Alicia Oliveira: “El papa Francisco puede ser un aliado político para el Gobierno” “No sé si fui la primera jueza despedida por la dictadura, pero sí estuve en el primer decreto de echados. Por suerte, nunca llegué a trabajar para los militares”, dice en tono firme y hasta orgulloso. Alicia Oliveira es una persona ligada a los derechos humanos desde siempre. Fue secretaria de esa área y defensora del Pueblo, entre otros tantos cargos. Los últimos días recobró fuerte presencia mediática por ser la primera en defender a Jorge Bergoglio, su amigo personal, en un tema espinosísimo como su rol durante la última dictadura. El supuesto colaboracionismo del exarzobispo de Buenos Aires en el secuestro de dos jesuitas fue desmentido esta semana por muchos referentes sociales y por el propio Jalics, el único de esos curas que aún vive.
Pese a ser una de las fundadoras del Cels, critica al periodista oficialista Horacio Verbitsky con suma crudeza: “Yo no sé a cuántas personas salvó Verbitsky durante la dictadura, pero sé a cuántas salvo Bergoglio”, asegura. En una entrevista con El Tribuno desarrollada en un bar del barrio porteño de Almagro, Oliveira destacó el cambio de postura del Gobierno en relación al papa Francisco y no se sorprendió ni siquiera por el giro de Hebe de Bonafini, al afirmar que “últimamente está tan con el Gobierno que si el Gobierno toma una medida, ella hace lo mismo”. “Bergoglio no es un santo, es una buena persona”, concluyó.
¿Cómo tomó todo este debate que se abrió sobre el rol de Jorge Bergoglio durante la última dictadura militar? Lo tomé de la misma manera que lo había tomado cuando, hace seis años y después tres años más, (Horacio) Verbitsky ya había sacado notas similares respecto a (Jorge) Bergoglio. A mí me parece una infamia lo que dice Verbitsky de Bergoglio. Me dolió mucho que se dijera eso. Jorge Bergoglio no es un santo, es una buena persona. Es una buena persona, un buen hombre y un hombre de bien que jamás -por sus características personales- puede estar a favor de la dictadura. Yo no sé a cuantas personas salvó Verbitsky durante la dictadura, pero sé a cuántas salvo Bergoglio.
¿Qué cree que hay detrás de las notas de Verbitsky? Si se equivocó nunca lo va a reconocer, porque él es soberbio. Creo que es una operación política, porque la operación política más fuerte que él hizo contra Bergoglio no fue en este cónclave sino en el anterior, cuando Jorge (Bergoglio) había sacado muchos votos que después se los dio a Benedicto XVI. Yo ahí sí creo que fue una operación política para que Jorge no sea Papa.
¿Qué le responde a los que dicen que Bergoglio no hizo lo suficiente para ayudar a la gente durante la dictadura? Yo lo único que le preguntaría a ellos es: ¿qué hicieron durante la dictadura? A los que lo critican, quisiera que me contaran un poco sus conductas porque no éramos tantos los que luchábamos contra la dictadura. Había bastante aceptación. Yo creo que Bergoglio hizo todo lo que pudo, estuvo siempre preocupado por eso y ayudando gente.
¿La sorprendió la declaración de Jalics admitiendo que Bergoglio no tuvo nada que ver ni con su secuestro ni con el de Yorio? Me parece muy bueno que Jalics lo haya dicho porque esto es así: Jorge (Bergoglio) no los denunció. Jorge lo que hizo cuando estaban en el barrio Rivadavia fue decirles que se vayan de ahí, porque ellos iban con una cantidad de gente joven que hacía catequesis y otras cosas y que los militares estás cosas no las entendían. Jóvenes rubios en una villa miseria era igual a terrorismo para los militares. El Gobierno nacional cambió fuertemente su postura sobre Bergoglio. Antes de ser Francisco se lo denostó fuertemente y ahora pareciera que el kirchnerismo se rindió a sus pies.
¿Qué piensa de eso? Yo no sé si está rendido a sus pies, pero que haya principios de racionalidad es muy bueno para todos. Me parece racional que (el Gobierno) haya cambiado su postura y también me parece racional que se fijen pautas en común. Jorge (Bergoglio) es un hombre que se preocupa mucho por los países desposeídos y por los países con problemas por la gente pobre. Y también, aunque muchos lo critiquen, por la integridad territorial: estamos hablando del tema de Malvinas. Yo no estoy de acuerdo con la guerra, no sé si nos entendemos; pero yo nunca voy a dejar decir que las Malvinas no son argentinas. Me cayó muy bien que esa postura del Gobierno se modificara. Yo no sé que habrá pensado el Gobierno antes. Pero si se dieron cuenta que se equivocaron y que Jorge Bergoglio papa y también cardenal, pero eso no se habían dado cuenta; puede ser un aliado político en las políticas de desarrollo y respeto a los hombres, me alegro que así sea.
