbito ginecológico, conllevan un estrés añadido para la mujer que lo padece.
El conocimiento y difusión de información referente al cáncer de mama ha aumentado en los últimos años. Sin embargo, el resto de tumores ginecológicos parecen no ser del todo entendidos por la población general. Se obtiene de esta manera un mayor grado de incertidumbre tras el diagnóstico, ciertas creencias erróneas acerca de su peor pronóstico y un estrés añadido ante la sensación de pérdida referente al ámbito sexual y reproductivo.
Según investigaciones de Auchincloss (1998), las mujeres a las que se les diagnostica un tipo de cáncer ginecológico, evitan hablar abiertamente del mismo, reduciendo la confianza únicamente a familiares o amigos muy cercanos.
En general, cada mujer va a enfrentarse desde el principio, a un gran abanico de estresores, comenzando con el diagnóstico médico, el tratamiento oncológico, la cIrujía, pérdida del órgano y el siempre presente miedo a la recaída. Una intervención psicológica será importante e incidirá tanto en la recuperación quirúrgica como en la rehabilitación de todo el proceso.
El tratamiento del estrés, el trabajo con las cogniciones acerca de la enfermedad y el apoyo social habilitado son aspectos clave de todo el desarrollo. Además, hay que tener en cuenta que la experiencia de un cáncer ginecológico, para cada mujer es algo único. Dependiendo de las características individuales de cada paciente y de sus circunstancias, la enfermedad adquirirá un matiz diferente.
Importancia del tratamiento psicológico
Una terapia psicológica es esencial en el tratamiento integral del paciente oncológico. De esta manera, se podrán reducir los síntomas que impliquen emociones negativas, ansiedad o depresión.
Propiciar una participación activa en el tratamiento, desarrollando estrategias de afrontamiento efectivas, la expresión de los sentimientos y la habilitación de la comunicación entre el paciente y su pareja o familia, permitirán un avance más beneficioso y completo. De esta manera se pretende hacer frente a la enfermedad no como un final, sino como el comienzo de un nuevo proceso en la vida de cada persona.
Miércoles, 8 de mayo de 2013