Las hermanas Jara
El testimonio de un vecino complica a la supuesta víctima
Juan Leguizamón, supuesta víctima de dos hermanas veinteañeras que son juzgadas por intento de homicidio, quedó comprometido por el testimonio de un vecino que ese día lo vio armado y por el relato de testigos que lo señalan como acosador.
Los testimonios reforzaron la posición de las hermanas Ailén y Marina Jara, de 21 y 20 años respectivamente, quienes aseguran que hirieron a Leguizamón, de 35 años, con un chuchillo de uso doméstico para defenderse de un ataque sexual armado.
El Tribunal Oral en lo Criminal 2 del Departamento Judicial de la ciudad bonaerense de Mercedes, escuchó testigos y por segunda vez a Leguizamón, y pasó a cuarto intermedio hasta el martes próximo a las 9.
Quien vio a una persona armada con una camiseta verdinegra -que luego Leguizamón admitió haber usado ese día- fue un vecino de apellido Barrios de la localidad bonaerense de Paso del Rey, donde en febrero de 2011 ocurrió el episodio que se trata de dilucidar.
En tanto Carina L., de unos 40 años, dijo haber sufrido personalmente el acoso de Leguizamón hace una década, durante una semana en que la madre de éste le ofreció cobijo en su casa, tras haber huido con sus hijos de la violencia en su propio hogar.
Además, cuatro mujeres y un hombre coincidieron ante el tribunal en que le tienen miedo a Leguizamón, y afirmaron que las chicas eran acosadas por él como muchas otras mujeres del barrio.
Las hermanas Jara alegan que aquella madrugada volvían caminando de bailar en un boliche, a pocas cuadras de su casa, cuando fueron abordadas por Leguizamón, que llevaba un arma de fuego.
Según Leguizamón, las chicas fueron a esperarlo a su casa que saliera a trabajar para atacarlo, porque tenían una relación con él y habían mantenido un entredicho.
Según las muchachas, el hombre las abordó con presunta intención de violarlas, disparó para amedrentarlas, se le trabó el arma y ellas se defendieron, lo tiraron al suelo y lo hirieron con un cuchillo "Tramontina", hasta que Leguizamón huyó.
El testigo Barrios, que ya murió, dejó una declaración que fue leída en el debate, en la que aseguró haber visto en el lugar a una persona armada que llevaba una camiseta de fútbol verdinegra.
Según refirió a Télam Isidro Encina, abogado de las chicas, "aquella camiseta fue secuestrada por la policía y se le hizo una prueba de parafina que dio positivo, lo que significa que quien la usaba había disparado. El mismo resultado arrojó la prueba en las manos de Leguizamón", asegura el abogado.
Encina comentó que el policía bonaerense que detuvo a las chicas, Dalmacio González, hoy suspendido por presunto cohecho en otra causa, cuando testificó y sin que nadie le preguntara dijo que la camiseta verdinegra la llevaba una de las mujeres.
El caso se complica porque al momento del debate nunca fue encontrada el arma de fuego y la camiseta, que según Leguizamón fue secuestrada por la policía, desapareció lo mismo que el informe de las pruebas de parafina.
El debate se desarrolla en una sala poblada por familiares y grupos contrarios a la violencia de género -también presentes en los alrededores del edificio del tribunal- que apoyan a las acusadas, mientras que Leguizamón -supuesta víctima- está permanentemente rodeado de medidas protectivas.
El lunes, en la primera jornada del juicio, Leguizamón ya había admitido tácitamente que portaba un arma en el episodio.
En una declaración cargada de expresiones vagas y confusas, Leguizamón usó la frase "cuando me sacaron el arma" las chicas en el forcejeo, pese a que previamente había dicho que eran ellas las que estaban armadas y le dispararon.
También quedó en duda que Leguizamón tuviera una relación íntima con las acusadas, como afirmó, porque no pudo dar ningún detalle de sus cuerpos ni ofrecer testigos que lo confirmaran, aunque mencionó a un tal "Jorge".
La Fiscalía está buscando a esa persona porque sería clave para sostener la versión de Leguizamón.
El tribunal, integrado por los jueces Marco Barski, Graciela Larroque y José Ibrahim, como suplente de Fernando Bustos Berrondo, debe responder además, a más tardar el jueves un nuevo pedido de que las acusadas cumplan prisión domiciliaria en lugar de seguir en la cárcel 8 de Mujeres de la localidad bonaerense de Los Hornos, donde están desde febrero de 2011, informó Gabriela Conder, otra de las abogadas defensoras.
Miércoles, 20 de marzo de 2013