Hebe de Bonafini fue una de las mujeres que más duro lo castigó por años a Bergoglio, ¿alguna vez imaginó que lo iba a reivindicar como hizo estos días? Lo que pasa es que Hebe últimamente está muy con el Gobierno, en el buen sentido. Si el Gobierno toma una medida ella hace lo mismo.
¿Usted cree que Bergoglio como Papa será entonces un aliado de la Argentina? Bergoglio va a ser un aliado de todos los países que necesiten ayuda, y Argentina es un país que necesita ayuda.
¿Considera que Francisco tendrá una particular presencia en los temas de Argentina o que será un poco más distante? Yo creo que tiene que tener en todos los temas y también en los de Argentina, porque los conoce mejor. El ya lo ha dicho: el tema del medio ambiente, los derechos humanos, la pobreza. Todo ese tipo de cosas le preocupan mucho. Jorge es un hombre que trabajó mucho en las villas de emergencia de la ciudad de Buenos Aires. Eso nadie lo sabía, recién se descubrió ahora. Yo sí lo sabía. La verdad es que me alegré mucho. Esta cosa de un argentino Papa genera mucho orgullo para el país.
Muchas de sus actividades sociales trascendieron recién ahora y él antes ya era una persona influyente en la Iglesia argentina, ¿a qué se lo atribuye? Bergoglio es un hombre serio y discreto, y no tenía que exponer públicamente lo que era parte de su conducta privada para ayudar a la gente.
¿Considera que está entre las atribuciones del Papa interceder en el conflicto por Malvinas? El Papa es un jefe de Estado. Ojo que el Vaticano es un Estado y puede discutir estas cosas.
¿Los que dicen que Francisco es un Papa peronista dicen la verdad? Cuando me invitaron a algunos programas de televisión y empezaron a preguntar si Bergoglio era un Papa peronista ninguno de los que estaba ahí se atrevía a contestarlo. Y yo dije desde el primer día: tenemos un Papa argentino, peronista e hincha de San Lorenzo. Argentina vive otro aniversario del golpe de Estado, ¿cómo ve a la sociedad 37 años después en materia de derechos humanos? Yo creo que este tema ahora está un poco más despierto, pero igual falta por conocer. Yo tengo una nieta de doce años. El año pasado en el colegio el 24 de marzo se decidió hablar del tema y la maestra les preguntó si estaba bien lo que había pasado en esa fecha. La única que sabía era mi nieta. A los chicos no se les ha transmitido.
Hay sectores que denuncian que el Gobierno se apropia de la lucha por los DDHH, ¿coincide? Si se apropian para bien, bienvenido sea. Pero no sé si hay una apropiación.
¿Por qué supone que, estando en democracia, sigue el espionaje contra dirigentes sociales en la Argentina? Me refiero al Proyecto X. Esto ha ocurrido siempre en democracia, pero es algo inevitable. Hay que pelear para que no ocurra, pero hay que ser un poco controlador. No es bueno para la democracia aprobar cualquier cosa. Criticar no es destruir a la democracia y al Gobierno.
¿Cree que en esta última década se hizo una visión parcial en relación con el rol de cada uno en la dictadura, salvando a unos y escrachando a otros? Supongo que sí. De la misma manera que lo hizo Verbitsky con Bergoglio.
Caso paradigmático es el de Zaffaroni, quien es amado por el kirchnerismo pero fue el único juez de la Corte que juró ante la dictadura. El doctor Zaffaroni no solo es muy querido por el Gobierno sino también por mí. Si bien aceptó ser juez de la dictadura, sacó muchas resoluciones en contra de ella; aunque nadie lo sepa. También ahora sacó una sentencia absolutoria de un grupo de bolivianos que habían sido condenados por tenencia de estupefacientes. Su pensamiento siempre fue el mismo. La vez pasada estaba en una reunión y alguien dijo: “Esta Corte de porquería. Ella (por Cristina) les dijo que levantaran la tenencia de estupefacientes y ellos fueron y cumplieron”. Entonces yo le dije: “Tené cuidado con lo que decís de Zaffaroni. Hace 40 años que lo conozco y él siempre estuvo en contra de la penalización de la tenencia de estupefacientes”. Es más fácil que haya sido él el que la convenció a Cristina que Cristina a él con ese tema.
Por Hugo Krasnobroda, El Tribuno Domingo, 24 de marzo de 2013
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