EL PROCESO SE COMPLETO EN APENAS TRES DIAS
El Jury resolvió destituir al juez de Saladas acusado por mal desempeño
Finalizó ayer el cuarto juicio político desde la constitución del Jurado de Enjuiciamiento hace casi seis años. Después de los alegatos de la Fiscalía General y la defensa, el tribunal resolvió destituir al juez Correccional y de Instrucción de Saladas, Ramón Francisco Ramírez, contra quien recaía la acusación de mal desempeño. El proceso se completó en apenas tres jornadas. Las primeras dos estuvieron dedicadas a la ronda de testimoniales, y ayer las partes dieron sus alegatos.
El fiscal general César Sotelo argumentó que correspondía la destitución del magistrado por haber incurrido en mal desempeño.
Consideró que el primer hecho fue probado por los testigos, sobre todo las niñas y su tío -quien fuera el denunciante- respecto de los hechos en el local bailable y en la entrada del Juzgado. Valoró sus testimonios por lo “claros” y “contundentes”.
Expresó que la vida privada de un magistrado debía ser decorosa, mencionando en ese sentido lo establecido por la Constitución y por el Código de Etica que rige la conducta de los jueces.
De acuerdo a Sotelo, se probó además su estado de ebriedad y su comportamiento que provocó conmoción en una localidad pequeña como Saladas. Desacreditó la teoría del complot -aducida por el acusado- y recordó que el mismo magistrado se desempeñó como sustituto en el Ministerio Público y nunca tuvo problemas.
Asimismo calificó el accionar del juez saladeño como el de un “sheriff”, lamentando la pobreza de los testimonios de los policías varones, y ponderando el de la mujer. La oficial había declarado cuando el juez le pidió un auto en evidente estado de ebriedad y con términos impropios. Por último desacreditó el testimonio de Lugo, por entender que fue “apretado e inducido para hacerlo”. Pidió su destitución pero no la inhabilitación.
Por su parte, la defensa a cargo del doctor Lucio Portel pidió la absolución de Ramírez y acusó a Sotelo de querer “ser tutor de los jueces”.
Afirmó que era muy difícil conceptualizar el mal desempeño y que debe quedar circunscripto al ámbito de la función y no a cuestiones ajenas a ella. Insistió con la teoría de la conspiración y acusó a los fiscales Ojeda y Zaracho. Manifestó que el denunciante fue quien agredió al juez y a efectivos que lo acompañaban y que no se formó causa por la protección de que disponía Romero.
También calificó los testimonios por “vagos, imprecisos y hasta contradictorios”. En relación al segundo hecho, descalificó el testimonio de la mujer policía: “No entendió lo que el juez le solicitaba”.
Para terminar, reflexionó sobre el fallo, que dijo debía tener fundamentos jurídicos atento a las características del Jurado de Enjuiciamiento: “No debe ser un fallo sólo político”, aseveró.
Ramírez, en tanto, se encomendó al Papa Francisco.
Terminados los alegatos, el debate de los integrantes del Jury se extendió por casi tres horas, y finalmente resolvieron la destitución del acusado. Dispusieron además que los fundamentos se den a conocer el próximo 26 de marzo.
Desde la defensa del ahora ex juez ya anticiparon que están dispuestos a recurrir a la Corte Suprema de Justicia.
Jueves, 21 de marzo de 2013